Entre leones

Griñán y la Constitución

  • España, atrapada entre el soberanismo CiU-ERC y el nuevo centralismo del PP. Mesquida salta a la arena política del PSOE. El borrador policial contra Mas y Pujol recuerda episodios de guerra sucia del pasado

Mala pinta

España tiene muy mala pinta. Entre la deriva mercantil-soberanista de CiU y sus satélites y el nuevo centralismo del PP, a la crisis económica y social hay que añadir definitivamente una crisis institucional de caballo. Para colmo, en el Día de Constitución, ausente Artur Mas en el acto celebrado por primera vez en el Senado, el Gobierno dio protagonismo a sus pirómanos preferidos. Wert optó por parafrasear a Felipe González situándose de nuevo en el centro de la plaza política -que mal suena eso de sentirse como un toro-, y Montoro redobló la amenaza a las autonomías que incumplan el déficit, con un disco dedicado a Cataluña y Andalucía. Veremos a ver por dónde sale tanto exceso de testiculina política. Ni siquiera el presidente del Congreso, hombre que en privado presume de pactista, tuvo la valentía de abrir un poquito la puerta a las reformas constitucionales. Al menos, Pío García Escudero, en teoría más dado a asumir a pie juntillas el argumentario de Génova, defendió que la Carta Magna no era un texto petrificado. Rajoy dijo lo justo; es decir, casi nada. Ni siquiera en los corrillos, donde el off the record protege lo suyo, quiso hablar de los temas escabrosos: Cataluña, las pensiones, etc. Habrá que esperar al próximo 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, para que su pronuncie sobre ellos en el balance anual que tiene previsto hacer en el Palacio de la Moncloa. O no, que diría el propio presidente del Gobierno.

Informe policial

En esta guerra abierta contra Mas, con unos 7.000 catalanes reclamando en la plaza de Sant Jaume que España sea una y no 51 -también en Madrid hubo fiesta nacional-, lo que parece que se ha caído ha sido el famoso borrador policial sobre unas presuntas cuentas del presidente de la Generalitat y de su antecesor convergente, Jordi Pujol, vinculadas al cobro de comisiones. Tras no validarlo el jefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía (UDEF) ante el juez, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, otro ilustre pirómano del Ejecutivo, capea el temporal con un informe interno que está a punto de caramelo. O eso dicen. Sea el que sea el resultado final, este episodio recuerda mucho a guerras sucias del pasado. Las mismas que criticaron ferozmente desde la bancada popular por ser, fundamentalmente, una "chapuza". ¿Se acuerdan?

Desaparecidos

Mientras que el PP campa a sus anchas, reformando, fragmentado y polarizando el voto, el PSOE se ha convertido en el casting principal de Desaparecidos. Rubalcaba y los suyos se encaminan inexorablemente hacia un congreso extraordinario. Sin fuelle electoral, los socialistas han abierto de facto la sucesión al aceptar el líder supremo que el ex director general de la Guardia Civil con ZP, Juan Mesquida, se postule públicamente como el salvapatrias de la socialdemocracia española. La duda es si el balear no es más que un señuelo, porque el patanegra del oficialismo, por llamarlo de alguna manera, parece que será el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, o el todavía lehendakari, Patxi López. Paradójicamente, el toledano se mostró molesto con el salto a la arena política de Mesquida, y aprovechó para reivindicar el "debate de nombres" en el PSOE de una puñetera vez. Enfrente, tendrá a Carme Chacón o a un chaconista ilustre, que hay gente p'a tó. Pero también cabe la posibilidad de que Griñán, que semanas atrás frenó y dio marcha atrás en una especie de coito político interruptus, se sienta llamado a mayores empresas alentado por sus corifeos y otros acólitos.

Díaz Ferrán

Inmersos en este crisis que tiene varias patas y cual peor, tras entrar en prisión, ha trascendido que el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, debía hasta de callarse. Es decir, 419 millones de euros a unos 10.000 acreedores y sólo tenía bienes por valor de 5,6. Lo curioso es que entre los principales acreedores se encuentran algunas de las principales cajas y bancos intervenidos por el Gobierno: Novacaixa Galicia, Cajamadrid (Bankia), Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y Bancaja. Teniendo en cuenta que estas entidades fueron salvadas con dinero público del FROB, Díaz Ferrán nos tiene a todos los españoles como acreedores.

El presidente de la Junta, José Antonio Griñán -en la imagen con el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo-, compareció el pasado jueves en el Senado en el acto conmemorativo de la Constitución casi como una especie de llanero solitario del socialismo español. Pero no se arredró: "No hay que cambiar la Constitución, hay que respetarla, y el PP no la respeta porque la está cambiando a través de sus leyes". Y se refirió a modo de ejemplo a la reforma laboral. Eso sí, no cuadra del todo con la propuesta Alfredo Pérez Rubalcaba, que apuesta por adaptar la Carta Magna a los tiempos que corren, incluyendo la sanidad como en un derecho universal.

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