El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha advertido de que las consecuencias económicas de la secesión son "aterradoras" para Cataluña y de que sólo el hecho de haber "abierto un debate sobre el derecho a decidir ir a ninguna parte puede tener ya consecuencias muy importantes".

García-Margallo, que se ha referido a este asunto en un desayuno informativo, se ha mostrado convencido de que "se resolverá como se tiene que resolver", pero ha hecho hincapié en que el "abrir ahora una incertidumbre de este tipo sobre el futuro de Cataluña traerá problemas, dificultades y pobreza a Cataluña, en un momento en el que hay que resolver la crisis".

El ministro ha dicho que entiende la "tentación de buscar un enemigo externo cuando uno tiene que producir ajustes dolorosos para la población", pero ha sostenido que "esa no es la política que hay que seguir" y que "una política que se basa en el número de manifestantes que van a un lado o a otro ni es política ni es nada". Sobre las consecuencias de la secesión, ha recordado que Cataluña quedaría excluida "automáticamente" de la Unión Europea y que, por tanto, "el adeu a España de Maragall sería el adeu a Europa", y Cataluña "dejaría de tener un horizonte europeo por primera vez en su historia". Ha explicado que tendría que pedir su admisión como un Estado de nueva planta y que todos los trámites hasta la admisión final tendrían que ser aprobados por unanimidad.

A este respecto, ha asegurado que él no conoce "ningún Estado miembro que estuviese dispuesto a reconocer una secesión unilateral de Cataluña" y que en esas condiciones "quedaría fuera de la UE, incluyendo en la UE lo que queda de España". "Las consecuencias económicas para Cataluña son aterradoras", ha aseverado el ministro, y ha recordado que su departamento ha publicado los informes de los consultores más importantes, entre ellos uno que señalaba que la exclusión de la UE supondría para Cataluña una caída del PIB del 20%.

En su opinión, el llamado "problema catalán" es desde tiempos de Ortega y Gasset "el más serio que España está abordando como nación" y es un "problema que le preocupa a cualquier español".

Tras situar el origen del problema en 1640, el titular de Exteriores ha citado el "luminoso" libro Por la concordia, que Frances Cambó escribió en la clandestinidad, para apoyar su teoría de que la solución sólo pasa por "tener en cuenta dos realidades incuestionables: la existencia de una personalidad catalana propia y la realidad hispánica de Cataluña".