Luis Delgado (1960, Burgos), ingeniero agrónomo y economista, es el director en funciones del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea en Sevilla, conocido como JRC (Joint Research Center). Ha trabajado en medio mundo: África, Sudamérica, Bruselas y Roma hasta que recaló en Sevilla; su mujer es francesa y sus dos hijas nacieron en Italia y en Bélgica. Está contento de cómo lo ha sido acogido en Sevilla y Andalucía. Y agradece al alcalde Juan Espadas el serio interés mostrado en su centro y en que tenga una sede permanente.
-El centro de investigación que dirige en Sevilla es el más grande de la Comisión Europea en España, ¿a qué se dedican?
-Analizamos el impacto de políticas europeas y contribuimos a su desarrollo y aplicación. Trabajamos en políticas de energía y cambio climático, agricultura, política fiscal, economía digital e inteligencia artificial, política industrial, economía circular, política territorial e innovación y capital humano. Gestionamos conocimiento para el desarrollo y la aplicación de políticas comunitarias; la tecnoeconomía, el análisis social y el desarrollo de modelos económicos cuantitativos complejos.
-Todos son jóvenes científicos de primer nivel. Una joya en el World Trade Center de la Cartuja.
-Sevilla se ha convertido en la cuarta sede de la Comisión Europea. El centro llegó la ciudad en 1996-1997 y en los últimos diez a doce años ha tenido un crecimiento y reconocimiento más importante. Trabajamos juntos ingenieros, economistas, físicos, químicos y cada vez más gente con experiencia en ciencias sociales. La gran mayoría tiene un doctorado. Somos 380 personas y seremos 400, con edades de 30 a 40 años, de todas las nacionalidades europeas. Nuestro presupuesto es de 35 millones.
-Explique algunas actuaciones mas destacadas.
-Todas las emisiones de los sectores industriales se regulan desde aquí. Hay un proceso de legislación compleja de sectores industriales en el que trabajamos con la industria, estados miembros y ONG. Buscamos consenso en temas muy complejos, con implicaciones técnicas y económicas muy complicadas: plantas térmicas de generación, incineradoras, química, papel, acero. Todo ese proceso se desarrolla en Sevilla antes de que pase a la fase legislativa. También las etiquetas de productos y normas mínimas que deben cumplir.
-¿Y en cambio climático?
-Modelizamos alternativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y vemos su impacto. Hacemos análisis económicos de alternativas de la política agraria común. Analizamos alternativas para establecer un impuesto común y consolidado a las empresas, área en la que la Comisión no había legislado. Cada vez tenemos más en cuenta y nos interesa más lo local: cómo afectan las políticas en sectores, regiones y capas de la población.
-¿El centro interviene en la realidad social y/o económica de Andalucía?
-Bueno, no es ése nuestro papel. Parte importante de nuestro trabajo es la aplicación y desarrollo de la política territorial y de innovación. Para eso hemos creado desde Sevilla las plataformas temáticas donde las regiones especializadas en un sector puedan trabajar con otras regiones. Es la base para la cooperación regional a nivel europeo. Y Andalucía es de las más activas de Europa en esta cooperación: participa en ocho o diez de estos equipos y es líder en cooperación regional en agricultura, edificios sostenibles y baterías eléctricas para automóviles.
-Pero sigue a la cola de Europa…
-Evidentemente, Andalucía no es una región muy avanzada en muchas cosas.No lo es en tecnología. Sin embargo, es puntera a nivel internacional en el sector agroalimentario, muy tecnificado y muy competitivo en los mercados mundiales. Toma inicativas para cooperar con otras regiones europeas en proyectos de interés común. Eso es positivo.
-¿Qué debe hacer Andalucía para crear empleo y crecer?
-Ese cambio pasa por la innovación, donde ha empezado a moverse recientemente, y ahí debe incidir. Desarrollar su propia estrategia de innovación: qué quiere hacer, dónde, qué tiene la región, cuál es su potencial, qué le permite crecer y con quién puede cooperar para eso. Y entender la situación del mercado europeo y mundial. Andalucía está muy integrada en los sectores del mundo global agroindustrial y aeronáutico, en otros no. Si se crean las condiciones, Andalucía tiene potencial para crecer, crear empleo y riqueza.
-Su centro acogió hace poco un congreso mundial de especialización inteligente
-Hay regiones o grupos de población que se están quedando atrás y nos importan. No es equivocado ligar el auge del populismo a esas zonas o grupos a los que la reciente crisis ecónomica y la transformación tecnológica pueden dejar atrás. La desigualdad tiene que corregirse, tomar medidas y reaccionar. La especialización inteligente es el proceso de cómo hacer políticas de innovación. Que las regiones o países desarrollen esa estrategia de especialización inteligente es lo que va a exigir Europa para dar fondos estructurales. En el congreso se habló de qué se está haciendo en Europa, cuándo funciona y cuándo no, y de su extensión a otros países.
-¿Cambian su sede actual en la Cartuja?
-Estamos trabajando en un proyecto para tener una sede permanente en Sevilla.
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