Semifinales

En Berlín, el Alemania-Turquía es una metáfora

  • En Alemania viven más de dos millones de turcos, de los cuales 200.000 tomarán las calles de la capital.

La capital alemana se prepara para la semifinal de la Eurocopa con la misma expectativa que el resto del país, aunque con mucho más color y tensión: de sus 3,4 millones de habitantes, cerca de 200.000 tienen raíces turcas.

Difícilmente alguien en Berlín vaya a ver el partido solo, y son amplia mayoría quienes han tenido que elegir entre varias opciones. Por e-mail o teléfono la gente se convida a palpitar el encuentro en grupo. No hay un taxista que elija otro tema de conversación.

"Ya sabemos quién va a ganar", dice con una sonrisa el alemán Jonas Gruber, que como todos los miércoles se reunirá en el barrio de Kreuzberg con su grupo de música, aunque esta vez para seguir a la selección germana acompañado de varios cajones de cerveza. A su lado no habrá turcos.

En los barrios de Neukolln, Wedding y sobre todo Kreuzberg, donde vive la mayoría de turcos de Berlín pero también hay una muy importante y mayoritaria presencia de alemanes, el partido dividirá las aguas como ningún otro acontecimiento.

Entre los turcos, no faltan quienes se reconocen "también" alemanes: en muchos comercios de Kreuzberg y Neukolln cuelgan banderas tanto turcas como alemanas, simbolizando la comunión o la confusión entre ambas naciones.

No obstante, todos los turco-alemanes prefieren que gane Turquía, aunque si el triunfo es alemán, en la siguiente ronda se pondrán del lado de la selección germana.

El cotejo pone en juego algo más que fútbol. Los turcos que hoy viven en Alemania empezaron a llegar en la década del 60, con las facilidades que les ofrecían los programas mediante los que se buscaba la mano de obra que la pujante industria alemana necesitaba.

Pero los "huéspedes" (como los designaba el programa, presuponiendo que tras trabajar volverían a Turquía) se quedaron, para después hacer venir a sus mujeres, hijos, hermanos y otros parientes.

Desde hace días circulan por Berlín BMW y Mercedes Benz en los que ondea la vistosa bandera roja con la media luna blanca. Esas marcas que en todo el mundo nombran a Alemania son para muchos turcos el símbolo de que triunfaron en el país germano.

Los 2,1 millones de turcos de toda Alemania hacen aún hoy los trabajos menos prestigiosos y peor remunerados en una sociedad cuya legislación los obliga a asistir a cursos de idioma e "integración".

Por eso, un triunfo en el partido de mañana podría convertirse para los turcos en el símbolo de su gradual y trabajosa conquista de Alemania, y por extensión de Europa, dado que la política exterior de Turquía está hoy signada por su aspiración a que se la admita como miembro la Unión Europea.

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