A couple | Festival de cine de Sevilla

Un paraíso propio

Nathalie Boutefeu en una imagen del filme del maestro Wiseman.

Nathalie Boutefeu en una imagen del filme del maestro Wiseman.

La correspondencia entre el novelista ruso León Tolstói y su esposa Sofia Tolstoi (nacida Sofia Behrs, 1844-1919), la autobiografía del primero y los diarios íntimos de esta última son el material desgarrador y precioso que el nonagenario cineasta norteamericano Frederick Wiseman adapta libremente junto a su única actriz, la francesa Nathalie Boutefeu, para su segunda película de ficción (tras La dernier lettre, 2002) en sesenta años de carrera dedicada íntegramente al documental, una trayectoria esencial en su retrato observacional, crítico y viajero de instituciones que lo han convertido en uno de los maestros absolutos del género.

Una correspondencia declinada aquí a una sola voz que revela un fuerte discurso feminista a prueba de coyunturas y nuevas olas. Allí donde Virginia Woolf pedía una habitación propia para la emancipación femenina y su liberación creadora, Wiseman le regala a Sofia Tolstoi y a Nathalie Boutefeu nada menos que un hermoso jardín del paraíso junto al mar para ellas solas. Filmada en los deslumbrantes paisajes románticos de la Boulaye de Belle-Ile, en Bretaña, A couple se despliega en una sucesión de monólogos –estáticos o andantes- en plena naturaleza que dan cuerpo, memoria, gesto y voz a un soliloquio emocionante, lúcido y herido que atraviesa las etapas y vaivenes de la relación de la pareja desde el momento crítico de la despedida y la separación.

Variante libre de rigor de ciertos postulados straubianos aunque igualmente radical a su manera, A couple asume la palabra literaria y teatral como vehículo esencial para la revelación y la encarnación de esa voz femenina silenciada por los hombres de talento, fama y reconocimiento, una revelación amarga y de ánimo oscilante donde el papel sacrificial de la esposa y la madre ha ahogado a la mujer deseante y pensante. Fuera de todo tiempo y de toda moda, y por lo tanto plenamente moderno, Wiseman libera y acompaña aquí a esa mujer histórica para rodearla de belleza y tiempo y dejar que sus ideas, sus anhelos y su dolor broten con pasión e inteligencia.