El presidente de Bankinter, Pedro Guerrero, no esconde su pesimismo sobre el futuro a corto plazo de la economía española. "2011 será un año duro. Al principio lo vamos a pasar mal y no empezaremos a ver luz hasta el final del año", vaticinó ayer desde el atril del Foro Joly Andalucía ante una importante representación del empresariado andaluz, -entre ellos el presidente de la CEA, Santiago Herrero, en su primer acto público tras abrir la carrera por la sucesión de Díaz Ferrán- que se dio cita en el Hotel Barceló Renacimiento de Sevilla para conocer el diagnóstico del máximo directivo de la quinta entidad bancaria española.

"Para que la recuperación avance es preciso reducir importaciones e incrementar las exportaciones. Y esta vez no tenemos la posibilidad de realizar devaluaciones. Sólo podremos recuperar la competitividad por la innovación y la reducción de costes", incidió Guerrero, que avanzó que la realidad será "peor que las estimaciones oficiales". Tres lastres arrastran al crecimiento de la economía española: "una política fiscal restrictiva, el desapalancamiento del sector privado, cuya deuda superó en 2008 el 225% del PIB, y los elevados costes de financiación".

El pesimismo de Guerrero (Córdoba, 1953) se funda en que -parafraseando a François Truffaut- es un optimista con experiencia. Una experiencia que resaltó el ex ministro y empresario Manuel Pimentel, que presentó al ponente como un hombre con "autoridad y sabiduría para llevar el barco a buen puerto". Abogado del Estado y notario en excedencia, tras una larga trayectoria en el mundo de la Bolsa Guerrero asumió la presidencia de Bankinter en 2007 para encontrarse de repente con "la mayor crisis bancaria de la historia".

El directivo recordó que a diferencia del Crack del 29, la respuesta coordinada de los gobiernos puso freno a una crisis originada por el "exceso de liquidez". A esto se sumó una mezcla de "regulación laxa, avaricia e imprudencia" que alimentaron la burbuja de los activos inmobiliarios en todo el mundo. "La paradoja es que frente a una crisis provocada por exceso de liquidez se facilitó liquidez sin límites", expuso.

España pensó que quedaría al margen gracias a unas cuentas públicas saneadas y a un sistema financiero ajeno a los activos tóxicos y con las espaldas cubiertas por las provisiones anticíclicas impuestas por el Banco de España. "Y no nos dimos cuenta de que la economía española tenía grandes debilidades", recordó Guerrero.

La primera es el endeudamiento privado, que se triplicó entre 2000 y 2008. "Este apalancamiento origina que el gap entre los créditos y los depósitos sea de unos 600.000 millones de euros, por lo que hay un problema de liquidez", sostuvo el presidente de Bankinter. Este endeudamiento, alentado por "unos tipos de interés no vistos en los últimos 50 años", se canalizó hacia la construcción, provocando la burbuja inmobiliaria. Y por último, acarreó un desequilibrio de la balanza de pagos al multiplicarse la necesidad de financiación exterior de la economía española.

"En 2009 la realidad superó las previsiones más pesimistas", destacó el directivo de la entidad, que incidió en que "los mercados todavía albergan dudas" pese a los tests de estrés y las medidas de ajuste emprendidas por el Gobierno para reequilibrar la deuda, el déficit público y la balanza de pagos.

"Es necesario corregir estos desequilibrios para ganar la confianza de los mercados", subrayó Guerrero, que aseguró que "la economía española lo va a pasar mal". El tijeretazo al déficit pasa por reducir gastos y elevar ingresos. "Y si se quiere recaudar más no queda más remedio que tocar el IVA y el impuesto de la renta", reconoció.

La desconfianza de los mercados es la clave de que el crédito no fluya aunque Guerrero negó que haya un cierre de la financiación. "Creo que la banca está financiando razonablemente pero no podemos hacer milagros. La mayor restricción es el diferencial entre los depósitos y la inversión crediticia. Para prestar necesitamos financiación de la banca internacional y salir al mercado cuesta mucho", expresó el presidente de Bankinter, que agregó que "la banca sí está respondiendo pero el crédito es más caro y eso es un freno para la economía". "Mientras el diferencial entre la deuda alemana y la española esté en 200 puntos básicos, nos financiaremos con dificultad", afirmó Pedro Guerrero, que recalcó que la única salida es que "España recupere su credibilidad". En el caso de Bankinter, afirmó que "no hemos dejado de conceder ningún crédito que habríamos dado antes de la crisis. Lo que pasa es que los márgenes se estrechan".

Este negro panorama no es capaz de nublar del todo el futuro, eso sí, a medio plazo. "España no es hoy lo que era en la crisis de los 90. La economía ha crecido enormemente en los últimos 15 años, como muestran nuestros servicios y nuestras infraestructuras", destacó Guerrero. Pero el mayor cambio es la ruptura de los clichés del empresariado. "Uno de los más arraigados era que jamás tendríamos multinacionales españolas. Actualmente las podemos encontrar en sectores tan variados como telecomunicaciones y obra pública y hay empresas, algunas de ellas andaluzas, que están entre las más admiradas en sectores como alimentación o renovables", aseveró el presidente de Bankinter. Otro factor positivo es la presencia de "una juventud más formada que nunca", aunque lamentó "la falta de conexión entre la universidad y la empresa".

Para Pedro Guerrero la locomotora de la recuperación será Estados Unidos, aunque España tiene que hacer aún sus deberes para no desengancharse. "La recuperación será más rápida y constante si avanzamos en la flexibilización y liberalización de nuestra economía y si tenemos más confianza en nosotros mismos, en el pueblo español, la sociedad civil y el empresariado", concluyó.