Tribuna Económica

Gumersindo Ruiz

Carmen Barroso, su legado profesional y humano

Carmen Barroso Campos, que falleció la semana pasada, fue una economista que dedicó su vida profesional a la enseñanza y la investigación en la Universidad de Córdoba y en la Escuela Superior de Técnica Empresarial Agrícola (ETEA), convertida en Universidad Loyola en 2011, cuando fue aprobada por nuestro Parlamento como primera universidad privada de Andalucía. Era alumna de la primera promoción de la Facultad de Económicas de Málaga, donde leyó su tesis doctoral sobre los presupuestos de la Diputación de Córdoba, recogiendo datos de varias década para dar una apasionante visión histórica, económica y política de algo aparentemente tan soso como la hacienda local.

Trabajó intensamente en la enseñanza, pionera en los estudios de economía en la Universidad de Córdoba, a partir de la asignatura de Economía Política y Hacienda Pública, junto con los profesores Casado Raigón y Castejón Montijano; el primero, figura muy destacada en el Consejo General de Colegios de Economistas y, el segundo, consejero actualmente en el Banco de España. Con el profesor Adolfo Rodero publicó un texto para sus clases de macro y microeconomía, que era su especialidad junto con la hacienda pública. Aparte de la amistad como compañeros de promoción en Málaga, que nos llevó a encontrarnos con frecuencia, propiciado sobe todo por la relación común con Pedro Arriola y Celia Villalobos, tuve ocasión de ir a ETEA a dar conferencias y formé parte del tribunal de la tesis doctoral de Gabriel Pérez Alcalá, dirigida por ella, sobre una teoría de la política económica, las motivaciones del comportamiento político y la reacción de las personas que sufren o se benefician de esas políticas. Publicó numerosos artículos, pero es imprescindible uno que escribió junto con su marido, Rafael Zafra-Polo Carreras, quizás el estudiante más brillante de nuestra promoción, y que fue director general de la Caja de Córdoba. Este trabajo: Las cajas de ahorros andaluzas en el umbral del siglo XXI, presentado en el año 2000 en el Congreso de Ciencia Regional sobre Identidad Regional y Globalización, es uno de los ensayos más lúcidos que se han escrito sobre la expansión a que todos los partidos políticos, reguladores, fuerzas llamadas sociales, y muchos académicos, forzaban a las cajas de ahorros, gestionadas, se diga lo que se diga, por muy buenos profesionales. En nombre de una mal entendida dimensión y competencia, se estaba creando -como se anticipa en este trabajo de Rafael y Carmen- un mercado saturado donde los márgenes se estrechaban y se fomentaba el crecimiento por el crecimiento; de ahí que los autores reclamaran una vuelta a los orígenes, a los territorios concretos, que nunca se produjo.

Hay muchos detalles que se van borrando de la memoria, y no es raro que confunda fechas y lugares, pero la personalidad de Carmen Barroso sigue nítida y clara, como era ella, amable y cariñosa con los amigos, natural y cercana con sus compañeros y estudiantes. La complejidad intelectual con que abordó temas de interés para la enseñanza de la economía y los problemas de Andalucía no se contradice con la forma espontánea, sencilla y familiar de su vida. Carmen deja a su marido, su madre, dos hijas, dos hijos, y once nietos y nietas.

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