"Velázquez retrató la vejez en la mujer con dignidad"
Elena Díez Jorge | Catedrática de Historia del Arte
Elena Díaz Jorge (Santa Cruz de Tenerife, 1971) es catedrática de Historia del Arte en la Universidad de Granada. Imparte la asignatura Arte y Género, que aporta la perspectiva pionera de analizar a las mujeres desde la Prehistoria hasta la actualidad. “Diferencias entre hombres y mujeres han existido a lo largo de la historia”, explica. También es docente en el Máster de Tutela del Patrimonio Histórico Artístico. El legado de Al Ándalus. En sus estudios ha concluido la participación de mujeres artesanas en la construcción de la Alhambra. Concretamente, eran alfareras.
-Los museos han llegado un poco tarde a mostrar obras de mujeres...
-Un poco, no. Bastante tarde. Pero más vale tarde que nunca. El Prado no empezó hasta hace dos años con la exposición de Clara Peeters. Ahora tiene una muestra con Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. Los museos están haciendo esfuerzos, pero cuesta.
-¿Hay postureo en la decisión de mostrar obras de mujeres? ¿Tiene un recorrido corto esta tendencia?
-Algo de políticamente correcto hay, es evidente, pero bienvenido sea. Ya la gente tiene interés. No va a ser de corto recorrido. Somos muchas investigadoras que continuaremos hablando de las mujeres artistas.
-La mujer como mecenas es quizá la faceta más desconocida de ellas en el mundo del arte...
-Hay trabajos sobre el mecenazgo de las mujeres, sobre todo en arquitectura. Lo importante es discernir que estas mujeres daban directrices de cómo querían la obra. Se implicaban. No tenemos mujeres arquitectas en determinados periodos, o no nos han llegado, pero sí participan en la praxis arquitectónica.
-¿Por qué perviven tanto los estereotipos de la mujer en el arte?
-En el arte y en la sociedad. Ahí está la figura de la musa...
-¡Siempre desnuda!
-También en la moda. Parece que tienen que tener una mujer sobre la que idealizar un canon de mujer, y eso es un problema. Las mujeres artistas contemporáneas se han animado a romper con lo que es el cuerpo. Lo muestran en su integridad, o lo muestran dentro de la diversidad de cuerpos... más delgados, más gruesos... Hay que romper ese canon en publicidad.
-La mujer en el arte: o bella desnuda o la bruja, la Celestina...
-Porque la vejez se ha interpretado de manera diferente para el hombre y para la mujer. En ella, cuando ya no puede tener hijos, se acababa su papel. Ya no era útil. No es difícil encontrar hombres con barba, ancianos, como hombres sabios. Ella es la alcahueta. Velázquez en La vieja friendo huevos refleja la vejez de la mujer con dignidad. Pero Velázquez no era lo común. Camille Claudel, escultora, tiene imágenes de la vejez con una dignidad maravillosa. Ha habido vetas de luz en la historia. Es importante ver los estereotipos y romperlos.
-Incluso en el XIX y XX, siglos rompedores en arte, la representación oscila entre la adolescente, la madre o la vieja.
-En el XIX, aunque rompe algunas cuestiones, consolida muchos estereotipos. Esa joven, dulce, virgen... los pintores hacen de voyeur. La maternidad se refleja como algo idílico y perfecto y la vejez es, en ocasiones, la imagen de la matriarca, que está ahí, mirando. Es un plano muy secundario. Las vanguardias y mujeres del siglo XX, como Maruja Mallo, Remedios Varo, rompen con muchos de esos estereotipos.
-Estas mujeres, cuando se analiza su biografía, siempre apuntan a la existencia de un maestro... El mérito se reparte.
-Pasó con Eileen Gray y Le Corvusier. Ella tenía una capacidad impresionante. También, con Camille Claudel. Maestros siempre se han necesitado, pero siempre se ha requerido poner "discípula" en las críticas y crónicas, como si ellas fueran incapaces de crear o de aprender. Ha pasado también en la Universidad. Él es el que tiene poder. Esa mujer podía pintar muy bien, pero ¿qué me va a enseñar? ¿qué salones me va a abrir?
-A las mujeres artistas se las reconoce cuando mueren, tienen 80 años o han sufrido muchísimo...
-Ha pasado con Frida Kalho. Por sí misma es maravillosa. Tuvo un accidente y aquello la trastornó, pero tenemos que ir más allá. Artemisa Gentileschi también es otro caso. No toda su obra gira en torno a la violación. Cuando miramos la obra miramos qué nos evoca, qué nos provoca. En ocasiones se ha buscado el drama. Ahí ha influido mucho el cine. Eso se queda fijo en la mente. Hay que ver qué pinto y cómo. Mujer artista no significa que sea buena. Hay de segunda fila, de tercera y malas. Hay diversidad.
-A las mujeres no les afecta la especulación...
-Empieza a llegar. Pasa con Frida Klaho.
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