Economía

Lombardero sale de la primera línea directiva de Cajasol

  • El consejo de la entidad da luz verde a la reestructuración de una cúpula en la que se ha cuidado el reparto de poder entre cargos procedentes de El Monte y San Fernando

El consejo de Cajasol dio ayer luz verde -con 21 votos a favor, nueve abstenciones y cuatro en contra- a la propuesta que su presidente, Antonio Pulido, planteó para la reestructuración de la cúpula directiva de la entidad, que pasará de los 21 miembros a 12. Después de más de tres horas de tensa reunión, se aprobaba la constitución de un organigrama marcado por dos aspectos: la práctica paridad entre los ejecutivos procedentes de El Monte y San Fernando y una mayor concentración de cargos dependientes directamente del presidente.

La decisión más esperada, sin embargo, era la relativa al futuro de la hasta ahora directora general gerente, María Luisa Lombardero, quien finalmente sale de la primera línea directiva de la caja de ahorros. Desde la entidad señalaron ayer, a este respecto, que la consultora externa encargada de orientar el diseño de la nueva ejecutiva había detectado "duplicidades" entre las tareas de Lombardero y del director general, Rafael López-Tarruella, de ahí que Cajasol decidiera mantener a éste último como único responsable de la Dirección General.

Fuentes consultadas por este diario indicaron que la salida de Lombardero se decidió a última hora, aunque no obedeció tanto a las irregularidades detectadas por el Banco de España en El Monte durante la presidencia de José María Bueno Lidón -de cuyo equipo ella formaba parte- como por una cuestión de cuotas de "partido". De momento, se desconoce el destino que ocupará María Luisa Lombardero, pero, al parecer, Antonio Pulido le habría propuesto ocupar la presidencia de alguna de las empresas participadas de la caja de ahorros, entre las que estaría la gestora de la torre que proyecta en el parque tecnológico de La Cartuja. En la entidad, se limitaron a apuntar, en este sentido, que "continuará en el contexto directivo de la caja" y que el presidente aún no ha hablado con ella.

De acuerdo con la información facilitada, de la figura de Pulido dependerán la Secretaría General, que seguirá bajo el mando de Lázaro Cepas; la Dirección Institucional y de Obra Social, con la que sale reforzado Francisco Javier Romero, y la Dirección General, en manos de López-Tarruella. También lo hace el vicepresidente, Luis Navarrete.

A López-Tarruella le reportarán siete direcciones generales adjuntas (frente a las 11 subdirecciones y las dos direcciones adjuntas del organigrama anterior): Riesgos, que ocupará Francisco García Beato; Intervención, que recae sobre Patrocinio Álvarez; Organización y Tecnología, de la que se hará cargo María de los Ángeles Pérez-Cerezal; Medios, que será para Feliciano Pérez-Vera; Financiera, que encabezará Juan Salido; Comercial, cuyo principal responsable será Miguel Ángel Gutiérrez Quesada; y Participadas, que pasa a asumir Juan Carlos Ollero.

En cuanto al reparto del poder por caja de procedencia -uno de los principales argumentos que UGT ha esgrimido en contra de la reestructuración-, hay seis de El Monte (Pulido, García Beato, Álvarez, Gutiérrez Quesada, Cepas y Romero) y cinco de San Fernando (Navarrete, Pérez-Vera, Salido y Ollero). Precisamente, los sindicatos han hecho valer sus críticas a la evolución del proceso de integración en ámbitos como la operativa de la caja o la gestión de los recursos humanos, de modo que el hasta ahora responsable de este último área, Alfonso Bermúdez, ha sido sustituido por Jesús Téllez.

Cajasol insistió ayer en que la pretensión de todos estos cambios no es otra que "ganar eficiencia en la gestión del negocio y en el funcionamiento interno de la entidad", apostando por un organigrama más horizontal, en el que no se den duplicidades a la hora de tomar decisiones y con el que se gane en agilidad y rigurosidad. Subrayó, asimismo, que con ello se demuestra la "actitud proactiva" de la entidad de cara a la fusión.

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