Cine

El Festival de Sevilla celebra a Kiko Veneno

  • 'Un día Lobo López', el documental de Alejandro G. Salgado que recrea la grabación de 'Échate un cantecito', competirá en Nuevas Olas No Ficción

El músico Kiko Veneno.

El músico Kiko Veneno. / José Ángel García

El Festival de Sevilla acogerá el estreno absoluto en un evento especial en el Teatro Lope de Vega el miércoles 9 de noviembre de Un día Lobo López, un documental sobre Kiko Veneno dirigido por Alejandro G. Salgado y que competirá en Nuevas Olas No Ficción. 

Salgado se adentra en la vida y el universo artístico de Kiko Veneno tomando como punto de partida la grabación de su disco más emblemático, Échate un cantecito. Construido sobre un minucioso trabajo de montaje, Un día Lobo López se presenta como una investigación exhaustiva del proceso de composición musical, escritura y grabación de aquel álbum publicado hace 30 años, así como de las circunstancias vitales de las personas implicadas en la gestación de las canciones que componen una de las obras más influyentes de la música popular española.

Crónica de un renacimiento, la película se centra en el periodo 1989-1993, durante el cual el cantante, guitarrista y compositor se dio una última oportunidad para vivir de la música antes de tirar la toalla, después de haber materializado con Veneno, en la segunda mitad de los años 70, uno de los proyectos más visionarios de aquella época y tras haber caído luego en una dura travesía del desierto llena de tropiezos artísticos y frustraciones personales. 

Santiago Auserón, otra figura clave en la historia de la música popular de este país, antiguo miembro de Radio Futura y transmutado luego en Juan Perro, aquel "hombre en la sombra" al que iba dedicado Échate un cantecito, participa en el documental como testigo y gran impulsor de aquel hito que hoy permanece vivo en la memoria sentimental de este país. 

Rebosante de música, que suena y se explica constantemente, así como de músicos que comparten la pasión de su oficio, entre ellos el propio Kiko Veneno, en la película aparecen además de Auserón el productor Joe Dworniak, los músicos Raimundo Amador, Andrés Herrera Pájaro, Lolo Ortega, Antonio Smash, Tato Macías y Juan Ramón Caramés, así como músicos de estudio británicos como Frank Tontoh y el ingeniero de sonido Matt Kemp.

En su planteamiento formal, Salgado, que regresa al festival tras presentar en 2019 Barzaj también en Nuevas Olas No Ficción, se apoya en un atrevido formato de doble pantalla. En estas dos ventanas se encuadran imágenes que confrontan el pasado con el presente, para lo cual el director hace dialogar su propio metraje con el abundante material de archivo espigado durante su trabajo de investigación, procedente principalmente de cineastas locales como Nonio Parejo, grabaciones caseras del círculo de amigos del artista y del proyecto La Digitalizadora de Memoria Colectiva, que con el apoyo del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico se dedica a preservar cintas magnéticas y latas de películas domésticas que contienen material valioso sobre la vida cotidiana en el último tercio del siglo XX.

Rodada entre Sevilla y Londres (donde se grabó el álbum), la película es definida por Salgado como “un retrato colectivo de las personas y los espacios” relacionados con Échate un cantecito. En paralelo al proceso creativo de aquel disco, la capital andaluza experimentó una profunda transformación que no llegó a los barrios más alejados del escaparate internacional de la Exposición Universal de 1992, una cuestión también latente en esta película que recorre esa otra ciudad que no mereció las atenciones de los fastos oficiales.

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