Jairo Ruiz López. Primer medallista en triatlón paralímpico

"Que alguien me vea como ejemplo llena de sentido mi trabajo"

  • Si el triatlón ya es una disciplina sólo apta para superhombres, sin el antebrazo izquierdo suena a hazaña. Jairo es el tercer paratriatleta más rápido del planeta.

Si el triatlón ya es una disciplina sólo apta para superhombres, pensar en recorrer los 750 metros de natación, 20 kilómetros en bicicleta y 5 más corriendo (la distancia del triatlón sprint es la que se usa en los Juegos Paralímpicos) sin el antebrazo izquierdo suena a hazaña, y de las grandes. Jairo no sólo lo convierte en realidad palpable, sino que además es el tercer paratriatleta más rápido del planeta. Su técnica la perfecciona a diario en el CAR de Madrid, pero su mentalidad ganadora y su espíritu luchador salieron de las piscinas del Club Natación Jairan de Almería.

-Felicidades por el bronce y por ser el primer paratriatleta que logra una medalla olímpica.

-Muchas gracias. Fui el primero en tener opción por el orden de salida de la prueba, puesto que se decidió que comenzara la masculina y luego la femenina (Izaskun Oses hizo también bronce pocas horas después de Jairo), y además mis compañeros lograron un diploma. Muy contentos todos, hemos hecho un gran papel en los Juegos Paralímpicos de Río.

 

-La preparación tuvo que ser extenuante.

 

-Río no fue sólo el día de la competición. Llevaba más de un año y medio pensando sólo en esa carrera, a diario salía ese tema de conversación con compañeros y entrenadores. Eso genera mucha tensión, aparte de que los entrenamientos son exigentes.

 

-¿Cómo fue la carrera?

 

-Salió todo como yo tenía pensado si se alineaban los astros. ¡Y se alinearon! Hice una natación muy buena, que era el miedo que tenía, pero salí cerca del grupo de cabeza. En bici me encontré muy bien, adelanté a tres o cuatro rivales y me bajé tercero. Quedaba la carrera a pie y era un segmento en el que me había encontrado muy fuerte durante todo el verano. Lo di todo, quizás demasiado pronto, me coloqué segundo durante una vuelta algo que no entraba en mis cálculos, pero me pasó factura y tuve que bajar el ritmo. Me adelantó un canadiense que se hizo con la plata y para mí quedó el bronce. 


-¿A qué sabe ese metal?

 

-Lo he mordido un montón de veces para las fotos, pero no lo muerdo muy fuerte porque me da miedo estropearla. Sabe a mucha satisfacción y orgullo.

 

-¿Dónde guarda el bronce?

 

-Me lo voy a tener que llevar a Madrid. Generalmente dejo todo en casa de mis padres, pero éste todavía tengo que pasearlo por muchos sitios.

 

-Supongo que la vida le ha cambiado.

 

-Principalmente en que hay mucha gente que me llama para darme la enhorabuena. He hecho muchas entrevistas, incluso en radios de pueblos pequeños de Cataluña que no sé muy bien cómo han conseguido saber quién soy. El resto de mi vida es igual, sigo entrenando tal cual, con la misma ilusión para hacer un buen papel en el Campeonato del Mundo.

 

-España es potencia en lo que se refiere a diplomas olímpicos. Se está notando la falta de inversión. 

 

-Tenemos gente muy buenas en este país que con un poco más de apoyo probablemente se subirían al podio más a menudo.

 

-Habrá escuchado cientos de veces que es un ejemplo de superación.

 

-Yo no me lo planteo así y por eso doy las gracias. Que una persona vea en mí un ejemplo me hace muy feliz y da sentido a mi vida y mi trabajo.


-Echa la vista atrás ahora y ¿qué recuerda?

 

-Yo cambié de deporte, era nadador y no especialmente bueno. Le dedicaba muchas horas a entrenar y procuraba ser medianamente competitivo en los Campeonatos de España. Me fueron sinceros y me dijeron que no iba a ser muy bueno, que hiciera el deporte que más me gustara. Me pasé al triatlón, empecé a entrenar y los resultados fueron llegando. Entonces me dijeron que si entrenaba un poco más los resultados iban a ser mejores y podría ir a más carreras. Así sucesivamente hasta que llega la oportunidad de irte al CAR de Madrid y dejar tu casa. Fue una apuesta que hice, me dediqué sólo a entrenar y a competir para ver qué pasaba. Fueron momentos duros que hay que saber llevar para triunfar en el deporte a estos niveles. 

 

-Sé que no es así, pero uno piensa que es más complicado el deporte paralímpico que el olímpico. 

 

-Es más espectacular para el público. Cuando ve un triatlón olímpico, se fija en la velocidad; cuando es paralímpico, mira la discapacidad de cada deportista. Se pone en nuestro lugar y piensa: si yo tengo dos piernas y dos brazos y me cuesta nadar, ¿cómo lo harán ellos que no los tienen? Es muy impactante para la gente, pero nosotros convivimos con ello cada día, es nuestra condición normal. Esto también engancha a los espectadores, porque quien ve una carrera de paratriatlón luego quiere ver más.

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