Manuel Pérez Yruela. sociólogo. Fundador y ex director del iesa

"La encuesta del CIS es la más amplia y la más fiable"

-¿La fiabilidad de las encuestas es alta?

-Es alta o es baja, según cómo se hagan. Se aplican técnicas de estadísticas y están sometidas a un margen de error. Por supuesto, condiciona mucho el tamaño de la muestra. También hay que valorar que no es igual precisar el resultado de unas votaciones que definir tendencias en los gustos de los consumidores.

-¿Influye mucho el modo de hacerlas?

-Influye el cuestionario, las técnicas que se aplican… En las entrevistas telefónicas hay que valorar las ausencias, porque a veces hay un 20% y hasta un 30% de sustitución. Cuanto más sofisticado y amplio sea el muestreo, mejor. Cualquier tropiezo en el proceso puede llevar a resultados malos. Hay que exigir siempre fichas técnicas detalladas y también controles de calidad.

-¿Es difícil acertar?

-En el tema electoral se pide una gran precisión, con un acierto total. En esas encuestas, no podemos esperar resultados exactos, aunque sí acertar en la tendencia media.

-¿Se manipulan las encuestas que se publican?

-Depende de la profesionalidad de quien hace la encuesta y de quien la encarga. Yo no tengo constancia de eso. Un instituto riguroso nunca manipulará los resultados. Y vamos mejorando las técnicas y las muestras. En el IESA, no las hacemos si no hay medios y los resultados no van a ser fiables.

-¿Qué muestra mínima se necesita en España para una encuesta?

-Para una valoración general del voto a los partidos, sería un mínimo de 1.500. Pero eso no permite hacer un fraccionamiento del voto por provincias. Es una muestra muy pequeña para distribuir escaños. Si se hace el reparto, no es fiable.

-¿Y en Andalucía?

-Más o menos, igual. Con 1.500 encuestados en Andalucía se haría el reparto con sólo 200 por provincia. No sería suficiente. Para distribuir por provincias, en Andalucía, se necesitan no menos de 3.000.

-¿Por eso la encuesta del CIS es más fiable?

-Sin duda, es muy seria y muy sólida. En la última que han publicado el jueves se hicieron 17.452 entrevistas a personas de toda España, con cerca de 3.000 en Andalucía. Los márgenes de error son más pequeños y, por tanto, la fiabilidad debe ser mayor.

-¿La encuesta del CIS condiciona a las demás?

-Al ser la más amplia, es más fiable y crea una referencia. Ahora bien, no se puede esperar un acierto milimétrico en la asignación a cada una de las circunscripciones. Sirve para reflejar la tendencia general en España, teniendo en cuenta que el muestreo está más afinado.

-¿Qué le parecen los resultados del CIS?

-Coinciden con otras apreciaciones. Hasta ahora la tendencia dominante señala que el PP puede ser el más votado, con una franja del 26% al 28%. En segundo lugar, estaría el PSOE, entre el 20% a 22%. Y detrás, y muy cerca, Ciudadanos, con el 18% a 20%. Algo más alejado quedaría Podemos, en torno al 15%. Sobre esto sólo discrepaba una encuesta, que insiste en que puede haber un triple empate técnico entre los tres primeros, con Podemos más abajo. El resultado del CIS pasa a ser ahora el referente.

-¿Existe una cocina de las encuestas?

-No me gusta hablar de cocina, parece peyorativo. Me gusta más llamarlo proceso de imputación de voto, o bien de voto estimado. Lo hay, porque el 100% no responde a la pregunta directa de a quién votaría. Son los indecisos o indefinidos. También sabemos que hay una abstención estructural. Nunca vota más del 80% del censo.

-Los indecisos distorsionan los resultados.

-A veces tienes 1.500 entrevistas y no contestan directamente casi 500. Entonces se utilizan otras técnicas para modular y valorarlo. Por ejemplo, técnicamente se hace sobre la experiencia de otras elecciones, y a través de preguntas indirectas, como la simpatía, valoración de líderes y del Gobierno, rechazo a los partidos, etcétera. Si alguien le pone un 9 a un líder, por ejemplo a Albert Rivera, lo normal es que lo vote.

-¿Hay un voto oculto?

-Hay un voto que se debe ponderar. Por ejemplo, el PP tiene un rechazo de más del 50%. En el recuerdo de voto, conozco casos en los que quienes se decían votantes del PP eran un 20% menos de los que realmente tuvo. Eso se llama infraestimación. También sucede al revés: algunos dicen que votaron a otros partidos, pero son menos.

-¿Y los emergentes?

-Son un factor novedoso. Condicionan en el recuerdo de voto, porque Ciudadanos y Podemos llegan con una dimensión nueva. Eso hay que tenerlo en cuenta. Ya pasó con Podemos en las elecciones europeas.

-¿El bipartidismo ha terminado?

-Hay un escenario nuevo, y eso afecta a las encuestas. Antes, entre el PP y el PSOE tenían el 80% de los votos y era más fácil acertar. Todavía tienen más del 50%, que es un porcentaje significativo. Pero hay una tendencia al pluripartidismo, a corto y medio plazo. El escenario con estos cuatro partidos se prolongará más de una legislatura.

-Deberán afinar más en las encuestas...

-Lo importante es que hay más interés de los electores en los programas y las propuestas de los partidos. Antes eso no se valoraba tanto y ahora puede decidir el voto. Estamos ante un nuevo periodo y ante una nueva política.

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