Tribuna Económica

gumersindo ruiz

El futuro de los trabajos y los trabajos del futuro

Acaba de salir el informe del World Economic Forum con las opiniones de las empresas sobre el tipo de empleados y cualificaciones que necesitan. Hay varias ideas que surgen del informe; una es el impacto del Covid-19 en las estrategias de las compañías, que se concreta en cinco aspectos que mencionan entre el 90% y 50%, y que de más a menos son: aceleración del uso de tecnologías digitales en procesos complejos o sencillos; abrir posibilidades al trabajo remoto o híbrido; que los empleados actuales aprendan técnicas digitales; la automatización de todas las tareas posibles; y la transformación de la organización.

En segundo lugar, este tipo de informes se hacen con empresas de cierta dimensión, que piden profesionales en técnicas de inteligencia artificial y generación de información útil, su análisis y almacenaje, además de comercio on line y digital. Todo esto tiene utilidad para la administración pública, la sanidad, y algunos sectores -financiero, energía, transporte, agricultura, cadenas de consumo y servicios-, siendo su uso limitado a grandes bases de datos, por lo que no es extraño que veamos estallar en algún momento la burbuja actual de la inteligencia artificial y machine learning. El tercer punto es que en un ranking de empleos se pone en primer lugar a personas que sepan operar y fabricar con el internet de las cosas; pero también siguen siendo necesarios trabajadores cualificados para cadenas de producción. Sin embargo, no se necesita personal en tareas automatizables: contables, administrativas, de secretariado, o información a clientes; sobrarían muchísimos funcionarios en tareas de administración y control, y faltarían en servicios como seguridad, sanidad, y formación aplicada.

La capacitación digital de la población laboral española está en torno al 55%, similar a Francia, algo superior a Italia, e inferior a Alemania, un 62,5%. Un 85% de empresas españolas de la muestra señalan que contratarían personal fijo con capacitación en las nuevas tecnologías digitales, y un 33% despedirían a los que no las tienen. Estas empresas quieren personas con pensamiento analítico y con actitud para formarse, y valoran menos la orientación hacia servicios. En el informe no se habla de turismo ni de construcción, que para nosotros son sectores fuertes; pero mientras es escasa la productividad que la tecnología puede añadir en el turismo, en la construcción sí hay un campo importante en eficiencia ambiental, nuevos materiales, y robótica; y lo mismo ocurre con nuestra agroindustria.

Cuando al impacto de la pandemia se une la transformación digital, coinciden shocks a corto plazo con tendencias a largo; políticas y soluciones a corto, y las que se necesitan ante un horizonte laboral nuevo. Es ilusorio creer que los trabajos van a volver a ser como antes, y la autogestión de las capacidades propias, el aprendizaje activo, la voluntad de moverse, la tolerancia y flexibilidad de adaptación, no son ya recomendaciones, sino una necesidad para la sobrevivencia. Olvidar esto es un error, pero es un error aún mayor suponer que puede hacerse individualmente, sin que la política pública y la empresa creen el marco donde la responsabilidad personal tenga un sentido.

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