–Se llega por la  pasión. Estudié Diseño de moda  y   tuve mi propia línea de ropa y una tienda en el Bulevar Rosa del Paseo de Gracia de Barcelona. Eso en 1988 era lo más,  pero sentía que no estaba en el lugar correcto. En IB3 participé en el programa Temporada Alta.  Entrevisté a los personajes más importantes que pasaban por Mallorca. El trabajo actual comenzó cuando me desplacé a Pollença, mi pueblo natal, para cuidar de mis abuelos maternos y lo abandoné todo. En el verano de 2008 fue mi despegue:  un regalo de la vida inesperado, aunque buscado.

–Cada casa es una aventura. A algunos anfitriones los conozco desde hace tiempo y,  aunque no lo parezca, eso no siempre facilita las cosas. Nunca hemos tenido un problema con nadie. La gente es muy generosa abriéndonos sus vidas, porque cuando entramos en sus casas descubrimos de verdad quiénes son en realidad esos personajes. Cada casa da mucha información de las personas que la habitan.

–Es difícil quedarse con una, pero me fascinó la de Beto Pérez, en Miami, por su situación. Me encantó la de Pilar Medina Sidonia, por lo elegante que es todo, en la casa-palacio soriana que heredó de su padre. Me encantó la casa del marqués de Griñón por lo mismo…  por una cosa u otra siempre salgo con buen sabor de boca. 

–Más que la decoración al  final es la gente la que te deja un recuerdo imborrable. En una casa me gusta que tenga una buena cocina, no grande,pero sí que la cocina, el sofá y los colores de las paredes sean agradables. La limpieza  es fundamental, por supuesto, los aromas… Que haya orden incluso en el caos más elegante. He visto vestidores caóticos que me han fascinado. Ver el vestidor de algunas de nuestras anfitrionas es indispensable. El vestidor de Carmen Lomana, ordenadísimo, es lo más.

–La más divertida suele ser la última. Me encantó lo reticente que era Carmen Lomana a la hora de mostrar su intimidad, porque en su instagram lo que muestra es nada comparado con lo que se ve en el programa. Fue justo antes del confinamiento y estábamos todos bastante nerviosos, pero salió perfecto. Entre escena y escena nos relajábamos intentando quitar importancia, lo que tiene su lado ridículo y divertido.  El sentido del humor ayuda a superar cualquier situación. Lo más exótico  ha sido lidiar con el vestidor de Sonsoles de la Peña. 

–El de Cecci Sandberg  se ha creado durante años de buen gusto, de saber vestir bien en cada ocasión y, lo más importante, que es saber guardar las prendas y darles muchas vidas. El otro día vino a casa a cenar con una torerita Chanel que había pertenecido a su madre y que debía tener mas de 60 años. Estaba divina. Y en el lado contrario por la modernidad y la cantidad de marcas de hiperlujo, el de la modelo Ilona Novackova.

"El marqués de Griñón me pareció un hombre muy tierno y generoso. En general, cuanto más señorío más sencilla es la gente"

–Recorrer casas fuera de España ayuda a conocer la enorme variedad de estilos. El palacio de Carla y Fabrizio Plessi en Venecia estaba lleno de tesoros artísticos. He visto vajillas alucinantes, cristalerías de ensueño, cosas que han pertenecido a personalidades, como la figura precolombina que Arthur Miller regaló a Marilyn  y que está en la colección de Eleanora Belilty, en Madrid. La casa de Mercedes Herrera es otra construcción llena de historia. Siempre recibe en la cama, con dosel, por supuesto. Es una reina de las de antes. El día que estuvimos dio los buenos días y se metió en la cama. Su nuera fue la encargada de mostrarnos esa maravilla de casa en Formentor, una de las zonas más caras del mundo.

–Fuimos cuando aún no estaba casado con Esther Doña. Se acababa de divorciar de Fátima de la Cierva. Pasamos a su dormitorio de El Rincón, su palacio. Era muy acogedor, estaba lleno de notas cariñosas escritas por Tamara Falcó y que Carlos guardaba sobre su escritorio. Me pareció un hombre muy tierno y generoso. En general, cuanto más señorío más sencilla es la gente. Pasó lo mismo con Pilar Medina Sidonia. Vive en un palacio pero su cuarto de dormir es lo más sencillo, todo blanco, como de monja.

–Me gustan todos menos el que es un falso barroco. Me gusta el barroco auténtico, no las copias;lo mismo que el Segundo Imperio francés si es auténtico.  El minimalismo no me atrae por su frialdad. Me parece bello, pero no para vivir en él. Me gustan las casas vividas.