José Calvo Poyato | Catedrático de Historia y novelista

“Los políticos maltratan más la Historia que los novelistas”

José Calvo Poyato.

José Calvo Poyato. / Juan Carlos Muñoz

Fue alcalde de Cabra entre 1991 y 2000, diputado en el Parlamento andaluz en dos periodos, uno de ellos portavoz del Partido Andalucista, pero en la actualidad, José Calvo Poyato (Cabra, 1951) está entregado a su carrera literaria. Paisano de Valera, hermano de la vicepresidenta del Gobierno, publica El último tesoro visigodo (Random House). Amigo de Javier Sierra y Santiago Posteguillo, ganadores de las dos últimas ediciones del Planeta “dos libros de novela histórica”, está en su próximo libro, en la España de Carlos V.

–El último tesoro visigodo empieza como Indiana Jones y pasa a Conan el Bárbaro.

–Es que había que contarle al lector cómo se encontró el tesoro y cómo se combatía mil años antes.

–¿Siguió alguna pista, como Carriazo con el tesoro del Carambolo?

–La clave de la novela me la dieron dos personajes, José Amador de los Ríos, que estaba en la Academia de Historia cuando se desata el escándalo, y José Navarro, joyero conocido como el Diamantista, que elaboró la corona de Isabel II.

–Con su pasado político, ¿los visigodos no son como la UCD de la Historia?

–Son como un sándwich, emparedados entre dos periodos tan atractivos como la Hispania romana y Al Ándalus. Cuando los cristianos con Alfonso VI se apoderan de Toledo en 1085, en el mundo islámico se produce una convulsión porque había sido la vieja capital visigoda.

–Dicen que en su primer encuentro, Franco le preguntó a Juan Carlos la lista de los reyes godos...

–No se puede aprender la Historia con el aprendizaje memorístico de 33 nombres rarísimos.

–Pepe Mel también inicia en Toledo su novela La llave sefardí...

–Hay ciudades que son literarias y otras que no lo son por mucho que se quiera. Toledo es muy literaria.

–¿Dónde y cuándo murió don Rodrigo?

–Hay muchas leyendas en torno al último rey godo. Una, la supuesta violación de Florinda, hija del conde don Julián, que era el señor de Ceuta, paso del Estrecho con las columnas de Hércules. Se decía que la invasión musulmana fue por un castigo divino y que don Rodrigo no murió en la batalla del Guadalete sino tres años más tarde.

–¿Quién oculta el tesoro?

–Hay teorías según las que la invasión musulmana había sido una cosa temporal, llamados por una facción de los visigodos que después de ese apoyo les pagarían y regresarían a África.

–¿Ficción o realidad?

–El escándalo fue monumental y llegó al Congreso de los Diputados. Se supo por la prensa francesa, porque hasta Francia llegó el tesoro de Guarrazar. Aparece en 1858, se sabe en 1859 y en 1862 se dan los primeros pasos para que España tuviera un Museo Arqueológico Nacional.

–Donde se encuentra la Dama de Elche...

–También vino de Francia.

–En el Museo de la Macarena hay un texto de Marguerite Yourcenar donde compara a la Macarena con la Dama de Elche.

–Fue conocida como la reina mora. Lo que no tenía relación con lo moro no tenía importancia. En los pueblos cercanos se despertó una pasión tremenda. La gente no iba a excavar, sino a escarbar.

–¿Alguna licencia?

–Me tomo la libertad como novelista de colocar el Lignum Crucis al frente del ejército visigodo en la batalla del Guadalete. Pero esa reliquia en realidad se la regala el Papa a Recaredo en agradecimiento por su renuncia al arrianismo.

–En Cataluña comprarían la batalla de los Campos Cataláunicos...

–Lo de Cataluña es una auténtica locura.

–Como ha sido las dos cosas, ¿quién maltrata más la Historia, los políticos o los novelistas?

–Sin duda alguna los primeros y algunos a los que los políticos les pagan para que la maltraten. Hay novelas históricas que aparecen con ese epígrafe y no lo son. En Cataluña hay un llamado Institut de Nova Histori donde se dice que las naves de Colón salieron del puerto catalán de Pals, que el Quijote lo escribió Cervantes en catalán, que Leonardo da Vinci era de Vic y Tartessos es Tortosa.

–¿Dejar la política lo liberó como escritor?

–Hace quince años que dejé la política pero no dejé de escribir. De esa época son mis novelas El hechizo del rey, La Biblia Negra o Conjura en Madrid.

–Unas elecciones andaluzas sin andalucistas...

–Estamos emparedados en el tiempo, como los visigodos, pero no pierdo la esperanza de que en un futuro no lejano vuelva una fuerza política para defender los intereses de Andalucía sin ataduras externas. Después de cuarenta años de gobierno del Partido Socialista, Andalucía sigue con elevadísimas tasas de paro, renta per cápita y servicios sanitarios por debajo de la media nacional, fracaso escolar por encima.

–Pedro Sánchez ha dicho que él conduce y Carmen Calvo es su guía. ¿Lo convierte en cuñado simbólico del presidente?

–Me siento muy alejado de ese matrimonio político, con el enorme cariño que le tengo a mi hermana.

–¿Habla de eso con ella?

–Hablamos de historia, de la familia, de los nietos.

–¿Y la mezquita?

–Los musulmanes la hicieron sobre un antiguo templo visigodo consagrado a San Vicente.

–En una protesta de estudiantes lanzaban libros...

–Me parece una mala forma de protestar. Cosas terribles han empezado con el maltrato a los libros.

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