-Su ópera prima, Lo que dirán, se ha convertido en una habitual de los principales festivales de cine documental y de jóvenes realizadores de toda Europa. ¿Tiene un discurso aprendido para la presentación de la cinta?

-Prefiero que primero se vea la película y luego hablar con el público porque me interesan las dudas que surgen, que siempre me sorprenden. Yo siempre termino diciendo que la película busca que se establezca la misma relación que hay entre las dos chicas protagonistas: ellas son muy diferentes la una de la otra en su concepción de la vida, pero hay un ejercicio de respeto. Eso es lo que busco que se establezca con el público, porque el espectador puede estar más o menos de acuerdo y sentirte más o menos identificado, pero hay que hacer ese ejercicio de comprensión, de escucha.

-La cinta no tiene un posicionamiento claro a favor del velo.

-La película no intenta sacar conclusiones ni dar una lección, tan sólo mostrar lo diferentes que son las chicas y el respeto que tienen la una por la otra. No hay un posicionamiento claro porque en la misma película ellas se contradicen. Al ser dos adolescentes las que hablan sobre el tema, la cinta no sólo trata sobre el velo, también aborda esa etapa de la vida en la que una persona se cree que lo sabe todo y luego descubre que no sabe nada.

-¿Cómo se describe la adolescencia?

-Como un periodo en el que hay muchas contradicciones, se juega a la ausencia de verdades absolutas. Aunque cada uno la vive a su manera, todos tenemos nuestras dudas y nos planteamos ciertas confrontaciones como la típica que siempre se establece entre familia y los amigos, la casa y el entorno.

-¿Cómo viven esa confrontación las protagonistas?

-Una de ellas cuenta muy bien que lleva el velo por decisión propia, que nadie la obliga y sólo se siente juzgada por la gente que quiere que se lo quite. También habla de la presión estética de las mujeres jóvenes que no son musulmanas, sobre prejuicios que padecen a la hora de vestir .

-En sus viajes por los festivales y en las presentaciones, ¿ha notado rechazo por ese posicionamiento neutro sobre el velo?

-De momento todo han sido felicitaciones y mucha gente me ha dado las gracias por abordar un tema que es un poco tabú, aunque debo decir que he tenido muy poco público de religión musulmana.

-Ha sido difícil poner en marcha el proyecto.

-Se hizo en el marco de un máster de cine documental de la Universidad Autónoma de Barcelona para el que, en principio, sólo se harían cortos, pero en mi caso no era suficiente.

-El motor también ha sido una vinculación personal con las protagonistas.

-Sí, mi padre es el tutor del trabajo que ellas hacen durante la película sobre la mujer musulmana en Barcelona. Es su profesor en el instituto y me pidió que les ayudara a montar el vídeo. Ahí las conocí y surgió una relación de amistad.

-Ha sido complicada la producción.

-Ha sido un rodaje continuo de septiembre a junio de 2017. Al final ha sido complicado en el sentido en que he necesitado muchas horas y muchos días con dos adolescentes que tienen sus altibajos, que ahora sí quiere grabar y ahora no...

-Y una vez lista, ¿resulta difícil mover una cinta así?

-Tuve la suerte de que la película se estrenó en el IDFA, que es uno de los festivales de cine documental más importantes a nivel mundial. A partir de ahí otros muchos de toda Europa empezaron a interesarse por la película. Aquí en España se estrenó en el Festival de Gijón y allí ganó el premio a mejor película española y a la mejor dirección. Eso, claro, te abre muchas puertas, supone un voto de confianza por parte de otros festivales.

-Y qué significa para un proyecto así su difusión por citas como la de Gijón o en el Festival Internacional de Jóvenes Realizadores de Granada.

-Es muy importante. En Granada en el equipo son poquitos pero es gente con muchísima ilusión y es muy importante que hagan llegar cierto tipo de cine a la ciudad, para que no todo sea cine comercial y se pueda visualizar el trabajo de los nuevos.