Pilar Jurado | Presidenta de la SGAE

"A partir de ahora, se acabaron las guerras"

"A partir               de ahora,     se acabaron las guerras"

"A partir de ahora, se acabaron las guerras" / javier carbajal

Compositora, cantante y directora de orquesta, Pilar Jurado (Madrid, 1968) fue la primera mujer que estrenó una ópera propia en el Teatro Real. Ha trabajado con las principales orquestas del mundo en una trayectoria reconocida con algunos de los galardones internacionales más importantes. En febrero de 2019 asumió la presidencia de la SGAE, sumida entonces en una profunda crisis y bajo la amenaza de una intervención judicial, con lo que se convirtió en la segunda mujer que alcanza el puesto tras Ana Diosdado. Forbes la incluye entre las veinte mujeres más influyentes de España.

-La SGAE parece tener luz verde para aprobar sus estatutos en la asamblea general del 30 de enero. ¿A la tercera irá la vencida?

-En todas las preasambleas que hemos celebrado se ha obtenido la aprobación por unanimidad. Llegué a la presidencia hace once meses y desde entonces hemos hecho un trabajo muy concienzudo para negociar y hacer ver a todo el mundo que los cambios que necesitaba la entidad podían llegar. Y ese trabajo ha dado sus frutos.

"Parece que a la mujer le cuesta más reconocerse como creadora que al hombre. Hay que cambiar eso"

-Nadie lo hubiera dicho cuando los colegios de Gran Derecho y Audiovisuales amagaron con escindirse el año pasado.

-Han sido los once meses más duros de mi vida. Pero siempre ha ido por delante mi compromiso con la SGAE, porque creo en los autores y en la importancia de su contribución a la sociedad. Yo defiendo una idea fundamental: todos los que viven de la creación son trabajadores cuya labor, por tanto, debe ser remunerada. Y por eso la reivindicación y protección de sus derechos es clave. A partir de aquí, podemos discutir de lo que sea. Pues bien, esa idea ha ido calando. Es verdad que veníamos de una situación muy difícil que dejó varios muertos en el camino. Pero había que trazar un límite, dejar claro que a partir de ahora se acabaron las guerras. Que hablando entre todos podemos encontrar soluciones comunes. Esa crisis a la que te refieres quedó resuelta en una semana. Siempre digo que hay que poner una solución a cada problema, no al revés.

-¿Considera que la sociedad española ha comenzado a cambiar su percepción de la SGAE?

-Sí. De entrada, considero que si la entidad adopta una actitud diferente, más inclinada al diálogo, eso no tarda e n percibirse desde fuera. Mi impresión es que ahora se habla más, por ejemplo, de las ayudas que destinamos cada año a los creadores y a numerosas actividades culturales que se desarrollan en toda España. Al mismo tiempo, sin embargo, soy consciente de que queda mucho camino por andar. Todavía veo que muchos creen que ese dinero que invertimos proviene del Estado, cuando procede directamente de nuestros socios. Somos una sociedad privada sin ánimo de lucro y funcionamos como tal. Me parece importante subrayar la idea de que la SGAE no es un instrumento prescindible: somos una de las organizaciones de gestión de derechos relativos a la propiedad intelectual más importante y con mayor volumen de actividad del mundo. Hay que insistir en esto.

-¿En qué beneficiará a los creadores la aprobación de los nuevos estatutos?

-La aprobación de los estatutos es un trámite en relación con la adaptación que tenemos que hacer a la nueva Ley de Propiedad Intelectual. Pero es un trámite necesario para demostrar que esa adaptación se hace de la manera más transparente y deseable. Por lo demás, los estatutos nos permitirán mejorar mucho a nivel técnico y actualizar nuestros sistemas para afrontar mejor retos como el la gestión de derechos en el ámbito digital y en un contexto internacional. Además, dotaremos a la comunicación con nuestros socios de una mayor flexibilidad y trazabilidad, algo en lo que hemos hecho especial hincapié en los últimos meses. Pero todo esto necesita su tiempo. Piensa que hace nada nuestro principal objetivo era evitar una intervención judicial y que la Cisac [Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores] nos dejara sin herramientas para trabajar. Conseguimos ambas cosas, pero costó mucho.

-¿La aprobación de los estatutos facilitará la reintegración en la Cisac?

-Sí. La Cisac nos apartó del organismo durante un año, pero era una sanción flexible que podríamos haber revertido antes si hubiéramos tenido los estatutos. Justo acabamos de enviar un informe exhaustivo sobre nuestra situación y confío en que en la próxima asamblea general de la Cisac, que se celebrará en junio en México, se confirme nuestra reintegración. La SGAE es uno de sus miembros fundadores, es una anomalía que no estemos.

-En los últimos meses, la SGAE ha impulsado diversas actividades a favor de la igualdad entre los creadores. ¿Cómo se da el techo de cristal en el sector?

-Cuando llegué a la Presidencia, sólo un 14% de los socios de la SGAE eran mujeres. Pero es evidente que las mujeres no representan únicamente el 14% de los autores de España. Lo que sí está claro es que hay que llevar el empoderamiento de la mujer a la creación cultural. Parece que a la mujer le cuesta más reconocerse como creadora que al hombre, y es ahí donde hay que actuar y ofrecer los instrumentos necesarios. Sin las autoras, la creación no se entendería en España. Pero eso hay que visibilizarlo. En la SGAE hemos desarrollado numerosos proyectos con este fin en los últimos cinco años. Y vamos a seguir haciéndolo.

-¿Qué espera del nuevo ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes?

-Lealtad institucional. Que podamos conseguir logros compartidos a partir del diálogo y la colaboración.

-¿Acudirá a la gala de los Goya en Málaga?

-Así es. Queremos dar todo nuestro apoyo al cine español, en el que confluyen varios colegios, tanto de guionistas como de músicos y directores, de los que nos sentimos muy orgullosos.

-Por cierto, la gala de los Max se celebrará en junio también en Málaga. ¿Qué nos puede adelantar?

-En esa cita celebraremos el 150 aniversario del Teatro Cervantes de Málaga y el 120 aniversario de la SGAE. Así que será una de las galas más importantes en la historia de los Premios Max.

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