La crisis del partido popular El entorno del líder también valora la mesura de Aznar

Silencios como oro en paño

  • Rajoy agradece que Acebes, Rato y Mayor Oreja, miembros del núcleo duro de la etapa de gobierno de Aznar y auténticos referentes de las bases, se hayan mantenido al margen del debate precongresual

"Hay cuatro o cinco personas que ayudaron a construir el PP, que saben lo que costó llevar a este partido al Gobierno y que saben la responsabilidad que tienen en cada una de sus declaraciones". Ésta era la reflexión que un diputado del PP, ex ministro de José María Aznar para más señas, lanzaba hace unos días en los pasillos del Congreso cuando se le preguntaba si Rodrigo Rato tomaría alguna posición pública cuando más agitada era la vida diaria del principal partido, en la sucesión de aquella cadena de "lunes negros".

Lo cierto es que del núcleo duro que acompañó a José María Aznar en sus ocho años en el Gobierno, tan sólo el ex secretario general y ex ministro Francisco Álvarez Cascos se ha posicionado claramente contra Mariano Rajoy. Hace unos días, acusó al entorno de éste de intentar manipularle.

El propio Aznar hizo una incursión en el debate popular el 15 de mayo cuando, aprovechando un acto de la FAES sobre la incorporación de España al euro, recurrió al doble sentido y al interlineado para lanzar un mensaje a su sucesor al frente del PP. "Siempre hay que procurar jugar con los mejores y además tener la voluntad y la decisión de llamarlos y de agruparlos en torno a un gran proyecto", dijo entonces Aznar. Sin embargo, el entorno de Rajoy no se cansa de elogiar la elegancia y la discreción con la que el ex presidente se ha movido en estas convulsas semanas, sabedor de que cualquier declaración suya podría provocar un auténtico terremoto interno.

Pero hay tres silencios, silencios muy elocuentes, que han sido especialmente valorados, también agradecidos, por Mariano Rajoy, cuando ha sido objeto de críticas muy agrias, desde María San Gil hasta Juan Costa, pasando por Gabriel Elorriaga o Gustavo de Arístegui, sin mencionar al entorno de Esperanza Aguirre. Son tres dirigentes pero mucho más que eso, son auténticos referentes, por distintos motivos, de la militancia del PP, de esos 700.000 populares de base: Ángel Acebes, Jaime Mayor Oreja y Rodrigo Rato.

Anteriormente había sido la retirada de Eduardo Zaplana pero fue el 5 de mayo cuando el número dos del PP anunció que había pedido a Rajoy que no contara con él para la nueva etapa. Acebes, el eficaz y discreto secretario general, escudero del líder, la voz del PP ante los medios de comunicación, provocaba un auténtico terremoto. ¿Se sumaría Acebes a los críticos?, se preguntaron algunos. Lo cierto es que desde entonces ha cumplido su palabra pasando a un segundo plano y manteniendo una prudencia abulense. Primero, renunció a las habituales e intensas ruedas de prensa de cada lunes en Génova. Luego, renunció a preguntar a la vicepresidenta en la sesión de control de los miércoles. Después, a las entrevistas y a las declaraciones públicas. E, incluso, a los habituales corrillos que protagonizaba habitualmente en los pasillos del Congreso con los periodistas que siguen habitualmente la información que origina el Partido Popular.

La última vez que intervino fue ante el Comité Ejecutivo del PP y fue para recibir el aplauso unánime de sus compañeros y el agradecimiento expreso y público del líder. ¿Que hace Acebes, que ha dejado incluso de asistir con asiduidad a los plenos parlamentarios?, se preguntan muchos. "Trabajar en su despacho y preparar el congreso de la próxima semana", contestan fuentes próximas a él.

¿Y su futuro?. Nada de Bruselas, -ha manifestado que no aspira a encabezar la lista para las europeas-, nada de regresar a la política autonómica -la presidencia de Castilla León-, y nada de empresa privada. Diputado de a pie.

Otro referente -un símbolo para las bases por su papel en la política vasca y su paso por el Ministerio del Interior- es el eurodiputado, Jaime Mayor Oreja, al que Rajoy lleva semanas tratando de acercarse y al que podría integrar en su nueva dirección. Mayor se ha limitado estos meses a constatar lo obvio: que el PP atraviesa su momento más difícil desde la refrendación en 1990. Ha negado estar detrás de la espantada de María San Gil.

Lo cierto es que Mayor Oreja lleva semanas volcado en su trabajo en Bruselas y en su papel como presidente de la "Red Europea de Ideas", el think-tank creado por el Grupo Popular Europeo y al que accedió el pasado 14 de abril. De hecho, recuerdan fuentes de su entorno, el día del tenso Comité Ejecutivo Oreja se encontraba en Budapest por asuntos relacionados con este laboratorio de ideas.

El último referente del PP que ha guardado un escrupuloso silencia ha sido el ex vicepresidente Rodrigo Rato. Prueba de que cualquier declaración pública podría provocar un tsunami en el partido es el terremoto que provocó cuando se presentó ... por error, en la presentación de un libro en el que estaba Esperanza Aguirre. Él iba a la presentación de otro libro pero cualquier gesto es interpretable. Las relaciones entre Rajoy y Rato han sido especialmente frías desde el regreso a España del ex presidente del FMI pero el actual líder de los populares valora su neutralidad pública.

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