lola illescas, Coordinadora nacional de Ecologistas en Acción

"Gas, agua, minas... Doñana siempre está amenazada"

Lola Illescas.

Lola Illescas. / lourdes de vicente

-Los ecologistas se han marcado la minería como asunto prioritario para este año. ¿Qué está pasando con la minería?

-Estamos viviendo un boom de actividades mineras en todo el país. Con la subida de precios de los metales, en un negocio tan especulativo, hay hambre de conseguir concesiones y el problema es con qué garantías se están dando.

"Crecer no es garantía de reparto, sino el beneficio de unos pocos. Un 20% tiene el 80% de la riqueza"

-Piensa en Aznalcóllar.

-Es un ejemplo de un concurso polémico que se lo llevan unos mexicanos y luego lo explota una sociedad diferente. No parece que eso ofrezca muchas garantías.

-Ahora se han cumplido veinte años de aquella catástrofe de la que ustedes avisaron.

-Dijimos que no se estaba midiendo la inclinación de los muros. Presentamos denuncias y fueron sobreseídas. Y pasó lo que pasó.

-¿Después de aquello no les hacen más caso?

-Sí y no. Hemos mostrado nuestras dudas sobre la mina de Río Tinto y la Junta dice en público que es peligrosidad cero, pero , sin decírselo a nadie, envía inspectores a comprobar lo que decimos. Algún peso parece tener nuestra opinión.

-Supongo que no son bienvenidos en muchos sitios.

-Ha habido ayuntamientos sevillanos que, a raíz de lo del cangrejo rojo, una especie exótica, nos nombraron persona non grata.

-La batalla contra el ladrillo fue notable. También tuvieron a muchos alcaldes enfrente.

-Alcaldes con el discurso de siempre: desarrollo, crecimiento. Y nosotros decíamos que era desmesuarado, que se colapsaría. Nos sentimos muy solos en esa batalla porque todo el mundo ganaba dinero y parecía que era nuestra voz la única que decía lo que era evidente. Pero parece que no hemos aprendido y ahora nos encontramos con proyectos basados en el mismo modelo.

-¿Cuál es su modelo?

-Pues planes pegados al territorio. Vamos a dejarnos de mamotretos. Nosotros presentamos un proyectito para Trafalgar que potenciaba lo que ya tiene la zona protegiendo el paisaje. Ese es nuestro modelo, el ecologismo social que no esquilma el territorio.

-Pero entienden que en los pueblos quieran crecer con grandes proyectos que atraigan empleo. No sé, hoteles, parques de ocio... todas esas cosas.

-Es que lo que tendríamos que revisar es el sentido del verbo crecer. La prueba está en España. Estamos creciendo, nos dicen, pero no estamos viviendo mejor. Crecer no es garantía de reparto. El crecimiento es el beneficio de unos pocos. En este mundo un 20% de la población disfruta del 80% de la riqueza.

-El ecologismo no acaba de cuajar en política. ¿No se plantean un proyecto político?

-No vamos a entrar en la política convencional de partidos. Funcionamos como un grupo de presión que pretende influir en los partidos para que sean ellos quienes cambien las políticas. Algunas cosas en cuanto a residuos hemos ido consiguiendo, pero todo va muy despacio. En su día también logramos poner en pie el parque Natural de la Bahía de Cádiz y evitamos una urbanización en La Breña, en Barbate. Vamos ganando batallas. Si consiguiéramos cambiar el modo en que gestionamos los recursos lograríamos cambiar el modelo social.

-Es indudable que influyen porque en los programas de los partidos cada vez hay más ecologismo, pero luego no es un tema que esté en el debate, en el día a día.

-Así es. Mire, un ejemplo muy claro. Podemos ha asumido muchas de nuestras ideas y leyendo su programa se podría decir que están muy cerca de nuestros postulados. Teresa Rodríguez, la líder andaluza, se reunió con nosotros y nos pidió un documento sobre las prioridades en la comunidad en esta materia. Lo elaboramos. Pues bien, no he visto que lo haya utilizado ni una sola vez.

-¿Cómo están las relaciones con la Junta?

-Somos dialogantes, pero admito que muy pesados. La Junta nos escucha, pero nos cuesta sacar nuestras propuestas. En todos los órganos en los que estamos presentes, y a los que acudimos religiosamente, siempre nos encontramos en una situación de inferioridad.

-¿Y con los rocieros?

-Con la Iglesia hemos topado. Tratamos de que la racionalidad se imponga. Lo que hace esa romería en Doñana, donde el resto de los mortales no tenemos derecho a entrar ni con un perro, no es racional. Por lo menos ya hay algunos que dicen que son conversacionistas y hay rocieros muy preocupados por el entorno, pero la mayoría, no, y ahí siguen muriendo caballos y siguen dejando residuos...

-El gas, el acuífero, la mina... Doñana acosada.

-Siendo el espacio natural más protegido de España, siempre está amenazado. Con el acuífero los jueces se lo están tomando en serio y yo creo que ya ni el PP defiende abiertamente el proyecto del gas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios