Marta Robles | Escritora y periodista

“España es un país racista... incluso en la prostitución”

  • Marta Robles (Madrid, 1963) tiene nuevo libro, La chica a la que no supiste amar (Espasa, 2020), una novela negra en la que su personaje fetiche, Tony Roures, se ve envuelto en una trama relacionada con la prostitución y la trata de mujeres. No oculta su pasión por la escritura:"Llevo escribiendo desde el año 91, tengo 16 libros publicados. Siempre he hecho televisión y radio, pero ahora en lugar de dirigir programas voy de contertulia. No creo que vaya a volver a presentar un programa salvo que algo me llamara mucho la atención. Desde que era niña, lo que quería era ser escritora, llevo escribiendo toda la vida y me gustaría dedicarme más a la literatura".

“España es un país racista... incluso en la prostitución” / José Ángel García

“España es un país racista... incluso en la prostitución” / José Ángel García

–¿Qué le ha dado el detective Tony Roures?

–Muchas satisfacciones. La primera es que un personaje masculino fuera absolutamente creíble para los hombres y al mismo tiempo le cayera bien a las mujeres. También me sirve para que desde su voz se traten asuntos femeninos, en los que parece que queremos quitar de en medio a los hombres.

–La trata y la prostitución conforman el eje principal de La chica a la que no supiste amar. ¿La sociedad española hace un poco la vista gorda con este tema?

–La sociedad internacional. En España hay prostíbulos en cualquier parte. Todos sabemos dónde hay clubes con luces de colores con mujeres esclavizadas.

–¿Está normalizado?

–Parece que tenemos el corazón endurecido y nada nos mueve.

"El discurso de Irene Montero está dividiendo el feminismo y eso es enormemente peligroso”

–"Los hombres de verdad no compran mujeres", se dice en su libro.

–Sólo compran carne humana, de mujeres y niñas, los puteros, que no son clientes. Son puteros, porque los clientes compran flores y los puteros compran carne humana. Eso un hombre de verdad no lo hace.

–¿Qué es un hombre de verdad?

–Un hombre que tenga compasión por los demás. Lo dijo Shakespeare. Pero cuando el hombre pierde la compasión por los seres humanos, cuando no le afecta el sufrimiento humano, se vuelve un monstruo. Para mí un hombre que compra carne humana no es un hombre, es un monstruo.

–¿Por qué hace hincapié en las nigerianas?

–Porque son el peldaño más bajo de la prostitución y la trata en España. Nigeria es un país en el que las diferencias sociales hacen que los ricos sean riquísimos y los pobres, pobres de solemnidad.

–Qué situación.

–Las chicas salen de su país con varias cicatrices. Muchas veces han sido vendidas por sus padres y cuando se enfrentan a un viaje de tres años y tres meses, lo hacen con la deuda contraída. Eso las ata a los proxenetas, porque la garantía son sus seres queridos.

–Es muy duro.

–Y, además, ellas tienen que añadir un ritual de vudú.

–Era la siguiente pregunta.

–Ese ritual las hace totalmente venir aterrorizadas. Llegan a España y creen que van ver un rayo de luz, pero se encuentran con el peor de los escenarios. Están esclavizadas y encima son negras y éste es un país racista. Son muy pocas las que entran en clubes de alterne. Se quedan en los peores pisos o en las peores calles porque son negras y no las quieren ni siquiera en los clubes.

–¿España es racista?

–España es racista y se demuestra hasta ese punto.

–¿Incluso en la prostitución?

–Incluso en la prostitución.

–¿Por qué se castiga más a la prostituta que al putero?

–Nunca hablo de prostitutas. Le pido por favor que en mi boca nunca ponga la palabra prostituta. Hablo de mujeres prostituidas.

–De acuerdo.

–Estamos en un país donde la prostitución es alegal. La trata de mujeres con fines de explotación sexual está penada, pero tiene que haber alguien que denuncie. Y si tienen miedo, no denuncian.

–Evidentemente.

–En el mundo en general se ha normalizado el consumo de prostitución. En este país eso de ir a estrenarse estaba casi bien visto. Es un escenario de enorme hipocresía.

–Pues sí.

–Prohibir la prostitución me parece terrible, porque se penaliza a la mujer prostituida. Hay que abolir la prostitución y poner el foco en el putero.

–Sigue sin tener pudor a la hora de escribir de sexo.

–Sí, pero hay que hacer una precisión: en esta novela hay sexo lúdico. No describo el sexo de las mujeres prostituidas. No lo hago porque me parece que es revictimizarlas y no quiero.

–¿Echó algo en falta el pasado 8-M?

–Muchas cosas. La primera, por qué no decirlo, la responsabilidad de los políticos que tenían que haber dicho que no hubiera manifestación del 8-M con los datos que había del coronavirus.

–Se me adelanta a las preguntas.

–Y dos, soy feminista de toda la vida y estoy un poco harta y cansada de que ahora lleguen chicas de la edad de Irene Montero a decirme que lo han hecho todo ellas. Además, pretenden adueñarse de un discurso que no es de ellas en absoluto, quieren conducir los pasos de todas las mujeres y pretenden que no haya diversidad en las mujeres.

–El objetivo debe ser claro.

–Las mujeres queremos la igualdad y la equiparación de derechos con los hombres, pero lo que no queremos es ser iguales que los hombres ni entre nosotras. Está claro que todas somos diferentes y eso es lo primero que hay que entender. Entonces lo que están haciendo con este discurso de o haces lo que yo digo o no eres feminista, es dividir el feminismo. Y divide y vencerás. Es enormemente peligroso.

–Se hace un flaco favor así.

–Divide y vencerás, simplemente es así.

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