Mariano Pérez de Ayala | Presidente de Cáritas Regional Andalucía

"Hemos empeorado en derechos como la sanidad"

Mariano Pérez de Ayala.

Mariano Pérez de Ayala. / M. G.

Licenciado en Derecho, diplomado en Filosofía y máster en Doctrina Social de la Iglesia, fue nombrado presidente de Cáritas Regional de Andalucía en octubre de 2016 por los obispo del Sur. Previamente, en 2013, fue designado director de Cáritas Diocesana de Sevilla. En su amplia trayectoria ha desempeñado distintos cargos institucionales de responsabilidad política en Sevilla. En la actualidad es secretario del Patronato de la Universidad Loyola Andalucía y profesor en este centro universitario.

¿Se multiplica la solidaridad en tiempos de crisis?

Efectivamente. En los tiempos de crisis suele haber una respuesta bastante positiva por parte de la ciudadanía. Así ocurrió en la última crisis económica y financiera y también ha ocurrido así en la crisis de la pandemia. Pero junto a este aumento de la solidaridad también se acusa hoy un cierto agotamiento en la capacidad de solidaridad de las personas, ya que llevamos muchos años con una crisis detrás de otra lo cual hace que la capacidad de ayuda por parte de las personas y las familias de muestras de cansancio y agotamiento.

La que se anuncia para el invierno parece que será una crisis muy dura y muchas familias ya están al límite.

Hay dos fenómenos que se han producido en los últimos meses que están suponiendo un golpe muy duro para las familias y un agravamiento de su situación, fundamentalmente en aquellas que están en situación límite, en situación de pobreza y exclusión. Por un lado, el encarecimiento de los alimentos y de los gastos de energía, que está suponiendo un esfuerzo importante por parte de las familias, y por otro, el fenómeno de la inflación que también incide de una manera negativa en el bienestar de las familias. Por lo tanto, estos dos fenómenos, unidos al aumento producido en las situaciones de exclusión de la post-pandemia hacen que, efectivamente, el horizonte que tengamos para los próximos meses no sea muy halagüeño.

El Gobierno utilizó durante la pandemia el eslogan “salimos más fuertes”, la realidad ha dictaminado todo lo contrario.

Yo no creía mucho en ese eslogan, un tanto voluntarista, que no se apoyaba en datos reales; solo salimos más fuertes de las crisis si corregimos errores y ponemos en marcha medidas efectivas para ayudar a las personas que sufren las consecuencias de dicha crisis. Y los datos que ya tenemos de la situación de las personas y familias en el escenario posterior al Covid-19 no permiten concluir que hayamos salido mejor, hemos empeorado en determinados derechos como la sanidad. También ha empeorado el acceso a los servicios sociales, que no se han recuperado de la situación que han tenido durante la pandemia, aunque también ha habido algunas medidas positivas, como el Ingreso Mínimo Vital. Pero, no podemos decir que, desde el punto de vista social, hayamos salido más fuertes respecto a la última crisis.

¿Cuáles son las necesidades actuales de las familias?

Cáritas es un buen observatorio de la realidad social y las necesidades son muchas. Pero yo llamaría la atención, por un lado, a todo lo que supone el encarecimiento de los bienes básicos, como es la alimentación y la energía, y por otro, a un aspecto que nos preocupa mucho, que es todo lo relacionado con el acceso a una vivienda digna, situación que ya venía siendo bastante grave en los últimos años pero que se ha agudizado en la actualidad. Y ello, como consecuencia de la ausencia de una política pública de vivienda que suponga realmente una ayuda para las personas y las familias que ven impedido su acceso a una vivienda digna.

Tener un trabajo ya no garantiza una vida digna. ¿Asistimos a un nuevo modelo de pobreza?

Ya hace tiempo que en Cáritas hablamos de la existencia de los trabajadores pobres. Todo lo que afecta a la precariedad y la temporalidad laboral unido a la contención y a la bajada de los salarios hace que muchas personas, aunque tengan un empleo, no puedan cubrir sus necesidades básicas y las de su familia y que tengan que acudir a medidas de protección. Hay medidas que podrían ponerse en marcha para que el trabajo garantizara el acceso a una vida digna: el aumento del salario mínimo, la lucha contra la precariedad y la temporalidad… Estas medidas ayudan a que el trabajo vuelva a recuperar el ser el mecanismo más efectivo para que las personas y las familias puedan salir de la situación de pobreza y exclusión.

Llevan tiempo hablando de la cronificación de la pobreza. ¿Se ha normalizado, para mal, esta situación?

La cronificación de la pobreza es consecuencia del fracaso de las políticas que muchas veces se han puesto en marcha para ayudar a las familias a salir de esta situación, y que no han sido efectivas y hacen que continuamente estas familias y posteriormente sus hijos vuelvan a caer en situación de pobreza. Muchas veces las políticas sociales se limitan a paliar los efectos más duros de la pobreza, pero inciden poco en las políticas de promoción y de transformación de las causas de exclusión, que son las únicas que conducen a las personas a salir de estas situaciones. Para evitarlo, las políticas públicas, así como la actuación de las entidades de acción social deben ir dirigidas a la promoción de las personas más que limitarse a paliar los efectos de la pobreza. En Cáritas hace tiempo que caminamos en esa dirección con proyectos de promoción y transformación para que la pobreza deje de ser la triste herencia en muchas familias.

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