Cultura

Martín Cuenca: "Creo en el cine como una forma de conocimiento"

  • El director, que acaba de terminar el rodaje de 'Caníbal' recibió el Premio Eloy de la Iglesia

El cineasta Manuel Martín Cuenca, que recibió ayer el Premio Eloy de la Iglesia en el Festival de Cine Español de Málaga, aseguró que siempre se ha sentido "un artesano del cine" y al mismo tiempo "un explorador, alguien que intenta no hacer siempre la misma película". "Me sentí cineasta desde el primer momento en que trabajé en una película cortando una calle para que no se cortara la toma porque pasara un coche o un viandante", afirmó. Ha aprendido de todos los directores con los que ha trabajado y a los que debe "mucho", como José Luis Borau, Mariano Barroso, Felipe Vega, Icíar Bollaín, José Luis Cuerda o Alain Tanner.

"No creo en el cine como puro entretenimiento, sino como una forma de conocimiento artística. Como espectador no voy al cine sólo para entretenerme, quiero algo más y como cineasta debo ser coherente con lo que quiero como espectador", añadió el realizador. Por eso intenta "jugar y evolucionar", y es que el cine es para él "como un viaje de exploración, en el que el mapa es el guión, sueñas en llegar y lo que vas a encontrar, cuando lo encuentras nunca es exactamente como lo habías soñado y eso es lo hermoso". De todos sus maestros recibió enseñanzas, pero se queda con dos de Barroso, que le recomendó que hiciera un curso de interpretación para aprender a dirigir actores y "meterse en su piel" y le definió lo que es un director. "Me dijo que el director es el que dirige la emoción, una especie de mago que cuando llega el momento en que las luces están puestas y toda la mecánica que ha pedido, convoca un acto litúrgico que es rodar un plano, convoca que venga la magia".

Martín Cuenca debutó en el largometraje con el documental El juego de Cuba antes de llegar a la ficción con La flaqueza del bolchevique, porque quería empezar "con un documental de corte clásico". "El documental me parece el género más difícil del cine, por la cantidad de trabajo y por ser el que genera un cine más auténtico. Te enseña a ser más humilde, estás trabajando con gente de verdad y tiene mucha incertidumbre porque no sabes muy bien lo que va a pasar", señaló ayer el almeriense.

Después de haber terminado hace una semana y media el rodaje, el lunes comenzará a montar su nuevo largometraje de ficción, Caníbal, protagonizado por el malagueño Antonio de la Torre. "La he hecho como si fuera mi última película, desde las entrañas, intentando no ser complaciente. He tenido la suerte de que mis productores lo han entendido y respetado, porque no es una película fácil, es dura". Se trata de una historia de amor y muestra "qué pasaría si un demonio se enamorara y se planteara dejar de hacer el mal por amor, con una estructura de thriller y de suspense".

"En un momento en el que nos quejamos de cómo nos golpea el mercado, creo que un acto de militancia es hacer una película que no se hinque de rodillas frente al mercado a la primera. Caníbal es la película que quería hacer y, de alguna manera, es una metáfora del momento", explicó.

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