sergio garcía. Golfista

"Me despierto algunas mañanas y me digo: 'Oye, has ganado el Masters"

"Me despierto algunas mañanas y me digo: 'Oye, has ganado el Masters"

"Me despierto algunas mañanas y me digo: 'Oye, has ganado el Masters" / Domenech Castelló / efe

-Enhorabuena por el triunfo en el Masters, el tan deseado primer major de su carrera. ¿Ha saldado la deuda, tenía una cuenta pendiente consigo mismo?

-Más que saldar una deuda diría que he cumplido un sueño muy bonito. No tenía ninguna cuenta pendiente conmigo mismo, sigo siendo exactamente la misma persona después de ganar en Augusta, pero es cierto que una victoria así te deja muy satisfecho. Ganar un major es lo mismo que el dinero: no da la felicidad, pero ayuda (risas).

-Ya es oficialmente el tercer mosquetero del golf español con Ballesteros y Olazábal. ¿El próximo reto es igualar al guipuzcoano (tiene dos grandes) y luego al cántabro (ganó cinco)?

-Sólo estar con Seve y Chema en el club de los ganadores españoles del Masters ya es un honor. A partir de ahí, no me pongo un reto concreto de victorias, aunque si las lesiones me siguen respetando creo que puedo ganar alguno más.

-¿Por qué este Sergio no perdió la fe y la templanza en el Augusta National?

-Es un conjunto de circunstancias. Esa semana conseguí aceptar las cosas tal y como eran y como venían, las buenas y las malas. Entendí que el Augusta National es un campo que te da y te quita.

-Más sereno y menos desenfadado, pero en el Masters recordó al niño que en el PGA del 99, con 19 años, puso contras las cuerdas a Tiger y acabó segundo...

-Aunque los años no pasan en balde y todos cambiamos con el tiempo, creo que sí, que de aquel chaval de 1999 quedan muchas cosas.

-Con las perlas que había largado de su relación con Augusta, ¿no le apretó más fuerte la mano Billy Payne, presidente del Augusta National, al felicitarlo?

-No, no, qué va. El Augusta National es un campo que de entrada me gustó mucho y luego, con los años y algunas frustraciones, nuestra relación se complicó. Algunas cosas que dije tenían que ver con esa frustración.

-¿Ha dormido con la chaqueta verde puesta?

-No. La chaqueta va a viajar mucho conmigo este año, pero tanto como llegar a dormir con ella... pues no.

-¿Ha digerido ya las emociones de estas semanas?

-Tengo que confesar que aún me despierto algunas mañanas y me digo: "Oye, has ganado el Masters". Y son unas palabras que suenan emocionantes.

-Confiese qué colegas le mandaron los mensajes que más le tocaron la fibra.

-No sería justo destacar alguno. De verdad que ha habido muchos, no sólo de colegas, muy emocionantes, tanta gente que me ha dicho que lloró de alegría con mi triunfo...

-Hora de mojarse: defina con tres adjetivos su trayectoria profesional.

-¿Pueden ser dos? Sólida y consistente. Bueno, podemos añadir un tercero: gratificante.

-"Quizás la gente no se da cuenta de lo difícil que es estar 16 o 17 temporadas entre los 20 mejores del mundo". Cierto, ¿pero puede que su descomunal talento lo llevara a acomodarse?

-A lo mejor habría que mirar y valorar también el enorme talento que tienen y han tenido en estos años cientos y miles de jugadores en todo el mundo... Por tanto, sigo pensando que jamás me he acomodado y que es muy difícil estar tantos años tan arriba en el ranking mundial.

-Lleva 72 majors consecutivos sin faltar a las cuatro citas anuales, ¿tiene en mente llegar a la centena?

-No es algo que piense, no soy de mirar los récords y esas cosas. Como ya he dicho, ojalá que las lesiones me sigan respetando y veremos entonces dónde puedo llegar. Sí vuelvo a insistir en que, además de tener salud y de cuidarse, hay que trabajar muy duro para estar siempre ahí.

-Si su primer grande ha traído una boda debajo del brazo, ¿el segundo puede venir con un bebé?

-Bueno, antes de la boda voy a jugar otros dos majors, el US Open y el British, así que por qué no antes (risas)... No, en serio, es muy difícil hablar de victorias en estos torneos, pero lo voy a intentar en todos.

-Aunque suene a locura, ¿su amigo Rafa Nadal podría hacerse profesional del golf? Sólo tiene 30 años, 31 en junio...

-Él ya ha contestado a esa pregunta alguna vez y dice que es realmente muy difícil. Lo que tenemos que hacer es seguir disfrutando del espectáculo que es verlo en la pista de tenis: acaba de ganar en Montecarlo y en Barcelona por décima vez y tiene aún muchos años por delante al máximo nivel.

-Este año se cumplen 20 años de la Ryder Cup de Valderrama. Era un mozo de 17 años, pero ¿recuerda alguna imagen?

-Claro que recuerdo muchísimas imágenes y momentos porque estuve muy pendiente de todo lo que iba sucediendo, aunque no pude ir a Valderrama. Si por algo se caracteriza aquella Ryder y por algo será siempre aún más recordada en España, fue por la imagen omnipresente de Seve, el gran capitán.

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