Foro Joly

Hernández de Cos defiende un pacto de rentas y más Europa para lidiar con la elevada inflación

El gobernador, a su llegada al Gran Hotel Almería, posa con autoridades del mundo político y empresarial almeriense, entre ellos del Grupo Joly.

El gobernador, a su llegada al Gran Hotel Almería, posa con autoridades del mundo político y empresarial almeriense, entre ellos del Grupo Joly. / Javier Alonso

En el Gran Hotel Almería se habló mucho de economía este lunes. De la compleja situación geopolítica actual y cómo ésta está afectando a todos los países de la zona euro. Era algo conocido por todos los presentes, pero se hacía necesario conocer de primera mano las explicaciones de las actuaciones que están teniendo los Bancos Centrales, para comprender el momento y, sobre todo, el futuro.

Nadie mejor que Pablo Hernández de Cos para ilustrar sobre el tema. Diario de Almería lo invitó a un Foro Joly instructivo, donde se dieron cita la flor y la nata del mundo político y empresarial de la provincia. Un primer parlamento inicial donde se desglosaron las reacciones del Banco Central Europeo así como las políticas económicas que recomienda el Banco de España, seguido de una serie de preguntas donde el gobernador aclaró dudas.

Para empezar, había que situar el foco de atención en el principal problema que atenaza a las economías: la guerra de Ucrania y sus consecuencias. “Es la mayor preocupación que hoy tenemos. Estábamos en una situación en la que nos recuperábamos de la perturbación económica que había supuesto la crisis de la COVID y llega una nueva perturbación cuyos efectos económicos están transcurriendo por diferentes canales, con los mercados financieros como el más importante”, apuntaba de Cos, poniendo el acento en la dependencia del gas: “La guerra está afectando a las económicas europeas, no sólo porque transcurre Europa, sino por la dependencia de gas con Rusia y de algunos productos, en menor medida, de Ucrania. El riesgo mayor que tenemos con la llegada del invierno es que se produzca un corte de suministro por parte de Rusia, de gas o de petróleo”.

Las consecuencias de esto parecen catastróficas. Es por ello, que los economistas del Banco de España realizan simulaciones para ilustrar estos posibles efectos. “Básicamente se plantean dos escenarios: uno en el que se rompen sólo las conexiones de gas y petróleo, y otro en el que se rompen completamente todas las conexiones económicas con Rusia. En el primer caso, en la economía española, dependiendo de la medida en la que fuéramos capaces de sustituir las importaciones de gas ruso, tendría un efecto entre 0,8 y 1,4% puntos porcentuales. Esto se deriva, también del efecto indirecto de un menor crecimiento de Alemania o Italia”, explica el gobernador.

De momento, las economías están aguantando el tipo, gracias principalmente al importante flujo turístico del verano. Sin embargo, ya hay indicadores que señalan una desaceleración económica. “En el primer semestre hemos tenido sorpresas positivas, las economías europeas han aguantado relativamente bien. Si en el primer trimestre el crecimiento era del 0,7%, en el segundo del 0,8%. Esto tiene que ver con el beneficio tanto por el turismo como por toda la actividad tras la crisis de la COVID. Sin embargo, las expectativas es que los efectos de desaceleración económica terminen siendo superiores. Tenemos señales de que la desaceleración económica se está produciendo en el área del euro, en mayor medida en el sector de la manufactura. Los indicadores apuntan a una contracción de las manufacturas en el tercer trimestre y una desaceleración del sector servicios”, avisaba en su intervención en el estrado del Foro Joly el gobernador del Banco de España.

"El mandato de la política monetaria del BCE es mantener el objetivo del inflación en el 2% en el medio plazo”

Ante ello, el BCE se puso en marcha y revisó de “forma muy significativa a la baja” la previsión de crecimiento económico para 2023. “Se espera este año un crecimiento en torno al 3,1%, pero éste desacelera al 0,9% en 2023 y vuelve a crecer en 2024 hasta niveles cercanos al 1,9%”. En cuanto a los precios, las revisiones de la inflación son al alza, muy significativa para 2023, mientras que en 2024 es menor. “Es importante subrayar que se prevé que la inflación se sitúe en torno al 2%”, fundamental puesto que el mandato del BCE es mantener esa cifra a medio plazo, junto a la estabilidad de precios.

El gobernador, durante su intervención. El gobernador, durante su intervención.

El gobernador, durante su intervención. / Javier Alonso

“Este plazo es muy importante porque ningún Banco Central es capaz de controlar la inflación en el corto plazo. Estamos en un momento de perturbación negativa de oferta, que genera una mayor dificultad en la gestión a los Bancos Centrales, porque afectan negativamente al crecimiento económico, pero positivamente a la inflación”, lo que ha llevado al organismo monetario europeo a actuar, con serenidad, pero con contundencia: “Una vez que las perturbaciones de oferta han generado mayor persistencia de la inflación, el BCE ha reaccionado para evitar que afecte a las expectativas de inflación, los salarios, los márgenes empresariales... Desde diciembre que iniciamos el Proceso de Normalización de la Política Monetaria, hemos ido eliminando las compras netas del Programa de Compras Pandémicas y, posteriormente, iniciamos el proceso de incremento de los tipos de interés. Subimos 50 puntos básicos en julio, y en septiembre hicimos una subida de 75 puntos básicos, para garantizar que nuestro objetivo de inflación del 2% se cumpla”.

Una vez hallado el quiste económico y metido el bisturí, toca hacer pedagogía sobre el papel de las políticas económicas desde las perspectivas del Banco de España. “En las políticas nacionales, defendemos que la mejor respuesta es un pacto de rentas. A lo que nos enfrentamos es un deterioro de los cambios de intercambio. No hay forma de evitar la pérdida de bienestar, sólo repartirla. De hecho, si tratamos de eludirla, lo único que vamos a generar es una espiral inflacionista, que provocará un shock negativo de competitividad que acabará provocando mayor pérdida de bienestar”, ante lo que no hay mejor respuesta que defender el pacto de rentas, que Hernández de Cos explica en qué consiste: “Un crecimiento de los salarios por debajo de la inflación y de los márgenes empresariales, de forma que haya un reparto de las pérdidas. Defendemos también que el sector público contribuya y que otras partidas de gasto, como las pensiones, deberían este año no indiciarse con la inflación”.

"Una vez que las perturbaciones de oferta han generado mayor persistencia de la inflación, actuamos”

La principal política, pero no la única. “La fiscalidad puede jugar un papel distinto al de la crisis de la pandemia, no se trata de un pulso fiscal generalizado, que aumentaría las presiones inflacionistas. Está justificado que los colectivos más vulnerables se les garantice sus rentas en mayor medida que al resto de ciudadanos. Además, las reformas estructurales deben de aumentar la competitividad de nuestra. Contamos con los fondos europeos que pueden ser un arma importante para las políticas de oferta, no solo a través de la inversión pública, sino también a través del acompañamiento de políticas estructurales o para financiar posibles costes de transición”.

Y, cómo no, políticas nacionales y también Europa. Hernández de Cos animaba a mirar a Europa, a esa solidaridad territorial que permita, si no salir más fuertes de ésta, sí por lo menos unas medidas conjuntas que refuercen a la economía comunitaria. “Por solidaridad y eficiencia en la respuesta, la única que podemos dar es con más Europa. Las decisiones que se adopten en torno a los mercados energético y en términos de profundización de la unión bancaria ayudarán a que la economía europea esté una situación más favorable”.

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