Entrevistas

"En vez de castigar los abusos de unos cuantos les pagamos billones"

-¿En qué momento cambió su vida?

-Es una curiosa historia, de algún modo ligada a la actual situación en Bombay. Tenía 24 años y trabajaba en una gran corporación privada. Desde la ventana de mi oficina podía ver la piscina del hotel Oberoy.

-¿El que atacaron la semana pasada?

-Así es. Allí estaba la gente más rica de la India. Y al otro lado veía a los obreros que construían el World Trade Center, gente de casta muy baja. ¡Las mujeres subían a los andamios con los niños a la espalda!

-Un gran contraste.

-Ese contraste me llevó a pensar que prefería dedicarme a luchar por los trabajadores de la construcción.

-¿Y qué hizo?

-Cambié de trabajo. Dejé el sector privado y desde entonces he trabajado en instituciones y organismos sin ánimo de lucro. Soy uno más, y desde luego que no he cambiado el curso del mundo, pero me siento mejor.

-¿Qué está ocurriendo en la India?

-Es muy simple. Bajo la situación de tensión subyace el hecho de que unos pocos se están haciendo muy ricos y la mayoría son muy pobres. Y, entre esta mayoría de pobres, los más pobres son musulmanes.

-¿La raíz del problema está en la pobreza?

-Si tienes un cuerpo pequeño y sólo te crece la nariz tienes que ir a operarte para cortártela. Si una parte de la comunidad es continuamente maltratada hay una reacción. Aunque venga de un modo que rechazamos.

-¿Eso justifica lo ocurrido en Bombay?

-No se puede justificar el terrorismo, porque muere mucha gente inocente, pero hay que analizar las razones históricas y tratar de explicar las cosas en un contexto más amplio.

-Le escucho.

-Hagamos un retrato global. Si hay dos mil millones de musulmanes en el planeta, cuanto más sientan que no son parte de la corriente principal peor reaccionarán. Si les decimos que ellos no son civilizados y nosotros sí…

-¿La crisis empeorará las cosas?

-¡Ésa es la gran ironía! Hablamos de Wall Street y Main Street, pero esta gente no tiene street [calle] en absoluto. Son los que van a sufrir las consecuencias.

-¿Cuál es su versión del crash?

-El crash es fruto de la avaricia de unos cuantos, apoyados por gobiernos que no querían ninguna regulación. Han abusado de su poder y han usado mal el dinero.

-¿Impunemente?

-Con total impunidad. Y en vez de castigarlos o actuar contra ellos les pagamos con cinco billones de dólares de dinero público. Lo peor es que pagará las consecuencias gente que no tiene dinero ni para abrir una cuenta corriente.

-¿Hay razones para el pánico?

-Hay serias razones para el pánico si la recesión afecta a los países más ricos del mundo, que son los que sostienen la economía global. Siempre decimos que si estornuda Wall Street los demás cogen una pulmonía.

-¿Cuánto perderán los países pobres?

-Estimamos que las pérdidas de los países pobres en los próximos tres años serán del orden de 300.000 millones de dólares, debido a la contracción del PIB por la caída de las exportaciones y la bajada de los precios.

-¿Peligran los Objetivos del Milenio?

-Para cumplir lo prometido en la Cumbre del Milenio necesitamos 140.000 millones de dólares hasta el año 2010. Eso es una fracción muy pequeña de los cinco billones de dólares que costará a los países ricos la crisis financiera.

-¿Y cómo logrará que le escuchen?

-Hay que darles voz a los países pobres. No basta con que parezca que están representados. Queremos movernos desde el G1, que son los Estados Unidos, o el G20, que se reunió en Washington, hasta un multilateralismo efectivo.

-¿Con qué países?

-Con los 192 países del mundo. No puede ser que ocho países decidan por todos: estamos interconectados y somos interdependientes.

-¿Asistimos al final de una era?

-Sí, seguro. Es el fin del fundamentalismo de mercado. Hay quien dirá que no puede haber una mano invisible controlando a todo el mundo. Pero la única mano invisible es la de aquellos que han robado.

-¿Pide más regulación?

-Hay que regular tanto el sector público como el privado. Siempre supimos que el sector financiero no puede trabajar sin regulación, pero como los líderes también invierten en bolsa, todos miraron hacia otro lado.

-¿Sufriremos ante el cambio?

-Ya estamos sufriendo. El hombre tiene una increíble capacidad para destruirse a sí mismo, pero por suerte también tenemos una divertida habilidad para encontrar soluciones.

-¿Por dónde empezamos?

-Los Estados Unidos tendrán que mostrar un nuevo liderazgo, cooperativo y humilde. Trabajando con los demás y no contra los demás. Necesitamos gobiernos fuertes que, trabajando conjuntamente, marquen el camino.

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