Una de las parejas que parecían más sólidas del mundo del corazón, la del torero Enrique Ponce y su esposa, Paloma Cuevas, ha saltado por los aires y ha iniciado el trámite de su divorcio tras varios meses separados. El diestro valenciano llevaba ya casi 24 años de matrimonio. Se casaron ante la patrona valenciana, la Virgen de los Desamparados, en octubre de 1996.

La revista Semana anuncia en su número de este miércoles una noticia que pilla de sorpresa a muchos lectores pero que no extraña tanto a los que habían estado cerca de este matrimonio porque se perdió aquella sintonía que desprendía.

La separación ha sido amistosa y no se plantean obstáculos graves para alcanzar el divorcio. Durante los últimos años habían tratado de mantener calor en la familia pensando en sus hijas, Paloma y Blanca de 12 y 8 años, pero ahora han visto el momento de dar un paso adelante definitivo. Las respectivas familias han aceptado la sepración.

El maestro Enrique Ponce (nacido en la localidad valenciana de Chiva en 1971, tiene 48 años) conoció a la que sería su mujer (un año menor que él) en un hotel de La Carolina, horas antes de un festejo en la provincia de Jaén en 1992. Fueron presentados por el apoderado Manuel Morilla, descubridor de Jesulín de Ubrique. Paloma Cuevas es hija de otro apoderado, Victoriano Valencia, que se hizo cargo de la carrera del entonces prometedor diestro. La pareja se prometió en Cali, en el otoño de aquel año, durante la gira americana del entonces más pujante torero académico del panorama.