España

Artur Mas promete mantener viva la llama de una "nación plena"

  • El candidato de CiU acude a la simbología más catalanista para leer su declaración institucional, sin preguntas, de cara a los comicios de mañana

El candidato de CiU a la Presidencia de la Generalitat, Artur Mas, solemnizó en el final de la campaña electoral su compromiso de "reconstruir" Cataluña desde la "humildad" y de mantener viva la "llama" que alimenta el sueño de disponer de una "nación plena".

El marco elegido para leer su "declaración institucional" sin preguntas -último acto electoral antes del mitin final de esta noche en el Palau Sant Jordi de Barcelona- era casi más importante que el texto en sí.

Con una estudiada iconografía catalanista, Mas compareció en un atril al aire libre, flanqueado por Josep Antoni Duran Lleida y las nueve enigmáticas senyeras que suelen acompañarle en ocasiones como la de ayer y cuyo significado simbólico sigue sin desvelar, frente al monasterio milenario de Sant Benet, en el único acto teñido de épica de toda su campaña. Era el mismo emplazamiento en el que, el 17 de enero de 2010, Mas fue ratificado oficialmente, por tercera vez, como candidato de CiU a la Presidencia de la Generalitat.

CiU calcó el ritual del último día de la campaña de 2006, cuando Mas leyó también una solemne declaración institucional frente al monasterio benedictino de Ripoll (Gerona), previa ofrenda a la tumba de Guifré el Pilós (Wifredo el Velloso), padre simbólico de la patria catalana.

Esta vez, el monasterio románico de Sant Benet, erigido en el siglo X y reconstruido recientemente, le ha servido de metáfora para ilustrar cómo afronta el reto de convertirse en el president número 129 de la centenaria historia de la Generalitat.

Tras siete años de travesía por el desierto de la oposición, reconoció Mas, la gente de CiU tiene "sed", pero "no de venganza" contra el tripartito sino de voluntad de "servir" al país.

"Nuestra sed está impregnada de espíritu positivo, de afán por superar retos, de voluntad de levantar el país", proclamó.

En una declaración de dos folios y medio, leída en apenas cinco minutos, Artur Mas apeló "al corazón y al alma de todos los catalanes", para intentar convencerles de que, pese al profundo bache que atraviesa el país, hay esperanza de resurgimiento, porque "el destino de los pueblos no viene marcado por las veces que entran en crisis o caen en el desánimo, sino por las veces que son capaces de levantarse".

La parte final de la declaración estaba reservada para hacer un nuevo llamamiento a los catalanes a darse cuenta de que "el cambio es posible" y de hecho "está en marcha", aunque falta que cristalice mañana en las urnas: "Si Cataluña suma, puede", dijo Mas, en una sentencia con reminiscencias del "Yes, we can" de Barack Obama.

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