Guus Hiddink en su salsa: en la víspera del decisivo choque de semifinales de la Eurocopa ante España, el seleccionador de Rusia expresó su orgullo por representar a su equipo y al fútbol de ese país ante cientos de periodistas y camarógrafos del mundo entero.

"Les doy la bienvenida, el enorme número de personas que están aquí nos hace sentir muy orgullosos. Quiere decir que el fútbol está muy vivo en el mundo y el fútbol ruso también", dijo el técnico holandés en Viena, oficiando en la práctica de maestro de ceremonias de la conferencia de prensa previa al partido de mañana en el estadio Ernst Happel, que dirimirá un cupo en la final del torneo.

Hombre amable y de buena relación con la prensa, Hiddink tenía motivos para sentirse satisfecho. Dos semanas atrás, unas pocas decenas de periodistas concurrieron en Innsbruck a la rueda de prensa anterior al debut de su equipo, precisamente ante España.

"Estoy muy orgulloso de acompañar la resurrección del fútbol de Rusia y también por lo que ha realizado la selección hasta el momento. Esta semifinal es el mayor desafío y la mayor oportunidad para el desarrollo del fútbol en Rusia", argumentó Hiddink.

El entrenador se refirió a aquel primer partido con España, que se saldó con una dura goleada para Rusia, por 4-1. A partir de entonces, su equipo hilvanó tres victorias consecutivas, frente a Grecia, Suecia y Holanda, esta última ya en cuartos de final.

"El partido con España fue la primera experiencia a este nivel para muchos jugadores. A partir de entonces hicieron muchos progresos, inesperados incluso para mí, y el último paso fue Holanda".

"Contra España tratamos de jugar muy buen fútbol, pero dimos muchos regalos a nuestro oponente. Entonces en los entrenamientos nos centramos en los elementos básicos y también en la ejecución de la parte defensiva; en poco tiempo mejoramos mucho, lo cual me sorprendió a mí también", insistió el entrenador.