Las consecuencias del batacazo inmobiliario El escenario de desaceleración pasa factura a las empresas

La crisis de Martinsa-Fadesa hunde al Íbex hasta niveles de hace dos años

  • El parqué madrileño vivió durante horas un 'martes negro' con caídas superiores al 4%, aunque el retroceso al cierre fue del 2,55% · El selectivo, que a duras penas mantiene los 11.000 puntos, cede un 26,5% desde enero

La suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa, la mayor de la historia empresarial española, dejó su negra huella ayer en la bolsa. En una jornada que bordeó el pánico, el Íbex 35 llegó a perder en algunos momentos más de un 4% y por extensión el nivel psicológico de los 11.000 puntos (lejos quedan los 15.000 con los que inauguró el año), pero finalmente moderó sus pérdidas a última hora para ceder sólo un 2,55% y acabar en los 11.151,6 enteros, su mínima cota desde junio de 2006. Hay datos más espeluznantes: en lo que va de 2008, el selectivo que agrupa a los 35 mayores valores por capitalización bursátil ha cedido un llamativo 26,5%.

La sangría fue inferior de lo que se preveía en la apertura y se cebó especialmente con los valores del ladrillo y de la banca, sobre todo con Banco Popular, la única entidad que cotiza en bolsa entre las que participan en el crédito sindicado a la inmobiliaria. La debacle de Martinsa-Fadesa fue la puntilla para unos mercados con los nervios a flor de piel por los problemas financieros en Estados Unidos y los malos datos económicos procedentes del otro lado del Atlántico, que obligaron incluso a una comparecencia extraordinaria del presidente estadounidense, George W. Bush, quien insitió en que a pesar de los problemas, los fundamentos de la economía estadounidense "son sólidos". Con este panorama de incertidumbre, todas las bolsas cedieron, pero la más castigada fue sin duda la española.

Las palabras de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, asegurando que el Gobierno trabaja para "mitigar" los efectos de la suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa y su afirmación de que el Gobierno está adoptando medidas para afrontar las "dificultades reales y serias" de la economía no llevaron la calma a los mercados. Con Martinsa-Fadesa suspendida de cotización tras presentar este lunes el concurso voluntario de acreedores (antigua suspensión de pagos) en el Juzgado de lo Mercantil de La Coruña, el castigo se dirigió al resto de valores del sector del ladrillo. Dentro del Íbex, el mayor desplome correspondió a Sacyr-Vallehermoso, que cedió un 8,37 %, acompañada por Ferrovial, que se dejó un 7,37%. En el mercado continuo, las acciones de Inmobiliaria Colonial cedieron un 11,63%, mientras que Urbas se dejó un 14,29%.

La crisis causó también estragos en el sector bancario, especialmente en los títulos del Popular, que cedió un 5,63% pese a afirmar que durante el primer semestre realizó una provisión de 100 millones de euros con un carácter cautelar vinculado al crédito con la inmobiliaria, por lo que no tendrá que hacer dotaciones adicionales.

No obstante, las caídas no se circunscribieron a los valores directa o indirectamente afectados por el colapso de Martinsa-Fadesa. Todos los valores del Íbex 35, a excepción de Gas Natural, OHL y Unión Fenosa, acabaron en rojo, con descensos del 2,49% para el Santander, del 2,97% para el BBVA, o del 4,91 % en el caso de Bankinter. Recortes también para Repsol YPF, cuyos títulos se dejaron un 2,6%, o para Telefónica, que perdió un 1,28%. Iberdrola también terminó en rojo, con un descenso del 3,67% en el día en el que se conoció que el presidente de EDF deberá comparecer como testigo en el proceso que un juzgado bilbaíno ha abierto por los movimientos enla eléctrica. La excepción a la regla fueron Gas Natural, que logró salvar los muebles entre la marea roja y mejoró un 0,5%, al igual que OHL, que avanzó un 0,46%, y Unión Fenosa, que cerró con un avance del 0,27% tras anunciar una mejora del beneficio del 27,8% hasta junio.

A pesar de que la caída fue especialmente intensa en España, el resto de plazas europeas no escaparon a los recortes. Wall Street abrió en rojo acuciada por los problemas del sector financiero, el anuncio de nuevos despidos por parte de General Motors y el nuevo mínimo histórico del dólar. Las palabras de Bush moderaron los recortes, pero no lo suficiente como para dar la vuelta a los mercados europeos.El CAC 40 parisino recortó un 1,96% y el FTSE 100 de Londres cedió un 2,15%, mientras que el DAX de Fráncfort retrocedía un 1,96% al cierre.

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