Familia real inglesa

Meghan, más lejos que nunca de ser la nueva Lady Di

  • Kensington ha desmentido un nuevo rumor en torno al futuro hijo de los duques de Sussex y la prensa carga contra la duquesa

El príncipe Enrique y su esposa, Meghan Markle, en su último viaje oficial a Marruecos.

El príncipe Enrique y su esposa, Meghan Markle, en su último viaje oficial a Marruecos. / Efe

A pocas semanas de dar a luz su primer hijo con el príncipe Enrique de Inglaterra, la imagen que tienen los británicos de Meghan Markle no puede ser más opuesta a la de su suegra, la recordada Lady Di. Las críticas le llueven a la duquesa de Sussex en las últimas semanas, centrándose en su embarazo y todo lo que lo ha rodeado. Con motivo de su inminente alumbramiento, previsto para abril, la ex actriz estadounidense organizó una fiesta de celebración en Nueva York el mes pasado. El evento, conocido como baby shower, en el que los amigos regalan a la futura madre cosas para el niño, ha tenido, según ha publicado la prensa inglesa, un coste de 500.000 euros. Una cantidad que muchos han tildado de desproporcionada y que, al parecer, a la reina Isabel II no le habría gustado en absoluto.Precisamente, durante esa fiesta y según recogió una revista estadounidense, la mujer del príncipe Enrique habría manifestado a sus amigos su intención de criar a su futuro vástago con una "aproximación al género fluida". Es decir, educándole sin imposiciones de estereotipos de género, como juguetes y colores enfocados a los niños en función de su sexo. Una historia que el palacio de Kensington, residencia oficial de los duques de Sussex y de los duques de Cambridge, se apresuró a desmentir este fin de semana. Otra de las cuestiones que se han comentado sobre la gestación del futuro bebé real, cuyo sexo no será revelado de forma oficial hasta que nazca –aunque los rumores apuntan a que se trataría de un varón–, es la cantidad de veces que la duquesa se toca la barriga en público.Los reproches a la nueva miembro de la familia real inglesa no se han limitado a su embarazo, sino que vienen de antes y vivieron un punto álgido cuando se desató la polémica sobre la ausencia de su padre en su boda. Tampoco habla de ella bien su hermanastra, Samantha. A punto de convertirse en la madre del octavo bisnieto de la reina Isabel II, Meghan ha sufrido también encontronazos con sus asistentes, dos de las cuales decidieron no continuar trabajando para ella a finales del año pasado por, supuestamente, su fuerte carácter. Su relación con la duquesa de Cambridge tampoco se libraMeghan Markle, por el momento, trata de sortear las críticas y centrarse en sus labores humanitarias y en su vida familiar con la esperanza de que la llegada del deseado bebé amaine la animadversión hacia su persona.

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