-Siendo de Sierra Nevada y con un padre instructor reputado de esquí, ¿cómo le sentó cuando le comunicó que quería ser golfista?

-Mi padre es muy fan del golf, se enganchó antes de casarse con mi madre. Me llevaba todos los veranos a jugar y en invierno a esquiar. No le sentó mal.

-De niño perteneció a la selección española de golf y de esquí. Dos deportes opuestos por completo.

-Era bueno compaginarlo porque la energía del esquí, donde te juegas todo en un minuto, es opuesta a la del golf, ya que juegas 18 hoyos y son cuatro horas. Vivir los dos extremos es positivo. Esas cosas se te quedan desde pequeño.

-Su padre entrenó a María José Rienda, flamante secretaria de Estado para el Deporte. ¿Ha tenido ya tiempo de felicitarla?

-La conozco, pero no mucho. De crío la veía competir y la admiraba. No he tenido la oportunidad aún de darle la enhorabuena. Seguro que le irá genial al deporte español con ella al frente, es muy competente.

-¿Admiraba más de pequeño a Alberto Tomba o Tiger Woods?

-Alberto Tomba es el único esquiador que conocía de niño y tuve la oportunidad de verlo en la Fuente del Tesoro (Sierra Nevada). Tengo esa imagen grabada como si fuera hoy. Sólo veo golf en la tele cuando juega Tiger Woods.

-¿Qué sensación es más placentera: hacer un descenso a 200 kilómetros por hora o conseguir un hoyo en uno?

-El esquí es pura adrenalina. Disfrutar más como tal quizás en un descenso de esquí, pero el hoyo en uno depende del momento. Si fuera en un major, sería muy especial, aunque no he tenido oportunidad de vivirlo. De amateur sí metí algunos.

-¿Cuál es su sueño más recurrente?

-Ser de los mejores y llegar a la cima del golf mundial. Tenemos la capacidad, las ganas y la cabeza. A por ello.

-Eso dice Jon Rahm, con quien coincidió de crío en los equipos nacionales, que puede llegar a la élite mundial. ¡Vaya halago!

-Sí, ése es mi objetivo y sé que puedo llegar si sigo con buena actitud y trabajo. He visto a Rahm últimamente y le he comentado que agradezco sus palabras de aliento. Éramos compañeros de equipo y él es un crack al que tengo mucho aprecio.

-¿Cree que el vasco puede ser como Rafael Nadal?

-Son deportes distintos, pero tiene el talento, la habilidad, la experiencia... Seguro que consigue ser también una referencia para el deporte español y llevará el golf en España a otro nivel, como ya está demostrando.

-Seve era de Pedreña, Rahm de Barrika, Jiménez de Churriana, Sergio de Borriol, usted de Monachil, ¿por qué el golf se ve como un deporte de pijos?

-Eso lo dice todo. La gente sólo ve el elitismo y no se dice que muchos somos de pueblo, de Churriana, de Monachil. El golf llega a todos los niveles y más hoy. Antes quizás era elitista pero ahora se promueve de todas formas, es más barato, promueve la salud.

-El golf actual premia más la fuerza que la destreza. ¿Tiene mejor espalda o muñeca?

-Una de mis virtudes es pegarle largo a la bola, así tengo más opciones desde el tee y eso te da muchas ventajas. Soy de los que más fuerte le pega en el circuito. La distancia ya la tengo y el juego corto es más fácil de afinar. Mire, Luke Donald no le pega mucho y llegó a número uno del mundo, pero quería conseguir distancia, cambió el swing y se jodió.

-Escuchamos Iowa, donde estudió en la Universidad, y nos suena a un lugar remoto, muy americano e inhóspito...

-Es la América profunda. Mis cuatro años universitarios fueron inolvidables y no los cambiaría por nada. Me incliné por Iowa porque mi amigo Borja Virto, también golfista, estuvo allí y me habló muy bien del entrenador. Aprendí muchos valores. Estudié Marketing, aunque ahora lo uso poco.

-¿Por qué cree Trump puede ganar en Estados Unidos unas elecciones?

-Los americanos son muy nacionalistas y él es uno de ellos, defiende el país como sea.

-¿Preocupa el Brexit en su casa?

-No, en casa no preocupa el tema, para empezar porque no se puede controlar, aunque pase lo que pase no creo que cambie mucho.