Cayo Lara, aspirante a ser reelegido máximo dirigente de Izquierda Unida, sacó adelante ayer por primera vez en dieciocho años una lista unitaria en la que están integradas todas las corrientes de la coalición, incluida la de Gaspar Llamazares, y otras voces críticas con la dirección saliente, como la del líder extremeño Pedro Escobar. La presidenta de la asamblea federal, Yolanda Díez, adelantó que no habrá ninguna candidatura alternativa y se felicitó de que la asamblea se haya producido en un marco "de unidad".

Los 959 delegados reunidos este fin de semana en Madrid elegirán por tanto a quienes serán los miembros de los nuevos órganos de dirección a partir de una única lista, un hito histórico en el seno de la formación de izquierdas. El cónclave debatirá hoy la llamada Declaración de Madrid, documento político desde el que IU lanza un llamamiento a la mayoría social, los trabajadores y los sectores más afectados por la crisis, postulando la "rebelión democrática", expresión acuñada por el portavoz de IU en el Congreso de los Diputados, José Luis Centella.

Con la filosofía de la Declaración de Madrid no se persigue sólo ganar diputados, sino "acumular fuerzas de la mayoría social, no exclusivamente de partidos políticos, para disputar la hegemonía ideológica, social y política a la derecha". En el documento ha sido rubricado se han integrado las propuestas planteadas por las distintas "sensibilidades" que conforman IU, incluida la formación Izquierda Abierta de Gaspar Llamazares, por lo que no se presentará ningún documento alternativo.