-El cáncer de próstata es el más frecuente en hombres, ¿se puede prevenir?
-Sabemos que los chinos tienen muy poco cáncer de próstata; los afroamericanos tienen mucho cáncer de próstata, uno de cada cinco, y los escandinavos tienen mucho también. Los griegos, italianos y españoles tienen menos. El cáncer de próstata tiene que ver con la genética, en parte; y con el ambiente, los alimentos que tomamos. Los chinos comen pescado, pollo, soja y té verde; los griegos comen cabra, pescado y pollo, beben vino tinto, como los italianos y los españoles. Los escandinavos y los afroamericanos comen carne roja. Y en Escandinavia no hay sol. Estos factores contribuyen: un estilo de vida sano, evitar la obesidad y la grasa animal.
-¿Es viable un cribado para la detección precoz similar al que se realiza para el cáncer de mama?
-Hay un programa de screennig y consiste en una muestra de sangre. Pero no hay cribado en masa, poblacional.
-¿Por qué?
-Porque se detectan demasiados cánceres que no son agresivos y que no perjudican al paciente. El paciente no morirá de ello pero si lo detectamos se va a sobretratar. Haremos más screening con la condición de que logremos diferenciar entre el cáncer significativo y el no significativo.
-Es necesario afinar la prueba para detectar a los enfermos que realmente necesitan terapia.
-Hay que tomar PSA (prueba diagnóstica) con regularidad y cuando es demasiado alto hay que ir al urólogo. No hacemos cribado basado en la población hoy en día. Pero hay grupos de riesgo: gente que come mucha carne roja. Aparece entre los 40 y 50. Por primera vez los hombres deberían ir al urólogo a los 50 si quieren evitar cáncer de próstata. Si ha tenido cáncer de próstata el padre o un hermano, debe ir a los 45, al igual que si hay cáncer de mama en la familia. Son grupos de riesgo.
-¿Cómo ha mejorado la supervivencia?
-La supervivencia al cáncer de próstata metastásico ha aumentado de dos a cinco años por los nuevos fármacos, pero son muy caros.
-¿Cuál es el coste?
-En un caso de cáncer de próstata con metástasis, el coste de los fármacos es de 532.000 dólares para aumentar su supervivencia 23 meses.
-El precio de la vida.
-Sí.
-Es muy elevado.
-Es cien veces más caro que la cirugía robótica.
-Un problema de acceso.
-El paciente no lo puede pagar. Sólo pacientes muy ricos; y entonces se produce la medicina a dos velocidades. No es lo que queremos.
-Hay que presionar a las compañías para que abaraten los fármacos.
-Las autoridades sanitarias tienen que hablar con las compañías para que bajen los precios de los nuevos medicamentos. Los sistemas nacionales de salud no pueden pagarlos. Es imposible.
-Como médico y como europeo, ¿qué le preocupa más?
-La asequibilidad financiera de los tratamientos disponibles, para todos. Los ricos se pueden permitir fármacos caros; van a EEUU para conseguirlos.
-La desigualdad.
-La desigualdad en la asistencia sanitaria.
-En su trayectoria, ¿de qué se siente más orgulloso?
-Del desarrollo de la técnica quirúrgica, sin complicaciones. Decir a un paciente: "Te vamos a operar y vas a seguir potente, continente y te vas a curar".
-¿Qué es imprescindible para llegar a esa meta?
-Curva de aprendizaje.
-¿A cuántos pacientes ha operado?
-A 3.000.
-¿Cuál es la curva de aprendizaje de un buen cirujano?
-En cáncer de próstata: Operar un caso por semana. Yo hacía cuatro al día.
-El temblor de las manos en la sala de operaciones, ¿es mito?
-El temblor no importa. He visto a cirujanos cardiovasculares haciendo cirugía coronaria y les temblaban las manos, no es importante.
-¿Cómo califica la urología en España?
-Hay centros excelentes comparables a otros centros europeos, pero también hay centros, los más pequeños, donde la calidad no es óptima. La especialización es necesaria. En los centros más pequeños el urólogo hace de todo: circuncisión, próstata benigna, cálculos.... Los centros deben ser multidisciplinares y contar con urólogos, oncólogos, radioterapia, patólogos...
-¿Cuáles son las capacidades de un buen urólogo?
-El urólogo ve al paciente desde el diagnóstico, durante el tratamiento local, quirúrgico y médico. Y a menudo hace un seguimiento del paciente hasta que muere. Es el experto que cuida de las malignidades genito-urinarias (riñón, próstata, vejiga, testículos y pene).
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