Carlos Hernández Pezzi. Arquitecto especializado en turismo

"Quieren resultados, números y eso es un turismo insostenible"

"Quieren resultados, números y eso es un turismo insostenible"

"Quieren resultados, números y eso es un turismo insostenible"

-El título de su último libro es más que significativo. ¿En el turismo qué hay más truco que trato?

-Las dos cosas. El turismo debe de ser objeto de un pacto, porque el intercambio entre la gente está en la razón del ser, el planeta será más civilizado cuanto más se viaje y se conozcan otras culturas. Pero también hay muchos trucos que se hacen a costa del turismo y que luego no dejan ninguna posibilidad de beneficio. El turismo hay veces que es muy saqueador de usos, comercios, viviendas, de gente...

-¿Cuál es el principal impacto que está teniendo el turismo de masas?

-España recibió 84 millones de turistas en 2017. Somos la primera potencia mundial, es una barbaridad. Tenemos una gente excepcional, un clima estupendo, una diversidad tremenda y muchísimo patrimonio y ésas son las condiciones que hacen que España esté en una posición ventajosa. Pero el turismo de masas es delicado. A partir de 2008 con la crisis inmobiliaria, el turismo racionaliza su propia forma de funcionar, la adapta a la fórmula financiera de la cadena de bloques y los cruceros, por ejemplo, se transforman en un monopolio. Todo lo pagas a un prestador único del servicio, el alojamiento, las visitas, la comida, el transporte, todo. Y esto no deja dinero en el destino. Llevan todo pagado a la empresa concesionario y no gastan. Desaparecen los intermediarios, el consumo y la visita experiencial de cada turista.

-¿Sobre ese peligro intenta llamar la atención ?

-Sí. El libro en el fondo es moderado porque plantea esta duda. Lo que sí es verdad que Andalucía y en particular Málaga están en un momento crucial para hacer cambios de políticas urbanas porque están anticuadas. Lo de los apartamentos turísticos nos ha pillado a trasmano.

-¿Qué está ocurriendo con la vivienda turística?

-Hay unas 4.500 ó 5.000 camas legales. Si tienen sus licencias y pagan sus impuestos no hay que hacer ningún reproche. Lo malo es que la ilegalidad es lo que prima. Cuando llega el turismo de masas, o tienes un centro muy grande como el que puede tener Sevilla, Barcelona o Madrid o te lo machacan.

-¿Hay muchos resquicios por los que colarse?

-Se ha colado todo porque cuando la gente estaba en crisis, con los desahucios, el desempleo y los recortes, el turismo ha evolucionado hacia el paquete único y lo ha hecho muy bien. El B&B suplanta las reservas, las agencias, los hoteles y se llevan la pasta a Irlanda, aquí en España tienen 21 trabajadores y declaran a Hacienda 54.000 euros. Los ayuntamientos están con la lucha de las terrazas, el ruido y la limpieza, que son problemas serios, pero siempre a toro pasado. No se adelantan al fenómeno y eso es lo que me gustaría que se pudiera prevenir. Que se pusiesen políticas avanzadas y mejores para adelantarse y reorganizar estos fenómenos que, por otro lado, tienen cosas muy buenas.

-¿El decreto ley de la Junta de viviendas turísticas está siendo eficaz?

-No funciona porque se tiende al desarrollismo, da igual qué turismo venga, los queremos todos. Cuanto más mejor, queremos el de lujo, el intermedio, el lowcost, los estudiantes y el idiomático, todo. Y no se toman medidas para calmar el turismo en ciertos lugares y llevarlos a ver otras cosas, tiene que haber más oxígeno en el centro, más permeabilidad, porque de lo contrario se favorece la especulación.

-¿Cree que en Andalucía comienza a haber turismofobia?

-No, no lo veo. Tiene que ver con el carácter de la gente, que es muy hospitalaria, son tierras de acogida. Además, aquí las molestias no son tan peligrosas como en Barcelona, donde no se puede dormir ni andar.

-¿Se está reactivando la obra nueva?

-Sí, pero muy despacio. No tiene nada que ver con otras comunidades que han crecido con más sosiego, de forma más o menos sostenida. Aquí ha sido tan fuerte, que ahora cuesta muchísimo poder recuperarse.

-Defectos y virtudes que observa en Andalucía...

-Andalucía es una potencia turística nacional y europea, probablemente va detrás de Barcelona, pero en lugar de estar llamando a rellenar todos los segmentos, completar todos los aforos, cumplir con todos los rankings, habría que hacer un turismo más inteligente. Y yo creo que la Consejería lo que quiere son resultados, números de cruceristas, de vuelos, y eso es un turismo insostenible que acaba haciendo mucho daño a las ciudades y también al paisaje.

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