FESTIVAL DE CINE DE SEVILLA | LAS NUEVAS OLAS (FICCIÓN)

Gritos y susurros en tiempos de cambio

  • Doce títulos para una sección que se erige como motor para el debate político en una sociedad abocada a la transformación.

‘Murina’, dirigida por Antoneta Alamat Kusijanovic y producida por Martin Scorsese.

‘Murina’, dirigida por Antoneta Alamat Kusijanovic y producida por Martin Scorsese.

La sección Nuevas Olas se abre a la problemática del presente mostrando los desafíos de un mundo y un cine cambiantes. Se trata en suma de aportar una sugerente mirada a los retos que están hoy en la primera línea del debate político y social europeo: la inmigración, los refugiados, la lucha a favor de la igualdad real de la mujer, el ascenso de la ultraderecha o la identidad de los pueblos frente a la globalización.

Tras acoger los debuts de cineastas hoy tan relevantes como Luis López Carrasco o Lois Patiño, la sección vuelve a apostar por un director español novel. El canario David Pantaleón llega al Festival de Sevilla con su ópera prima, Rendir los machos. Ambientada en Fuerteventura, registra un viaje a pie protagonizado por dos hermanos que deben cobrar la herencia de su padre.

Flee, del danés Jonas Rasmussen, narra la épica huida desde Afganistán de un joven gay. A medio camino entre el cine de animación y el documental, Rasmussen traslada a la gran pantalla la historia real de un amigo que, durante la invasión soviética de los años 80, buscó refugio en el extranjero. Y en Europa, Haider Rashid acude al relato de su propio padre, refugiado iraquí, para retratar la odisea de miles de personas en la frontera entre Turquía y Bulgaria.

Dos nombres consagrados vuelven a Sevilla. El húngaro Kornél Mundruczó viaja en Evolution desde la Segunda Guerra Mundial al Berlín actual a través de tres generaciones de una misma familia, incapaz de reconciliarse con el horror sufrido durante el Holocausto. Por su parte, Mathieu Amalric en Abrázame fuerte (Serre moi fort) se adentra en la historia de una mujer que rompe las cadenas de su monotonía familiar. Mientras que en Murina, Cámara de Oro en Cannes, Antoneta Alamat pone el foco en la relación de una joven que desafía a su violento padre. También la relación entre un padre y su hija centra la trama de Moon, 66 Questions, de la griega Jacqueline Lentzou.

Feathers, del egipcio Omar El Zohairy, combina el surrealismo con la crítica sociopolítica a partir de la comedia más absurda. Black medusa, la ópera prima en blanco y negro de los tunecinos Ismaël y Yossef Chebbi, ahonda en el machismo y en los roles patriarcales. En Bloodsuckers, el alemán Julian Randlmaier se atreve con la sátira política y el cine de vampiros para realizar una ácida revisión del marxismo y los populismos de principios del siglo XX. Bajo la influencia del cine de Olmi o los Taviani, los italianos de Righi y Zoppis proponen en The Tale of King Crab una reinterpretación de los cuentos populares para hacer una contundente crítica a los colonialismos. Una relectura de las cadenas de la metrópoli, y el proceso de liberación, está también presente en Liborio, título de Nino Martínez Sosa. La cinta es el retrato colorista del líder campesino y religioso dominicano Olivorio Mateo.