Manuel Hernández Silva | Director de la Orquesta Filarmónica de Málaga

"Andalucía no ha hecho mucho caso a sus orquestas"

"Andalucía no ha hecho mucho caso a sus orquestas"

"Andalucía no ha hecho mucho caso a sus orquestas" / javier albiñana

Nacido en Caracas en 1962 y nacionalizado español, Manuel Hernández Silva aúna como director de orquesta la estricta formación atesorada en Viena y el carácter latino, abierto y cálido, del que hace gala en la tarima. Entre 2005 y 2012 fue director titular de la Orquesta de Córdoba, donde asumió el difícil reto de sustituir a Leo Brower, y desde 2014 hace lo propio al frente de la Orquesta Filarmónica de Málaga. Muy vinculado también a la Orquesta Joven de Andalucía, su agenda como batuta invitada se extiende por todo el mundo.

-Tiene usted ahora un caballo de batalla importante con el proyecto del Auditorio de Málaga, ¿cree que llegará a buen puerto?

-Es que resulta paradójico que Málaga haya ganado una proyección tan grande en los últimos años como ciudad cultural sin contar con un equipamiento en condiciones para la música clásica y la lírica. Es una situación difícil de entender, más aún cuando tenemos un proyecto realizado por los arquitectos Federico Soriano y Agustín Benedicto y aprobado por un consorcio, con todos los informes técnicos favorables, que lleva ya cinco años dormido por falta de financiación. Este auditorio sería la solución definitiva para la vida musical y escénica de Málaga, ya que liberaría otros espacios como el Teatro Cervantes y podría albergar propuestas y espectáculos muy distintos. Además, contaría con las dimensiones suficientes para interpretar en su plenitud cualquier sinfonía de Mahler. Así que no es un mal caballo por el que luchar.

"Es tremendo que incluso entre la ciudadanía haya quien defienda un futuro Auditorio de Málaga reducido"

-Sin embargo, la Junta de Andalucía, que participó en el consorcio, abogó recientemente por "empezar de cero" con otro proyecto más asequible dado que el presupuesto del aprobado se acercaba a los cien millones de euros.

-En su momento entendí ese comentario como un argumento partidista, que no político. Hay que entender de una vez que en Málaga pasan cosas más allá de sus museos. Que hay una actividad musical y operística que justifica de sobra la construcción del auditorio. Pero lo que me preocupa no es tanto lo que digan los políticos, sino que haya personas implicadas incluso en la plataforma ciudadana creada para reclamar el Auditorio de Málaga que ven con buenos ojos una versión reducida cuando el edificio aprobado satisface todas las necesidades de la ciudad.

-¿Tal vez la llamada al ahorro sigue siendo un instrumento idóneo de las administraciones para convencer a la ciudadanía de la bondad de sus recortes?

-Así es. La ruindad política nos ha llevado a situaciones verdaderamente indeseables en los últimos años en este país, especialmente en materia cultural. En la Austria a la que llegué a estudiar con 19 años gobernó durante muchos años una coalición de centro derecha y centro izquierda cuya estabilidad se tradujo en mucha prosperidad. Pero es difícil imaginar algo así en España hoy día. La cultura está sometida a políticas no ya partidistas, sino personalistas. La gestión del sector se entiende como una patrimonalización, pero habría que entender que la cultura no es para mí, sino para todos.

-Usted dirigió la Orquesta de Córdoba antes de dirigir la Filarmónica de Málaga. A día de hoy las cuatro orquestas andaluzas en las que participa la Junta siguen afrontando los recortes presupuestarios heredados de la crisis. ¿Por dónde empezaría usted a cambiar las cosas?

-Andalucía tiene todos los mimbres para desarrollar con éxito proyectos culturales relevantes, empezando con sus orquestas. Pero es verdad que desde las administraciones ha habido por lo general muy poca sensibilidad. La Junta se ha referido siempre a las cuatro orquestas, exclusivamente, en términos presupuestarios. Nunca les he oído hablar en términos artísticos. Y si no saben, lo primero que tendrían que hacer es escuchar a las orquestas y a sus gestores, porque ellos sí entienden de esto, sí saben lo que hay que hacer. Pero aquí nunca se les ha hecho mucho caso. La Orquesta Joven de Andalucía podría ser una de las orquestas en su género más importantes del mundo dada la calidad de sus músicos, pero su gestión está en manos de personas que llevan demasiados años en los mismos puestos y que en demasiadas ocasiones actúan como parásitos. No sé por dónde irá el cambio político ahora en Andalucía, pero quien llegue lo primero que tendría que hacer es sentarse a escuchar a quienes trabajan en las orquestas, aprender e identificar los verdaderos problemas. Lo mejor que se puede hacer es preguntar a quien sabe. Pero aquí todo se entiende por el quítate tú pa ponerme yo. Todo el mundo se aferra a sus puestos pero nadie se interesa por las orquestas.

-¿Podría ser la música un factor de cohesión territorial en Andalucía?

-Por supuesto. Vuelvo al caso del Auditorio de Málaga: si se construyera, el público que podría disfrutar de su programación no sería sólo el de Málaga, sino el de toda la costa, desde Motril hasta Algeciras. Por no hablar de los turistas residentes que vienen a ver a la Filarmónica habitualmente al Teatro Cervantes. Si hoy día muchos aficionados de Málaga y Córdoba van al Teatro de la Maestranza de Sevilla a ver ópera, el Auditorio podría fomentar un mayor intercambio de públicos de ida y vuelta. Con los equipamientos adecuados son muchas las experiencias que se pueden compartir.

-Usted que ha actuado en la Musikverein convendrá en que dirigir el repertorio del Concierto de Año Nuevo es como freír un huevo.

-Y hasta dos.

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