Grupo b

Croacia-Alemania (2-1): Alemania se asfixia en su suficiencia

  • Croacia encuentra todos los defectos de los germanos y los rentabiliza liderando el grupo para dar un giro inesperado a la Eurocopa.

Croacia le ha dado un giro de lo más interesante a esta Eurocopa. Le buscó, uno a uno, todos los defectos a Alemania, la desarmó, le quitó todos sus disfraces y demostró que un ritmo monocorde y la insistencia no siempre bastan para ganar. Y menos a ciertos niveles. La derrota germana ofrece un nuevo abanico de posibilidades, pues Croacia opta decididamente al liderato del grupo y eso entraba en pocas cabezas.

Modric moviendo de forma muy inteligente a los croatas y Kranjcar como brazo ejecutor, y Alemania apenas ofrece reacción. Es firme, decidida y tiene una confianza ilimitada esta Alemania. Quizás demasiada. No parece la clase de equipo capaz de cambiar de ritmo, de alterar el devenir de un partido con una apuesta distinta. Lo intentó sustituyendo piezas, pero no dio nunca la sensación de poder derribar a Croacia. Ojo, a Croacia, un equipo bien organizado, que presiona y que tiene un jugador muy interesante. Pero sigue siendo Croacia, no las estructuras que se han visto en Portugal y Holanda, por ejemplo.

Alemania se asfixió en su propia suficiencia, en saberse poderosa, muy poderosa. Croacia le buscó cada resquicia. Todos. Uno a uno. Buscó el cara a cara con un lateral que atacando es el doble y defendiendo, la mitad. Jansen sufrió una barbaridad, pero eso es algo que ya se apuntaba ante Polonia. Modric movía y movía, y eso es algo que Alemania no está acostumbrada a hacer. Le gusta llegar, pero no entrenerse. Croacia obligó a los alemanes a entretenerse tanto que se aburrieron. Sobre todo sus delanteros, Mario Gómez y Klose, prácticamente inéditos. Estáticos y aburridos. Muy estáticos y muy aburridos. Bilic abrió el campo, lo abrió todo lo que pudo. Con la de patadas que daba como jugador, el seleccionador croata dispone toque y verticalidad. También muerden, claro. Si no, no sería Bilic el entrenador. Alemania juega demasiado en estático y sus centrales se empeñan en mirar más el balón que al rival, con lo que no vigilan las incorporaciones. Además, contaron con una ayuda inesperada. Quien más y quien menos observa que Lehmann no es un portero que ofrezca la fiabilidad que se espera de Alemania. Jansen se tragó el primer gol croata y Lehmann el segundo. Mal trago el alemán.

Löw, el veraniego seleccionador alemán, reaccionó con determinación, pero con desigual resultado. Un extremo derecho por el lateral izquierdo, un extremo izquierdo por un delantero, un delantero por el lateral derecho. Vaya jaleo se traía Löw intentando buscar en Croacia las fisuras que eran tan evidentes en Alemania. Que Odonkor no está para nada lo sabe cualquiera que haya visto al Betis esta temporada. Jugó toda la segunda parte sin aportar lo más mínimo. Schweinsteiger es otra cosa, pero no tiene cabeza y se autoexpulsó estúpidamente. Kuranyi sencillamente no olió la pelota, y al optar por defensa de tres con toda la banda para Odonkor, Modric cargó el juego por ahí y Alemania ya no pisó el área.

Fue justo después de que Podolski lograra su tercer tanto del torneo. La enganchó de fábula en el único error croata. Lahm colgó un balón que intentó bajar Ballack y que Robert Kovac despejó forzado y sin demasiada convicción para que el goleador alemán fusilara a Pletikosa.

Un espejismo porque Alemania no agobió a Croacia como era de esperar. Ni siquiera el 2-0 llegó en un contragolpe. Llegó en un golpe. El golpe que supone tener a Lehmann de portero. Un centro de Corluka lo desvió Lahm y el meta se la tragó con la misma tranquilidad que reflejaba su cara después de que Olic la empujara y pusiera el partido casi imposible para Alemania.

La misma cara que se le quedó cuando Mertesacker no llegó a despejar un centro de Modric que sí alcanzó Srna adelantándose a Jansen. Alemania no cambia la cara nunca. Sólo Ballack parecía verdaderamente enojado por la imagen y por el resultado. Desde luego, Austria no parece gran cosa. Pero llegar al último día jugándose el pase contra el anfitrión y amigo no entraba en los planes alemanes. Y no hay opción de un penalti cariñoso como en España 82. Croacia no es Argelia y Modric no es alemán. Ya quisiera Beckenbauer.

Croacia, 2: Pletikosa; Corluka, Robert Kovac, Simunic, Pranjic; Srna (Leko, 80'), Niko Kovac, Modric, Rakitic; Kranjcar (Knezevic, 85') y Olic.

Alemania, 1: Lehmann; Lahm, Mertesacker, Metzelder, Jansen (Odonkor, 46'); Fritz (Kuranyi, 81'), Frings, Ballack, Podolski; Klose y Mario Gómez (Schweinsteiger, 66').

Goles. 1-0 (24') Srna. 2-0 (62') Olic. 2-1 (79') Podolski.

Árbitro: Frank de Bleeckere (Bélgica). Mostró tarjetas amarillas a los croatas Srna, Simunic, Leko y Modric, y a los alemanes Ballack y Lehmann. Roja a Schweinsteiger (92').

Incidencias: Partido de la segunda jornada del grupo B de la Eurocopa de Austria y Suiza disputado en el estadio del Wörthersee, en Klagenfurt ante 30.000 espectadores. Lleno.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios