España

La 'deuda eterna' con las víctimas

  • ETA y los Grapo generaron "enorme rabia e inmenso dolor" a Suárez cada vez que atentaron en el país.

El primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez, vivió los atentados de las bandas terroristas ETA y Grapo como uno de los peores momentos al frente del Gobierno, según contó en una entrevista para la Fundación Víctimas del Terrorismo, de la que fue su primer presidente. Ante ellos mostró siempre la misma firmeza que ante cualquier otro asunto de Estado.

Desde la Fundación, que actualmente preside María del Mar Blanco (hermana de Miguel Ángel, concejal de Ermua asesinado por ETA en el verano de 1997), emitieron ayer un comunicado en el que trasladan "su más sentido pésame" a la familia del fue su primer presidente y también su presidente de honor, "cargo que ocupó hasta el momento de su fallecimiento".

Suárez aceptó la presidencia de la Fundación en el 2002, año de su creación, como reafirmación de su compromiso en la lucha contra el terrorismo que le causó "una enorme rabia y un inmenso dolor" durante los años de su Gobierno, en los que fue protagonista de la "presencia permanente" de ETA y Grapo en la vida de los españoles.

Así lo afirmó en su última entrevista, publicada en la revista de la Fundación Víctimas del Terrorismo, en la que también aseguró que "la sociedad contrae una deuda con las víctimas del terrorismo" que nunca se podrá pagar. "Nada puede compensar el dolor, el sufrimiento y la soledad" de haber perdido a un ser querido", añadió.

Suárez, quien ocupó el cargo de presidente de la Fundación hasta el inicio de su enfermedad neurológica -momento en el fue nombrado presidente de honor-, contó cómo durante sus años en La Moncloa "los etarras tenían en Francia la consideración de refugiados políticos", algo que en el momento de aquella entrevista "ya había cambiado".

El ex presidente subrayó en numerosas ocasiones la necesidad por parte de los ciudadanos de "hacerse oír" contra la violencia "con decisión y sin miedo" porque, "de alguna manera "todos somos víctimas del terrorismo, todos estamos humillados y ofendidos por él", explicaba el dirigente castellanoleonés.

La presidenta de la Fundación, María del Mar Blanco, manifestó ayer que el legado de su presidente de honor "seguirá siendo la guía de nuestro trabajo y que harán "todo lo posible por cumplir todo aquello que nos enseñó".

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