Irene Manterola. Directora de marketing de Wiko

"Los móviles nos facilitan la vida, pero no sustituyen la vida real"

"Los móviles nos facilitan la vida, pero no sustituyen la vida real"

"Los móviles nos facilitan la vida, pero no sustituyen la vida real" / m. g.

-Wiko acaba de presentar un estudio sobre el uso de los smartphones que demuestra que no podemos vivir sin el móvil.

-Efectivamente. No tenemos datos anteriores, por lo que no sabemos si la dependencia va en aumento. No es un estudio que refleje el hábito como tal porque no lo hemos parametrizado, pero así es la propia percepción del usuario. Es sorprendente que un porcentaje altísimo de la sociedad reconoce abiertamente que no es posible vivir sin el teléfono y es incluso consciente de su dependencia.

-¿Quiénes son los que más consultan el móvil?

-Los jóvenes, sin ninguna duda, porque lo miran con una frecuencia mucho mayor, y porque relacionan el teléfono con momentos concretos del día. En las generaciones más maduras, la consulta del móvil no está tan vinculada a un momento determinado. Lo utilizan cuando lo consideran conveniente o cuando necesitan hacer uso de él. La diferencia es lo último que hace un joven antes de dormir o lo primero que hace al despertarse es mirar el móvil. Incluso conduciendo miran más el móvil. Y por jóvenes interpretamos desde los 18 hasta los 34 años, tanto la generación de centenials, que comprende de los 18 a 25 años, como de millenials. Es verdad que algunos aspectos están más agudizados en los más jóvenes, pero los millenials, entre los que me incluyo, tampoco nos quedamos atrás.

-¿De qué intervalos estamos hablando? ¿Cuánto tiempo somos capaces de aguantar sin consultar el móvil?

-En el caso de los jóvenes de Andalucía, consultan el teléfono cada 29,6 minutos para comprobar si tienen alguna notificación. Sin embargo, si hablamos de la generación más adulta, entre los 45 y los 55 años, el intervalo aumenta hasta los 52 minutos, casi se duplica.

-¿El patrón es similar en el resto de comunidades autónomas o hay diferencias regionales?

-Cuando planteamos el estudio, esperábamos encontrar divergencias, tanto entre generaciones como por regiones. Pero nos ha sorprendido que no haya tantas disparidades. Lo único que hemos podido estandarizar es que en las regiones del norte, esa generación adulta que nosotros destacamos que ha sabido adaptar la tecnología para que conviva con su vida real, hace un uso ligeramente inferior que en otras zonas del país. Pero la verdad es que los datos son bastante parecidos entre regiones. Andalucía estaría más o menos en la media, incluso en algunos datos refleja una menor dependencia. El 84% de los jóvenes centenials andaluces confiesan abiertamente que son dependientes y a nivel nacional sería el 85%. Lo mismo pasa con los más mayores. En el caso de Andalucía el 54% reconoce tener dependencia y la media nacional es el 56%. Se puede decir que España es muy uniforme y que todos hemos adaptado la tecnología móvil de la misma forma.

-Y sin embargo, el 8% de los encuestados en Andalucía confiesan que puede vivir sin el móvil.

-Es exactamente el mismo porcentaje que la media nacional.

-¿Qué diferencias hay entre edades?

-No son enormes pero sí llamativas. Los milenials tienen un porcentaje menor que podrían vivir sin el móvil que los centenials. Sólo un 2% de los milenials podrían vivir sin el móvil. Sin embargo, en el caso de las personas de 45 a 55 años estamos hablando de un 20% de la población.

-Es la generación que ha llegado a este fenómeno en la madurez.

-Efectivamente. Ha conocido una vida sin el móvil y sabe que esa vida es posible. Pero los más jóvenes son los que nunca han vivido sin el teléfono móvil, y sin embargo, hay un porcentaje mayor que en el caso de los milenials que dice que podrían prescindir de él.

-¿Qué tendencia nos espera a corto y medio plazo?

-Nosotros, como fabricantes de smartphones, creemos que se trata de una herramienta muy útil. Lo que hay que hacer es usarla de una forma adecuada. A día de hoy, en absoluto considero a título personal que vaya a haber un descenso. Pero sí que es cierto que hay que poner un freno y ver en qué etapas s sí es adecuado consultar el móvil y en qué momentos no. Nosotros defendemos que tienen que cohabitar las dos vidas. Son dispositivos para facilitar la vida, pero que en absoluto sustituyen a la vida real. Hay un desequilibrio, pero los datos de uso de la generación más madura son alentadores. Es una generación que pese a haber nacido sin esa tecnología y haberse enfrentado a una mayor dificultad para adaptarse a ella, ha tenido la inteligencia para saber hasta dónde le deja penetrar en su vida y hasta dónde no. Independientemente de que la gente joven haya nacido con ella y se ha adaptado a que esté siempre presente, con el paso del tiempo va a interpretar que ése no es el uso correcto.

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