Wonders in the suburbs | Festival de cine de Sevilla

Una comedia municipal

Una imagen de la comedia 'Wonders in the suburbs', de Jeanne Balibar.

Una imagen de la comedia 'Wonders in the suburbs', de Jeanne Balibar.

Empezó torcida la sesión con Jeanne Balibar en la sala. Una presentación desafortunada exasperó al cinéfilo e impacientó al público antes de la proyección del segundo largo como directora de la espléndida actriz y cantante francesa. A pesar del sabotaje, definió su filme como una comedia excéntrica sobre las promesas incumplidas de la República (pongan un retrato de Macron en la pared) en lo que respecta a la integración, la convivencia, los derechos, el trabajo, la cultura, el bienestar y la felicidad de los ciudadanos, en definitiva. Porque, en efecto, la suya es una película loca, centrífuga, libre, fuera de las claves habituales de lo social o lo político, un musical sin canciones (pero con acentos) próximo al espíritu lúdico-teatral de Rivette, Léon o Bozon.

Balibar libera a cada uno de sus conocidos actores (Béart, Bedia, Amalric, Loiret, Ogier, ella misma) a jouer la comedie en un registro cercano a la astracanada, haciéndolos pulular por los despachos, pasillos y escaleras del ayuntamiento de un distrito multicultural de la periferia como si de un pequeño circo funcionarial se tratara, todo en aras de un utópico proyecto de regeneración a golpe de estricto cumplimiento de programa electoral.  

Entendemos de sobra las intenciones satíricas (esperemos que lo entiendan también nuestros gestores municipales), y aplaudimos incluso su tono desaforado, anárquico y screwball que pone a hacer locuras y juegos infantiles (de respirar fuerte en grupo a dormir la siesta por obligación, de la asesoría sexual a domicilio a los cambios de vestuario según el día) a unos representantes públicos que, además, tienen que apechugar con sus vidas y cuitas sentimentales. Otro asunto es que la cosa funcione bien y que la prometida fiesta no termine resultando arrítmica, descuidada y, a la postre, agotadora.