Miguel Poveda | Cantante

"El flamenco es patrimonio del que lo respete, ame y disfrute"

"El flamenco es patrimonio del que lo respete, ame y disfrute"

"El flamenco es patrimonio del que lo respete, ame y disfrute" / m. g.

Embrujado por Lorca desde que leyera por primera vez Soneto de la dulce queja, Miguel Poveda (Barcelona, 1973) venera la figura del poeta, llegando hasta perder la cabeza por él. Desde entonces no ha dejado de bucear entre sus versos hasta contar con la madurez suficiente para seleccionar los poemas con los que ha dado forma a Enlorquecido, su último trabajo. Inmerso en su gira de presentación, el cantante ofrece su próxima actuación en Andalucía mañana en la Plaza de Toros de Sanlúcar de Barrameda.

-A los Estopa se les apareció el del medio de los Chichos y les dijo que eran los reyes de la rumba. ¿A usted le habló en sueños Lorca?

-Más bien soy yo el que le hablo para agradecerle tanta belleza y compromiso social y cultural y para que me ayude a no defraudarle y conocerle cada día un poco más.

"La música no es un combate para ver quién es más que el otro; se trata de compartir"

-Serrat cantó por Machado y usted lo hace por Lorca, ¿una buena forma de acercar a los más despistados los grandes de la literatura española?

-Yo lo hago por admiración y por una necesidad arrolladora de reflejarme en ese espejo a través de su obra, también me identifico en muchos aspectos, por supuesto desde el respeto más profundo. Siempre he dicho que a los poetas los admiro y a Federico, además, lo quiero.

-Descubrió a Lorca hace años con Soneto de la dulce queja pero hasta ahora no se ha animado a grabar este disco. ¿Hace falta madurez para llegar a la esencia de Lorca?

-Lo había descubierto a través de las canciones populares que grabó Carmen Linares pero no eran letras suyas. Después continué con los discos de Camarón y Morente, hasta que empecé a leerlo en Los sonetos del amor oscuro y me quedé atrapado para siempre.

-Dice que en Lorca habitan mil Federicos, ¿y en usted cuántos Povedas hay?

-Quizás ahora hay uno solo, mañana no sé... Ayer fui muchos Povedas en busca del que soy ahora.

-Ha cantado con Raphael, Manuel Carrasco, Vanesa Martín… ¿Cuál es su preferido?

-En realidad cada uno de ellos es mi preferido en el momento en que estoy cantando con ellos. He tenido la suerte de que se ha generado en nuestros encuentros una admiración mutua y la alegría de estar compartiendo música. Pero si tuviera que destacar una colaboración sería la de Chavela Vargas por la circunstancia de ser su último concierto en la Residencia de Estudiantes de Madrid.

-En esas colaboraciones ha tocado todos los géneros, ¿cuál es el que más se le resiste?

-Bueno, hay muchos géneros que me gustan pero que jamás podría cantar, como la ópera o la zarzuela, que requieren de una voz muy determinada.

-Últimamente el flamenco que se hace está fusionado con otros géneros. ¿El flamenco más puro está condenado a desaparecer?

-De ninguna manera. Yo soy muy optimista en ese aspecto porque podría dar una lista interminable de gente joven con un talento increíble, tanto en el cante, el baile o la guitarra de corte tradicional, y que, además, tienen unas agendas de vértigo. Sólo hace falta que las instituciones públicas insistan y trabajen en la difusión de este arte de una forma rigurosa y seria para que el gran público compruebe el valor artístico que tenemos y que enamora al mundo entero.

-Flamenco patrimonio de la humanidad, ¿y nacional?

-Patrimonio del ser humano que lo respete, disfrute, ame y sea consciente del tesoro musical que es.

-Su torrente de voz puede hacer que su compañero de escenario quede completamente eclipsado, sin embargo es usted muy generoso sobre las tablas. ¿Cómo se hace para que ese amor propio que todos tenemos no crezca demasiado y nos convierta en ególatras?

-Yo siempre entiendo que la música no es un combate para ver quién es más que el otro; se trata de compartir, de mirar a los ojos, de disfrutar del talento de tu compañero y aprender siempre algo nuevo. Lo demás no va con mi personalidad.

-Algunos se santiguan, otros entran con el pie derecho o dan saltitos antes de subirse a un escenario. ¿Es usted hombre de manías antes de salir a cantar?

-Casi de ninguna. Sólo unos minutos de soledad antes de salir para tomar consciencia del todo de que voy a atravesar una barrera que es sagrada para mí.

-Me sigue impactando ir a conciertos y ver a miles de personas entregadas con una única persona. ¿Es lo más parecido a ir al cielo?

-Yo he sentido tocar el cielo con las manos muchas veces en un escenario. A veces dura unos segundos, pero lo suficiente para que sea adictivo y te lleve a estar siempre en busca de esos segundos mágicos.

--¿Es un concierto el único espacio en el que todas las personas somos iguales, sin importar géneros, clases sociales, ideologías o religión?

-Es uno de ellos. Ojalá haya más espacios así y entre todos construyamos un mundo de convivencia mejor del que tenemos.

--Enlorquecido, Sonetos y poemas para la libertad… ¿Habrá próxima aventura literario-musical?

-Quizá no tan próxima pero siempre estaré en contacto con aquello en lo que creo y en lo que percibo belleza y emoción. Ahora estoy inmerso en mi disco de flamenco grabado en directo que editaré, si es posible, en los próximos meses.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios