Iberoamericano

Tributo muy familiar a Pancho Bautista, pionero del cine andaluz

  • El carisma del productor y director, fallecido en junio pasado, fue destacado por amigos y profesionales en una mesa redonda.

"Yo creía que en la barriga tenía un melón". Son palabras de niño, de Coque, de unos 8 años, dirigidas a su abuelo, Pancho Bautista. El gesto espontáneo, ante los micrófonos, dice mucho del acto de homenaje que ayer tributó el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva al productor y director andaluz, fallecido el pasado mes de junio a los 68 años de edad. Fue una mesa redonda familiar, muy cercana, llena de amigos y profesionales que se labraron la amistad del cineasta a lo largo de los años. No podía ser de otra forma para hablar de un hombre del que se destacó su "bonhomía, honestidad, integridad y coherencia".

Huelva le debía este homenaje a Pancho Bautista y no se ha hecho esperar. Muy vinculado con la muestra onubense desde sus inicios, Bautista es, probablemente, el padre del cine en Andalucía. Incluso, más que el padre, la primera persona que creyó que en esta tierra se podían hacer películas. Lo tuvo claro en tiempos difíciles, en la Transición, y lo demostró con su trabajo y su esfuerzo por sentar las bases de lo que ahora se denomina cine andaluz.

"Quería hacer una industria de cine en Andalucía, sin que hubiera que marcharse fuera para hacer películas; que el cine se desarrollara aquí y se pudiera seguir haciendo más", recordó Paco Rodríguez, director y amigo personal.

El acto logró reunir a muchos de los que le conocieron muy de cerca, colaboradores, familiares y amigos. Estuvieron en la mesa, ante los micrófonos, pero también en las butacas. Interviniendo, contando anécdotas, describiendo al hombre y destacando su aportación, única e innegable, al cine de marchamo andaluz.

Javier Paisano, presidente de Asecan, de la que Bautista fue socio fundador, recordó cómo creó la primera productora andaluza, Galgo Films, con la que en 1975 estuvo detrás de Manuela, el estreno de Gonzalo García Pelayo en la dirección y todo un referente histórico para la crítica y el público. "Después, con La espuela, y María, la santa, demostró que se podía hacer cine aquí con obras de autores andaluces", añadió.

A Pancho Bautista se le recuerda aún por ese taquillazo que fue en 1980 Se acabó el petróleo, éxito sin precedentes en Andalucía, sólo superado 30 años después por Solas, de Benito Zambrano.

"Era libre porque siempre hacía lo que pensaba que debía hacer, a pesar de las muchas críticas que recibió", apuntó Paco Rodríguez. "Era una persona muy reflexiva, pero a la hora de rodar, no echaba mucho tiempo. No se paraba en cuestiones técnicas pero sabía la clave de cada escena y lo que realmente iba a provocar las risas de la gente".

El encuentro de ayer estuvo jalonado de anécdotas personales y profesionales. Con el director Víctor Barrera, el director y productor José Miguel García y la periodista de TVE, Toñi Moreno, amiga de la familia, además de Manuela Bautista, hija del cineasta, e improvisados interlocutores entre el público, como la directora Pilar Távora, el productor Gervasio Iglesias, el director Paco Millán y los ex directores de los festivales de Huelva e Islantilla, José Luis Ruiz y Juan Labrador, entre otros.

Todos ellos destacaron la faceta de Pancho Bautista como conversador (para alegría de Telefónica y Tabacalera, según apuntaron), contador de historias increíbles ("como si él mismo hubiera asistido a la muerte de Clark Gable"), hombre cariñoso, familiar, apasionado con su familia y enamorado del cine. Y un personaje clave para Andalucía.

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