Carmen Montañés Ruiz | Intérprete y educadora medioambiental

“El Sacromonte está desprotegido porque no se valora lo suficiente”

Carmen Montañés Ruiz.

Carmen Montañés Ruiz. / DS

Carmen Montañés Ruiz es una educadora medioambiental que colabora con el Museo Cuevas del Sacromonte de Granada, en donde se expone la vida y las tradiciones de los habitantes de este lugar desde hace más de cien años. Carmen es una estudiosa de este barrio, al que considera que está desprotegido porque no se valora lo suficiente. Recientemente ha habido en sus inmediaciones un incendio importante que ha puesto en peligro la abadía del Sacromonte, uno de los símbolos del barrio junto con sus famosas cuevas.

–¿Qué significa el barrio del Sacromonte para Granada?

–El Sacromonte es más que el flamenco o la abadía que lleva su nombre. Es un lugar de memoria histórica y de tradición. Un barrio que acogió el mestizaje y la convivencia entre culturas y costumbres de gentes humildes y nómadas.

–¿Por qué está tan ligado al Albaicín?

–A los barrios del Albaicín y el Sacromonte les une el que hayan sido el último reducto y espacio geográfico de resistencia y resiliencia de gente trabajadora y de perseguidos e incomprendidos a lo largo de los tiempos y hasta los años sesenta del siglo pasado. La gente los visita porque ve en ellos un pasado casi glorioso.

–En qué situación está ahora. ¿Cree que necesita más atención?

–Sí. Creo que necesita más atención. Está desprotegido porque pienso que no se valora lo suficiente la importancia de ese barrio en el devenir de la ciudad. Se debería animar a los granadinos a valorar lo que es todo el llamado Valle del Darro, por su singularidad y todo aquello que aúna y representa. Es un lugar de inspiración artística por su belleza sin igual, una vía de comunicación, desde épocas romanas, de entrada y salida a la ciudad y ese lugar desde donde se contempla la Alhambra en todo su esplendor. El Valle del Darro es, a todas luces, el pulmón y el alma de Granada. Por eso hay que valorarlo.

–También hay que valorarlo por ser la cuna de algunos cantes y bailes flamencos.

–Sin duda. Aquí el flamenco se vive y ha sido parte esencial para que la Unesco declare a este arte como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Hay bailes como la zambra en donde solo se baila en las cuevas del Sacromonte.

–Tiene fama de ser un lugar donde surge a menudo la inspiración artística.

–Efectivamente. García Lorca y Manuel de Falla acudían para inspirarse y aprender. Por eso yo creo que se debería de profundizar y divulgar su historia y animar a la defensa de los valores y riqueza patrimonial del emblemático lugar.

–Muchos artistas del flamenco han salido del Sacromonte, ¿no?

–Sí. Es el caso del desaparecido Enrique Morente. Aunque éste había nacido en el Albaicín, casi siempre estaba por aquí para nutrirse de la sabiduría de los maestros entendidos. Del Sacromonte han surgido sagas de artistas muy conocidos como los Habichuela o la familia de Mario Maya. Ahora nos queda al patriarca, tenemos a Curro Albaicín.

–¿Qué solución le daría usted a esa desatención que, a su juicio, padece el barrio?

–Pues que hubiera un mayor esfuerzo en educación, divulgación y concienciación. Además de tratar de desterrar la estigmatización de colectivos y estereotipos culturales. Estos estereotipos generan situaciones de desigualdad y discriminación que condicionan y no ayudan al enriquecimiento de una sociedad y de una ciudad como es Granada.

–Antes era un lugar de encuentro de los granadinos, pero un día dejó de ir por allí. ¿A qué se debió?

–Básicamente a que empezó a dársele mala fama, para mí poco fundamentada. Hace muchos años hubo un altercado en el que murió una persona. Entonces los granadinos dejaron de venir. Pero ese altercado pudo haber surgido en cualquier punto de la ciudad.

–¿Qué papel juegan las cuevas en este barrio?

–Las cuevas y las casas-cuevas son las protagonistas de toda la historia del Sacromonte. Refugio y cobijo en extramuros, el lugar de abrigo de poblaciones marginadas. Es el sitio donde el ‘quejío’ y el sentir se manifiesta a través de las zambras o de la fusión de la danza morisca y gitana, por ejemplo. Hoy en día el hábitat troglodita es una forma de estar y de ser. Además, está de actualidad puesto que se ha demostrado que la cueva es una vivienda ejemplo de sostenibilidad, eficiencia y ecología.

–He visto que la Abadía del Sacromonte la están restaurando.

–Sí. Era de justicia. No podía caerse como se estaba cayendo un edificio histórico que albergó un colegio en el que han estudiado muchos granadinos. Y al que siempre se le ha dado una cierta relevancia por motivos religiosos. Es el lugar tradicional de peregrinación en el día de San Cecilio, patrón de Granada.

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