Economía

Un yacimiento arqueológico como motor turístico

  • La Cueva de las Ventanas de Píñar, en Granada, ha pasado de cementerio prehistórico a atractivo para el viajero al recibir más de 45.000 visitas desde 1999

La Cueva de las Ventanas de Píñar ha pasado de ser un cementerio prehistórico que pudo albergar un centenar de tumbas y extraños ajuares a un foco de atracción turística al haberse convertido en la primera cueva de Granada en recibir más de 45.000 visitas al año tras su apertura en 1999.

Una de las peculiaridades de esta cueva, declarada Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía, es que está gestionada íntegramente por mujeres del municipio de Píñar, según explica su alcaldesa, Inmaculada Oria, quien adelanta que en lo que va de verano más de 3.000 viajeros han visitado ya la Cueva de las Ventanas, dispuestos a conocer más sobre la Prehistoria. Ya en el año 1850 esta cueva era mencionada por Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España, al hablar de "una cueva de gran magnitud y caprichosos adornos cristalinos que admiran los viajeros". El escritor Gabriel Puig y Larraz escribió al describir las cavidades de la comarca de Iznalloz, en 1896, lo siguiente: "La Cueva de Píñar, caverna de grandes dimensiones, es muy vistosa por las numerosas estalactitas que contiene".

Ésta ha sido escenario de numerosas investigaciones sobre la Prehistoria en el sur de la Península Ibérica, según ha explicado la alcaldesa de Píñar. Los arqueólogos han determinado la presencia de restos paleontológicos de gran importancia como son el cubil de hienas formado por los huesos de estos animales y sus presas, así como la presencia de restos de osos.

singularidad

Por otra parte, los investigadores han considerado que se presenta como algo "singular y de gran importancia" la enorme acumulación de coprolitos (heces fosilizadas). El análisis de los restos hallados posibilita el conocimiento del período de ocupación y del ecosistema existente en los mismos, gracias a la analítica de los pólenes que contienen.

Según las primeras conclusiones, existe la posibilidad de que la Cueva de las Ventanas fuera utilizada desde el Neolítico hasta el final de la Prehistoria como un lugar de enterramiento, que pudo albergar hasta 100 tumbas y ajuares, en algunos casos, "difícil de imaginar", según le han trasmitido los arqueólogos a la alcaldesa.

El carácter funerario se perdió en el Bronce Final, como demuestra la presencia de material ibero-romano en base a cerámica decorada, las cerámicas medievales y una importante presencia de cerámica almohade, que pudo ser utilizada posteriormente para guardar ganado y como lugar de refugio en momentos de conflictos sociales y militares.

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