Las carrozas de la romería de la Virgen de Linares se han convertido en réplicas miniaturas para pasear de balcón en balcón en la calle Don Carlos Romero, en la zona de La Viñuela de la capital cordobesa, el barrio que no ha dejado morir ni una tradición en Córdoba durante el confinamiento. 

Las cinco carrozas, que ya habían paseado de balcón en balcón en la romería hasta Santo Domingo y la Batalla de las Flores, han vuelto a salir este domingo, entre el sonido de cohetes (descargados de internet). Y, al compás de "cordobesa de mi amor, hoy se alegran los pinares, con tu gracia y tu candor para llevarle una flor a la Virgen de Linares", los más de 50 vecinos de la calle se han vuelto a mirar, de una calle a otra, para celebrar otra de las romerías que el coronavirus les arrebató.

A mediodía de este domingo y a pesar del calor que ya se asoma en Córdoba, sacaron fuera las carrozas, que ya habían construido con materiales reciclados (papel de periódico, cartón, bolsas y telas), y las banderas y farolillos que se han unido, además, a las cruces de mayo que los vecinos han instalado este fin de semana, una de ellas con una altura de dos metros que cuelga en medio de la calle. En la voz de Alejandro, el niño de 15 años que tuvo la idea de celebrar la Semana Santa entre balcones, el pregón de la Virgen de Linares dio el pistoletazo de salida a la celebración.

La vocal de festejos de la Asociación de las de Peina y Volantes, María del Mar Muñoz, una vez más defiende la alegría que siente todo el barrio desde que, en Semana Santa, comenzaran a ponerle creatividad a cada fiesta confinada. Cada que termina una, ya están pensando en la otra. Tras las cruces y las romerías, entregarán la celebración a la Feria de Nuestra Señora la Salud, que este año, como todas las tradiciones, se realizará entre balcones.