Sabores

Breve historia de los helados, cuando el polo se convirtió en señor

  • Un respeto para los Magnum, que en España como Frac se incorporó en plena temporada y vino a cambiar el consumo de helados

Bombones helados tipo Magnum

Bombones helados tipo Magnum

A raíz de una tumultuosa factura marbellí en un restaurante surgieron los comentarios sobre los magnums. Hubo confusiones de broma y de verdad entre los magnums de Dom Pèrignon, que contienen litro y medio sublimes como el vintage del año 1996, y los Magnum de Unilever, los bombones de capa gruesa que removieron el concepto del helado con palo a finales de los años 80.

Un respeto con los Magnum porque estamos hablando de una innovación estratégica en el sector. Joan Viñallonga, creativo de Frigo al que le debemos el Drácula, el Frigodedo y el Calippo, estaba en el ajo cuando en 1988 llegaba a los quioscos un bombón de corteza dura, de chocolate negro, tentación para los bombófilos de toda la vida.

Hasta entonces las coberturas para la vainilla y la nata eran mínimas, lo suficiente para envolver, con aceites para que se emulsionara en la congelación y poco más.

Los bombones en las marcas industriales no se tomaron en serio hasta la aparición del Frac, que se llevó por delante todo el concepto chocolatero en los palos. El Frac se incorporó a mediación de la temporada del 88, con spots por la tele para reclamar de la novedad surgida en apariencia a contramano: era tan buen invento que no se podía esperar al verano siguiente. Fue un añadido y ya en la temporada del 89, presidiendo el cartel, el Frac empujó a la competencia a rivalizar con coberturas similares.

Unilever maduró en poco tiempo este giro del helado en palo a un público más adulto, exigente, con un postre portátil de calidad, y la excelencia en el tratamiento del chocolate llevó a su nombre internacional definitivo: Magnum. En España se mantuvo durante más tiempo el nombre Frac (el de chocolate negro y nata), reconocimiento al éxito pionero.

Con el tamaño de una alpargata, el Magnum hacía honor a su nombre con su volumen y en poco tiempo se lanzaron todas las combinaciones inevitables: almendrado (con trozos ‘degustables’), chocolate con leche, blanco, con doble cobertura con caramelo o chocolate líquido, bits de fresa, arroz tostado...En todos los carteles el flanco de los helados para adultos está encabezado por los ‘superbombones’.

Los Magnum fueron el colofón de los almuerzos de venta de carretera y manta durante lustros. Tan enorme y devorable, su tamaño (16 x 16 x 3.5 cm) era una satisfacción para los golosos. Con el tiempo también hubo que ofertarse bombones de media ración para los que preferían la versión reducida, destinados a cajas para consumir en casa. El Frac siempre fue un señor helado.

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