Ruta de Patios Regina - Realejo

Regina-Realejo: una fusión de estilos para engrandecer la Fiesta

  • De Plaza de las Tazas, 11 a Escañuela, 3, esta ruta mezcla a partes iguales arquitectura antigua y moderna en unos recintos de muy diversos tamaño y características

Grupo de visitantes en Pedro Fernández, 6

Grupo de visitantes en Pedro Fernández, 6 / Laura Martín

Cuatro patios de arquitectura antigua y cuatro de arquitectura moderna se pueden visitar en la Fiesta de los Patios dentro la Ruta Regina-Realejo, un empate que se rompe en este singular itinerario -en el que también le llaman la atención a los visitantes reclamos turísticos como los de la iglesia de San Andrés o la plaza de la Magdalena- a favor de la arquitectura antigua gracias al único recinto de la ruta que no participa en el concurso, el institucional del Palacio de Orive. "Aunque nuestro patio compite en arquitectura moderna, podría ser también de arquitectura antigua, porque la casa es más que centenaria, con sus azulejos...la casa es una pequeña isla en la ciudad de Córdoba", apunta Ana Balbuena sobre su patio, el del número 6 de Pedro Fernández, que concursa en la modalidad de arquitectura moderna.

Patio de Pedro Fernández, 6 Patio de Pedro Fernández, 6

Patio de Pedro Fernández, 6 / Laura Martín

"Una de las novedades de este año es que he separado lo verde en la entrada de lo verde del final del patio y en medio he puesto más flores. La entrada la he puesto de clivia verde y el fondo también es de clivia con un toque de amarillo, con calanchoes y con limones, y en el centro he alzado unas camelias con unas piedras romanas", relata. "Hemos creado más espacio libre para que la gente pueda pasar y disfrutar del patio", un recinto del que Ana destaca sus arcos y el chino cordobés de su suelo, "también el chino cordobés del zaguán, que tiene más de cien años", añade. A Ana los visitantes le suelen preguntar cómo es posible que tenga tantas plantas abiertas, "que cuál es el secreto para ello", comenta.

Patio de Conde de Arenales, 4 Patio de Conde de Arenales, 4

Patio de Conde de Arenales, 4 / Laura Martín

También en arquitectura moderna concursa el patio de Concepción López, el del número 4 de la calle Conde de Arenales. Este año, Concepción ha decidido quitar de la entrada a la casa los cordobanes y guadamecíes que ella misma confecciona y que han solido dar la bienvenida al visitante en ediciones anteriores del certamen. No obstante, Concepción ha vestido prodigiosamente de flores el arco de la cancela. "Siempre procuramos poner algo nuevo; este año por ejemplo, hemos introducido elementos como una jaula, unas canastas..", añade sobre un patio del que la gente le dice "que es muy acogedor", del que le encantan sus "azulejos de punta seca" y del que a nadie pasa desapercibida su característica "fuente, que es una copia de la que hay en la iglesia de San Rafael", detalla. "La gente al entrar dice que es un patio muy recogido, pero que está puesto con mucho gusto", defiende.

Patio de Gutiérrez de los Ríos, 33 Patio de Gutiérrez de los Ríos, 33

Patio de Gutiérrez de los Ríos, 33

Un poema de Antonio Olmedo define el patio de Gutiérrez de los Ríos, 33 colgado en la pared de la entrada a un recinto que es otro de los que compite en la modalidad de arquitectura moderna. Antonio es cuñado de Benito Raya, el propietario, junto a Carmen Valencia, de Gutiérrez de los Ríos, 33. Un patio en el que reciben unas crecidas pilistras y que han incorporado flores "como la suegra y la nuera, además de un montón de hortensias, una colección grandísima de geranios...", comenta Benito. "Aparte de eso, hemos procurado que el patio estuviera más vistoso y que lo que teníamos y tenemos tenga más frondosidad", añade. Benito defiende que el tamaño, el colorido y los cientos de especies florales que viven el patio, "desde el naranjo, al olivo, a la buganvilla....dan una sensación de frescor, de relax y de que se está a gusto en él, y eso te lo manifiesta la gente", puntualiza. "Es verdad que no tengo macetas especialmente raras, pero las que tengo tienen un importante valor, dado que llevan con nosotros muchos años", sostiene sobre un recinto en cuya pared ha inscrito Patio Almona, "porque me parece que hay que hacerle un pequeño homenaje a cómo se llamaba antes esta calle", explica.

Patio de Plaza de las Tazas, 11 Patio de Plaza de las Tazas, 11

Patio de Plaza de las Tazas, 11 / Laura Martín

En arquitectura moderna también compite Plaza de las Tazas, 11, el gran patio convertido en un pequeño jardín botánico por Cristina Bendala. "Este año el patio tiene una cosa muy particular, algo que es una especie de transparencia. He cambiado un poco la cubierta vegetal de las pérgolas, con lo que entra una luz diferente", cuenta junto a una gran planta que es una de las más singulares del recinto, "una strelitzia, algo así como las aves del paraíso en su variedad gigante", detalla. Plaza de las Tazas, 11, es según defiende, un paraíso de luz y frescor, un lugar del que destaca "esa sensación armoniosa y de contacto con la naturaleza" que transmite. La strelitzia ha conseguido que "eche menos de menos" a esa palmera gigante que era santo y seña del lugar y que, como la de San Juan de Palomares, 11, ha pasado a mejor vida. "Este patio invita mucho a conversar", puntualiza Cristina sobre su patio, del que continúa recuperando la memoria histórica, como queda patente en su zaguán, en que cuelgan fotos de décadas atrás de algunos de quienes lo habitaron.

Patio de Duque de la Victoria, 3 Patio de Duque de la Victoria, 3

Patio de Duque de la Victoria, 3 / Laura Martín

Muchas décadas son las que atesora el patio de Duque de la Victoria, 3, que compite en arquitectura antigua y en el que este año Manuel Morales ha introducido algún cambio que otro. "Las cántaras con sus alegrías", comenta Paula Mantero, la mujer de Manuel. "También expongo la herrería de esta casa, candados, llaves y cerrojos; y vuelve también la escultura de mi hija Araceli, esa gran hormiga en la pared", destaca sobre un recinto en el que una arqueóloga le acaba de preguntar por sus columnas de mármol. Aunque lo que realmente Manuel destaca de la casa "es su arquitectura; sus columnas de mármol, su arquería, su artesonado, su suelo moruno..., aparte de la vegetación", añade antes de mostrar a uno de los visitantes la exposición fotográfica que sobre patios tiene una de las dependencias del recinto.

Patio de Diego Méndez, 11 Patio de Diego Méndez, 11

Patio de Diego Méndez, 11 / Laura Martín

También de arquitectura antigua es el patio de Diego Méndez, 11, que Chari Ojeda ha vestido con más gitanillas que otros años, además de introducir algunos aperos de labranza. El patio de Diego Méndez, 11 pertenece a una vivienda habitada por seis familias y que mantiene su estructura originaria, que data de 1774. El inmueble luce orgulloso a dos alturas los centenares de macetas de geranios y gitanillas que suelen colgar de sus paredes. "La gente me suele preguntar sin embargo por otras plantas como la flor de la gamba", comenta Chari, la artista del recinto. "Al patio sólo me dedico yo, ya que el resto de familias son mayores", sostiene.

Patio de Pedro Verdugo, 8 Patio de Pedro Verdugo, 8

Patio de Pedro Verdugo, 8 / Laura Martín

El blanco nuclear que tiñe sus paredes resalta la cascada de macetas que cuelgan de ellas, un contraste que embellece a este patio, el del número 8 de la calle Verdugo, que está presidido por un bello y también blanquísimo pozo árabe sobre suelo de chino cordobés. Este año, María de los Ángeles Flores ha introducido en el patio una gran mesa de una máquina de coser bastante antigua que tenía en la parte de arriba de la casa, "que pesaba tanto que me tuvieron que ayudar a bajarla y colocarla unos amigos de mi hijo, Carlos", apunta. "Mi patio es pequeño, pero todo el mundo me dice que tiene un encanto especial, porque cuando entras notas algo...como paz, como si te atrayera y te envolviera la casa", una casa en la que quien la visita pregunta mucho por el secreto de sus gitanillas y sus claveles. "De toda la vida, en las casas se han puesto macetas de claveles, de toda la vida, cuando algún vecino aquí compraba un ramo de claveles para regalarlos, le quitaban las plantitas que les salían y se sembraban", relata.

Patio de Escañuela, 3 Patio de Escañuela, 3

Patio de Escañuela, 3 / Laura Martín

Muchos son los claveles y gitanillas sembrados en Escañuela, 3, el llamado Patio de la Solidaridad, donde una hucha pide la voluntad para ayudar a unos niños muy especiales. Escañuela, 3 es la sede de la Asociación Cordobesa Amiga de los Niños Saharauis, un recinto, uno de los más grandes del concurso, que presidido por la Virgen de las Angustias, pertenece a una casa de vecinos antigua en la que llegaron a vivir 12 familias y en el que se reparten 800 macetas pintadas de marrón franciscano con una envidiable variedad botánica.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios