Elecciones

¿Susto o muerte?

  • La presunta hecatombe socialista a nivel municipal y autonómico y la irrupción de Bildu eran los ejes de la campaña hasta que brotaron todos esos indignados que han eclipsado a los políticos y a las quinielas.

LA debacle electoral del PSOE está servida desde aquel 12 de mayo en el que el presidente del Gobierno subió ojeroso y atribulado a la tribuna del Congreso cual pobre huérfano de sus viejos principios para anunciar la bajada del sueldo a los funcionarios, el adiós al cheque-bebé, la congelación de las pensiones, el tijeretazo a la inversión pública del Estado en algo más de 6.000 millones... La suerte estaba   echada. 

Mañana, año y pico después del ominoso trágala, se celebran las novenas elecciones municipales y se dirime la composición de 13  parlamentos autonómicos y la de las asambleas de Ceuta y Melilla, amén de las Juntas Generales vascas, cabildos insulares, concejos....  Que sí, que la suerte estaba echada ante el 22-M, por muy presente que se tenga que mañana no hay que elegir entre Zapatero o Rajoy, sino, por ejemplo, al encargado de velar por la limpieza del barrio, aunque    ante los perroguarros -esos que nos regalan los excrementos de sus canes, no confundir con los perroflautas- no hay alcalde que valga.

El presidente, decíamos, anunciaba el mes pasado que no optaría a la reelección en 2012, más que nada por el indisimulado rechazo de buena parte de sus candidatos municipales y autonómicos a cargar con el perverso efecto Zapatero. Una vez estipulado que la sucesión se activará tras sortear la curva del 22-M, no han sido pocos los  barones que han evitado la foto con el líder   para no quemarse con él en la pira. Es más, el PSC poco menos que ha declarado personas non gratas a la cúpula de Ferraz, que ni a la mismísima compañera Carme Chacón le han dejado acercarse a pedir el voto no fuera a resultar la cosa contraproducente. La suerte estaba echada, qué olor a derrota!

La cita de mañana no es baladí en todo caso de cara al duelo al sol entre Rajoy y Rubalcaba -o entre Rajoy y Chacón, o entre Rajoy y no se sabe quién-, pues las municipales suelen resultar una buena referencia al otear el camino ulterior hacia La Moncloa. En las de 2007, el PP ya sacó más votos que el PSOE, aunque, paradojas, obtuvo 681 concejales menos. Sevilla y Barcelona son las dos grandes plazas simbólicas que establecerán si lo de mañana será preludio de un cambio de ciclo. La suerte estaba echada.

A nivel autonómico, los dos colosos se reparten el pastel. Tanto PP como PSOE gobiernan en cinco comunidades autónomas. Mañana habrá que estar atentos sobre todo al nivel que alcanza la marea azul en Extremadura y Castilla-La Mancha. No es casualidad que Rajoy arropara anoche a su lugarteniente, Dolores de Cospedal, en el cierre de campaña en Guadalajara. La candidata a ser la primera presidenta del PP en la única comunidad donde el PSOE siempre gobernó  por mayoría absoluta afirmó suntuosa que "el cambio en España tiene que empezar en Castilla-La Mancha, el corazón de este país". Si ella lo dice. La suerte estaba echada, insiste el pesado.

Otro de los actores estelares de la película de la campaña ha sido Bildu, la coalición abertzale que aglutina a miembros de EA, Alternatiba -una escisión de Ezker Batua, la IU vasca- y los llamados independientes, ay! Los magistrados del Tribunal Constitucional (TC) que dieron luz verde al satanizado artefacto político han soportado todo tipo de exabruptos ante lo que algunos consideran la operación retorno de los terroristas a las instituciones. En cualquier caso, el CIS  le concede excepcionalmente a Bildu dos escaños en Navarra y uno de cada seis votos en el País vasco, donde se convertiría en la cuarta fuerza política municipal.  Digo excepcionalmente porque la regla era sondear sólo sobre fuerzas con representación parlamentaria vigente, como alegó el CIS para ningunear al neonato partido de Álvarez-Cascos, que le va a hacer la puñeta a Rajoy en Asturias. 

El PSOE se ha dedicado estos quince días a tratar de movilizar a la afición y aledaños para evitar el trompazo anunciado y el PP silbaba y cantaba una victoria que ni  Camps parece capaz de amargar a Rajoy, que la suerte estaba echada. Hasta  que apareció el Movimiento 15-M, esa multitud de indignados en las calles para vergüenza del PSOE y estupor del PP, que ha pasado del desprecio a la prudencia y admite que observa el fenómeno "con ligera preocupación". IU, depositario natural que se siente de los votos del grito sordo del 15-M, da palmas con las orejas...

¿Y ahora qué? ¿La suerte estaba echada? A saber. El caso es que uno, el PP, me habla del paro que se genera  enfrente; el otro, el PSOE, de la corrupción, que Gürtel no hay más que uno. ¿Qué preferís?  ¿Susto o muerte? Tranquilos, por larga que sea la noche, siempre sale el sol, digo yo.

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