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El mensaje oculto del sondeo del CIS

Jueves de Feria. Restaurante Abades. La plana mayor del PP desembarca en Sevilla para el arranque de campaña. El partido de la gaviota quiere dejar claro que la capital andaluza es un símbolo para sus intereses. Hay euforia, una euforia muy criticada. Si cae Sevilla del lado del centro-derecha, caerá el gobierno andaluz. Todas las encuestas dan la mayoría absoluta. ¿Todas? El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) resiste ahora y siempre al invasor en una reinterpretación de los cómics de Astérix y Obelix, aquellos geniales locos galos. Los sociólogos del Ministerio de la Presidencia son los únicos que dejan abierta la posibilidad de que Zoido se quede con 16 concejales, una mayoría insuficiente. La campaña está a punto de empezar y la encuesta del CIS enfría los ánimos peperos y da aire a un PSOE que lucha por ganar notoriedad para su candidato. "No nos viene nada mal que parezca que todo no está conseguido", comenta un diputado nacional. Un concejal veterano realiza su particular reflexión: "Pues como nos quedemos con 16 tendrán que venir a la sede los psicólogos que siempre aparecen tras las grandes tragedias, porque después de cinco años a este ritmo a ver quién nos levanta el ánimo".

Zoido recibe la llamada de Arenas: "Juanito, no te preocupes porque el CIS te dio hace cuatro años 12 concejales y sacaste 15". Zoido confía ciegamente en las encuestas internas, las de casi dos mil preguntas que le aseguran que va bien, que crece en la Macarena y en el Este, que lo del plan Centro le ha dejado de preocupar a la gente, que la gente comienza a digerir las setas... En fin, que orientan su política. Pero el CIS ha echado un poco de agua fría a esas expectativas. ¿Y si el CIS tiene algo de razón?

Es Jueves de Feria. Rajoy llega a Sevilla acompañado por Jorge Moragas, responsable de las relaciones internacionales del partido. Primer cambio de impresiones. El presidente nacional toma nota de la inquietud del cabeza de lista en Sevilla, la plaza simbólica con la que el PP quiere arrancar el gran cambio político. Telefonea a Pedro Arriola, sociólogo de cabecera del PP desde los tiempos de José María Aznar. Un experto en el análisis de encuestas y en la planificación de las estrategias electorales.

-Pedro, vamos a ver, chico, analízame las tripas de la encuesta del CIS para Sevilla.

Y Arriola se pone a ello. Papel, lápiz y poco más. Lo primero que llama la atención es la alta participación que vaticina el CIS: un 67,7%. Sólo en 1995 se registró un índice parecido, un 63,3%. En las demás consultas se anduvo entre el 54% y el 58%. El sociólogo del PP examina las entrañas de la encuesta y va probando con otros índices de participación siempre según los resultados de una muestra de mil preguntas realizadas entre el 17 de marzo y el 17 de abril. El documento de puño y letra de Arriola explica cómo el sociólogo va jugando con los restos de la Ley D'Hont.

La conclusión es clara. El PP tiene asegurada en Sevilla la anhelada mayoría absoluta siempre y cuando no voten más de un 74,2% de ciudadanos. Es decir, misión imposible para el PSOE e IU. Arriola baja la participación a un 56,7% (un índice "similar al de 2007", como él mismo anota) y obtiene el siguiente resultado: 19 concejales para el PP, 11 para el PSOE y 3 para IU. UPyD y PA se quedan en un 2,6% y un 2,3%, respectivamente.

Y con un 65,5% de participación, el reparto de ediles es el siguiente: 17 para el PP, 13 para el PSOE y 3 para IU. Todas las pruebas con diferentes porcentajes de participación garantizan la mayoría absoluta siempre y cuando no se alcance el tan temido como imposible 74% de votantes. Arriola anota en la parte inferior del folio otras observaciones de interés en el estudio del CIS: "Zoido, el más conocido, el más valorado..." Y otros cálculos y reflexiones.

Un sms advirtió al equipo de Zoido que debían estar "muy tranquilos". El quinto día de campaña, martes 10 de mayo, Zoido acudió a Madrid invitado por el Forum Europa para pronunciar una conferencia sobre su programa político. Arriola entregó en los salones del Hotel Ritz el borrador con el desarrollo de las tripas de la encuesta del CIS. "Estate tranquilo, serás alcalde".

La campaña no debía ser alterada por ningún motivo. No había lugar a ningún cambio de estrategia. La táctica era sencilla: seguir con los encuentros vecinales como desde hacía cinco años. Ni más, ni menos. Repartir besos y abrazos, seguir explotando el perfil de hombre de pueblo, la imagen de un candidato del PP que ni mucho menos es un pijo, no incurrir en fallos de manual como sí ha estado haciendo el PSOE, proyectar una imagen institucional de quien ya se consideraba (y era considerado) como alcalde y, por supuesto, desplegar al equipo en acciones en los barrios de forma simultánea, tal ha sido el caso del padre de Mari Luz Cortés pidiendo el voto para el PP en las zonas más alejadas del centro.

El PSOE se agarró a la encuesta del CIS como última esperanza. Pero el PP, lejos de ser presa de los nervios, mantuvo un inquietante tono plano hasta en los dos últimos días, cuando el cabeza de lista pasó ya al contraataque. Sólo entonces hizo Zoido alusiones directas a Espadas. "A usted se le nota que es un recién llegado". "Usted no hizo ni una sola vivienda protegida en Sevilla siendo consejero".

Muy revelador resultó que el candidato Espadas proclamara el "empate técnico" entre el PSOE y el PP justo el día antes de que El País vaticinara que el centro derecha estaba ya entre los 18 y 19 concejales. Algo fallaba clamorosamente. El sondeo del CIS, cuando menos, sirvió para dar algo de emoción a la campaña. Pero las tripas de la encuesta llevaban el mensaje oculto. O el mensaje ocultado, mejor dicho.

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