Economía

El enemigo silencioso

  • Jaime García. Responsable de Banco Mediolanum en la Zona Sur

El enemigo silencioso

El enemigo silencioso

Jaime García Responsable Banco Mediolanum Zona Sur Jaime García Responsable Banco Mediolanum Zona Sur

Jaime García Responsable Banco Mediolanum Zona Sur

Como de santa Bárbara, solo nos acordamos de la inflación cuando truena y esta es una de esas ocasiones: en solo tres meses se ha disparado y se ha abierto el debate sobre si es algo puntual o si ha venido para quedarse.

Técnicamente, la inflación mide la subida de los precios de una cesta de la compra media de los hogares de un país. Para ser gráficos, es como la termita que anida en el interior de la madera y la devora poco a poco sin que nos demos cuenta. La inflación, de forma inevitable, se alimenta del dinero reduciendo su valor de compra. Algo especialmente peligroso para nuestros ahorros y una preocupación constante para los que nos dedicamos al asesoramiento financiero.

La web del INE dispone de una curiosa herramienta que permite averiguar cuanto tendría que haber crecido nuestro dinero para mantener su poder adquisitivo, es decir seguir comprando lo mismo. Así, para que 10.000 euros de hace 30 años pudiesen comprar hoy lo mismo que entonces, se tendrían que haber más que doblado hasta convertirse en 20.930 euros actuales. Mientras que para seguir conservando hoy el mismo poder adquisitivo, 10.000 euros de hace 20 años tendrían que haber crecido hasta los 14.460 euros. Por su parte, 10.000 euros de 2011, hace 10 años, tendrían que haber aumentado hasta ser ahora 10.960 euros.

Pues bien, la única manera de combatir la inflación es contar con una planificación financiera con el objetivo de poner a trabajar nuestro dinero para superar, como mínimo, a la inflación. Si no lo hacemos, nuestros ahorros perderán valor con el paso del tiempo.

Sin embargo, aunque a nadie le gusta ver como su dinero pierde valor, todavía queda mucha gente que lo aparca en productos escasamente remunerados cuyos intereses por lo general no superan la inflación. Es el primer gran error que se comete.

El segundo es caer en comparaciones a corto cuando el objetivo es de largo plazo. Aunque es bueno que la rentabilidad supere la inflación anual, puede ocurrir que un año no sea posible debido a la volatilidad en los mercados financieros de renta fija o renta variable. El inversor debe planificar pensando en el largo plazo en función de los objetivos vitales que se marque. Y los resultados se deben medir en ese contexto: perder frente a la inflación un año no es malo, perder en una década lo es y mucho.

Históricamente se ha considerado que a largo plazo el mejor antídoto contra la inflación es la inversión en los mercados de renta variable. Evidentemente con la máxima diversificación, dentro de un completa planificación financiera.

En este proceso de lucha contra el daño que la inflación puede causar en nuestro ahorro y nuestro patrimonio, el acompañamiento de un profesional de las finanzas nos permitirá disponer de una estrategia acorde a nuestros objetivos y sus horizontes temporales, y aprovechar de la forma más coherente las oportunidades que vayan surgiendo.

La termita es ese enemigo silencioso que hace que la madera, pasado el tiempo, se haya desintegrado. El enemigo del ahorro es la inflación, y estás a tiempo de protegerte de ella.